¡Muy buenas tardes! Ya llegué para darles a su vida un poco de comedia, romance y un poco de bullying XD Lean con calma y disfruten de los embrollos en los que estos chicos se meten por ser tan cabezotas! Especialmente cuando intentan ayudar a Ahomine y Bakagami X'D. Sin más, disfruten y nos estaremos leyendo la siguiente semana :D Au revoir~
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—¡Digan wisky!
Ese simple y familiar sonido les hizo volver a la realidad de manera abrupta y cruda, recordándoles inmediatamente lo que había ocurrido hace apenas unos cuantos segundos atrás y que por razones obvias, preferían bloquear permanentemente por el resto de sus vidas.
Giraron instintivamente sus rostros hacia la persona que había ofrecido esas simples palabras y observaron con horror que sus sospechas eran ciertas. En sus manos descansaba la prueba del delito, aquel instrumento que había logrado plasmar para la inmortalidad aquel horrible, vergonzoso y desagradable momento de su acercamiento.
Y eso no era lo peor. La pesadilla recién iba a dar inicio. Después de todo, aquellos compañeros de equipo estaban que se morían de la risa, incluso esas dos chicas estaban luchando por no caerse de la risa. Los intentos para ocultar la gracia que aquello les provocó fue en vano; todo se convirtió en estruendoso escenario donde las lágrimas y palabras incompletas fueron los principales protagonistas. Hasta el callado de Mitobe se soltó a carcajadas.
—¡MALDITOS, ¿CÓMO SE ATREVIERON?! –esos eran los dos prodigios del basquetbol enfurecidos y con deseos de matar al par de individuos que confabularon contra ellos para hacer que terminaran tan mal parados. Literalmente ardían en cólera, vergüenza y frustración por ser incapaces de cambiar lo que había ocurrido.
—No es nuestra culpa que se dejen dominar tan fácilmente por sus temores y debilidades –soltaron al unísono aquellos dos Ya se encontraban lado a lado, mirando a ambos entre risas y satisfacción. Su pequeña maquinación salió de maravilla.
—¡Tetsu maldito, voy a darte tu buen merecido! –Taiga realmente podía dar mucho miedo cuando se enfurecía de verdad. Y Aomine tampoco se quedaba para nada atrás. Si nadie detenía aquello, esos dos posiblemente no llegarían a Septiembre.
—No les va a doler demasiado…-espetó colérico el moreno mientras tronaba implacablemente sus dedos.
—Ey ustedes dos, no tan rápido –Riko se recompuso un poco tras lo ocurrido, dirigiéndose hacia aquel par de bestias enfurecidas, cuya mirada asesina asustaría a cualquiera-. Más vale que se comporten y no les hagan nada o esto terminará por error mandándose a muchos números telefónicos –ella no hablaba sólo por parecer cool, sino porque tenía algo sustancial y que esos dos no pasarían por algo-. Realmente se les ve muy bien –así que no eran dos, sino tres los conspiradores en su contra.
Ella poseía en su celular la prueba del delito. El chantaje perfecto que haría de ellos mansos corderitos que estarían a su disposición hasta que se cansara de ello o decidiera borrar tan comprometedora fotografía.
Admitían que habían sido sumamente listos urdiendo tan maquiavélico plan.
—¡Tienes que estar bromeando! -¿cómo podían sentirse mucho más enfurecidos que hasta hace unos instantes atrás? Esa broma había ido demasiado lejos-. ¡¿Por qué demonios hicieron algo como esto, eh?! –esos dos simplemente les miraron con confusión para luego mostrarles sus celulares. ¡Pero qué bonito fondo de pantalla poseían!
—¿Acaso olvidaron lo que hicieron esta mañana? –ese era Kuroko clavando sus fríos y casi vacíos ojos en ellos dos. Una sensación escalofriante les invadió a esos dos. Tragaron saliva y evocaron aquel exacto momento.
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Addicted to U [EN EDICIÓN]
FanfictionNo había manera de que él, Aomine Daiki, perdiera contra ella; contra aquella chica que apareció repentinamente en su vida para imponer sus normas y burlarse de su persona cada vez que tenía la oportunidad. Definitivamente él no iba a ceder ante alg...