Su nombre, Ben.
Rostro pálido y manos finas.
Le gustaba caminar, solo,
e inhalar ese humo blanco.
No se conocía
No apreciaba la vida.
Llenaba sus días
leyendo poemas rotos
de poetas rotos,
sin saber que los entendía
porque él estaba roto.
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Eye.
RastgeleNo tiene ningún sentido, ni sigue un orden. Cada parte una nueva historia, una nueva inspiración que crece dentro de mí hasta que es lo suficientemente grande como para volcarla aquí.