Letra #5

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CAPÍTULO 5

Pax

Caminaba por las calles de Londres con mis audífonos sonando Teeth de 5SOS. Andaba a paso lento, pensativo y algo aburrido también.

Desde que me había ido de casa de Jessica estaba así. Como si la preocupación fuera parte de mi sangre.

Lo había pensado mucho.

Había pensado quedarme por lo menos en el sofá por si le pasaba algo, quizás también la hubiera podido ayudar si tenía hambre o si tenía pesadillas.

Pero esa no era mi misión.

Yo debía llegar a casa en cuanto antes y avisar a mi madre que había llegado.

Mi madre.

No sé qué haría si se fuera de mi vida algún día. No sé cómo hacer para que Jessica intente superar este momento tan difícil, por lo menos hasta el punto de lograr sobrevivir. No la conocía lo suficiente como para saber si era fuerte o débil mentalmente.

Yo ya había sufrido muchas muertes, pero no le restaba sentimiento si venía otra más. Tampoco sabía la manera correcta de superarlas.

Al principio había empezado con la música para evitar que pensamientos negativos rondaran mi mente. Me dedicaba a escuchar canciones y pensar en letras con el fin de no aburrirme y despejar la mente.

Había conseguido componer 4 canciones, con varios ritmos y diferentes significados. Todo esto a los 15 años.

Luego de un año mi padre decidió presentarme a alguien ''especial'' que supuestamente había lanzado a muchos al estrellato.

Y logró lanzarme a mí también.

Después de 4 años preparándome y creando 2 álbumes ya era ''PAX BLU''. Lo había logrado, personas de América y Europa conocían mis canciones. Claro que mi apellido lo habían cambiado, nadie debían enterarse de que mi padre era Leonard Cross; el famoso creador de los mejores vinos de Londres, incluso lo consideraban el mejor de Inglaterra.

Luego de algunos conciertos y meses de gira, había conseguido salir al menos 10 meses de vacaciones.

En mi opinión me los merecías, cada día de esos próximos 10 meses. Me había propuesto como meta ir mucho de fiesta, incluso pasarme de copas y andar con alguna que otra chica. No era un mujeriego, pero vamos tenía mis derechos como toda persona que haya estado encubierto 7 años de su joven vida.

El contrato con la agencia decía claramente que no podría tener novia formal mientras estuviera de gira o básicamente, trabajando para ellos. Las demás eran condiciones como llevar mascarillas, gafas y gorra mientras andaba en la calle para que los fans no se dieran cuenta de mi identidad y muchas otras básicas que tenía que cumplir, por 6 años.

Después de tanto tiempo ocultándome entre las calles ya estaba acostumbrado a usar gorras, pero en realidad las había cambiado por sombreros. Me parecía que era como mi marca propia, así que los sigo usando desde que los encontré en una tienda de un centro comercial.

Giré en la esquina de una cuadra y a aproximadamente 10 metros se encontraba mi hogar.

Este era mi hogar, no aquel apartamento en Toronto

Saqué del bolsillo de mi pantalón una llave. Era la que mi madre me había dado antes de irme, solo por si algún día me dignaba a regresar. Tenía un pequeño elefante en el que se tallaban dos letras, mis iniciales.

Junto a la llave salió un papel pequeño y arrugado, lo desdoblé y leí lo que decía.

Pax:

Yo... solo quería decirte que cuando quieras podemos hablar. De hecho estaría muy bien. Emm bueno aquí tienes mi número, si no estás ocupado llámame.
J

Más debajo de la nota salía el número de esa persona y me preguntaba en qué momento pudo colocar el papel allí.

Era extraño pero supongo que solo quería alguien con quién hablar de todo lo ocurrido ese día.

Guardé la nota y empecé a abrir la puerta en total silencio. Eran más de las 4 am y mamá tenía el sueño demasiado ligero.

Una vez cuando tenía 13 años me había quedado leyendo los libros de Oscar Wild hasta las tantas de la madruga. Tenía mi propio cuarto pero todo se escuchaba fuera de este, era como una maldición. Llegó el momento en que me dio sed y bajé a la primera planta en busca de algún refresco. Resultó ser que sin querer choque con una mesilla que había en la sala de mí casa. El ruido no hubiera sonado muy alto al no ser por el sepulcral silencio, pero tampoco era para que mi madre saliera de su cuarto con la maseta de su planta favorita utilizada como un ''arma de defensa'' como si hubiera algún enemigo cerca.

Sí, eso hizo.

Recordando el momento se me dibujó una pequeña sonrisa en los labios.

Cerré la puerta detrás de mí y me dispuse a subir con cuidado las escaleras, tenía un sueño terrible así que no me detuve a divisar el ambiente.

Entré a mi antigua habitación y enseguida caí en brazos de Morfeo.

***

-¡Hijo! ¡Despierta!

-¿He? - dije adormilado y con los ojos entrecerrados por la luz que entraba desde las ventanas.

-Despierta. ¿ Cómo crees que tienes el permiso para llegar a casa sin avisar? - dijo mi madre refunfuñando.

Andaba vestida con una blusa azul y una saya negra que le llegaba hasta las rodillas, traía su pelo negro con algunas canas recogido en un moño y los brazos en la cintura.

-¡Sorpresa! - hice un gesto levantando las dos manos como si fuera le hubiera dado el mejor regalo del mundo.

-¿Cómo que sorpresa? Me he dado un susto terrible cuando vi zapatos de hombres en la alfombra.

-Pues aquí estoy - la abracé - solo soy yo.

CONTINUARÁ...

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N/A: Holaa ¡Gracias por seguir leyendo! Este capítulo fue más para conocer a nuestro cuchurumino Pax y pues espero les haya gustado mucho.
Un besazo.

Un besazo

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