La primera vez que San lo vio, fue un viernes de octubre.
El clima semi helado de Corea se colaba por su traje y le dolía los músculos de los hombros y el cuello debido a las horas de viaje en avión. Había viajado más en avión las últimas cuatro semanas que en lo que había hecho toda su vida, pero finalmente el trato con Japón se había cerrado. San se permitió descansar ese viernes en la noche, atraído por la idea que su compañero y socio Park Seonghwa sugirió cuando llegaron a la oficina esa tarde.
“Hay que ir a beber un trago”
San por lo general no tomaba y no iba a bares, pero después de estar cargado de trabajo, viajando de aquí y allá, San se merecía un trago. Quería beber hasta caer y pasar su sábado arrepintiéndose de lo que hizo. Tal vez, si tenía algo de suerte, encontrarse con una buena compañía con la que volver a casa esa noche. Siempre podría contarle a Seonghwa, pero su socio había estado flotando por alguien los últimos meses. Como no tendría vacaciones, San imagino que, como mínimo, podría darse un descanso el fin de semana antes de volver a sus responsabilidades el lunes en la mañana.
Pero tan pronto como puso un pie dentro del lugar que Seonghwa recomendó para beber, él se arrepintió de todos sus planes.
Era un lugar... Peculiar. A simple vista, se veía como un bar normal y elegante, con camareros paseando por entre las mesas pidiendo las órdenes de los clientes y vistiendo trajes como si fueran pingüinos, con sillones elegantes en esquinas oscuras en caso de más privacidad, y mesas frente a el escenario para aquel que quisiera ver del espectáculo (lo que a San le gustaba, él disfrutaba de beber mientras veía de algún show). Pero al mirar más de cerca, San se encontró con que no solo los camareros estaban caminando entre las mesas preguntando si deseaban algo más. Había un grupo de hombres con prendas cortas y reveladoras. No es que a San le moleste ir a un bar gay, usualmente va a ese tipo de bares porque él es gay. Lo que le pone la piel de gallina, es el hecho de que, incluso los camareros, son ese tipo de gente llamadas híbridos. San había oído hablar de ellos, estaban en boca de todos por una razón; porque solo eran considerados solo algo para algo sexual (a San le causaba un poco de disgusto que la gente solo los mirará de esa manera).
Él miro a Seonghwa a su lado, sus ojos brillaban y parecía que estaba buscando a alguien en medio de la multitud y San solo lo siguió cuando el hombre mayor comenzó a moverse en busca de una mesa. Nunca hubiese imaginado que su amigo era tan pervertido. Seonghwa se miraba tan pulcro. Dios, el hombre se ruborizaba cuando alguien coqueteaba con él. Pero al parecer, todo el mundo tenía sus secretos y deseos.
San se sentó en la silla a lado de Seonghwa, terminaron en una de las mesas frente al escenario a decisión del hombre mayor. No importaba que estuviera incómodo y su piel se erizara de una manera terrible cuando un híbrido de zorro le pregunto si deseaba algo guiñando su ojo, al mismo tiempo que un camarero de conejo se acercaba pidiendo sus órdenes, no se iría, había ido con la idea de emborracharse, y aparte, el viaje había sido largo. Ahora entendía porqué estaba en un lugar tan escondido.—¿De nuevo por aquí?.—Pregunto el camarero, un tono aburrido en su voz. Ni siquiera miro a Seonghwa, sus ojos azules sobre la libreta y el bolígrafo que sostenía con sus manos. Sus orejas largas y blancas casi pasaban desapercibido entre su cabello pálido. Seonghwa se burló por la nariz, asintiendo ante lo que el híbrido pregunto.—¿Lo mismo de siempre, verdad, Seonghwa?.—El hombre se ruborizo, probablemente porque el camarero alzo una de sus finas cejas y lo miró con ojos azules curiosos. Quizás porque dijo su nombre, o porque el híbrido acaba de confesar que Seonghwa es cliente regular.
Cuando el conejo se alejo después de haber pedido las bebidas de ambos, San jugó con una servilleta y sin mirar a su amigo, pregunto:
—¿Por qué venir seguido aquí?
Seonghwa alzó sus cejas y apagó su celular dejándolo en la mesa. Había una sonrisa extendiéndose en su boca cuando dijo:
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HIBRID; HONGSAN/SANJOONG
FanfictionDespués de un viaje de negocios, el CEO Choi San solo quiere pasar su noche del viernes bebiendo hasta emborracharse y olvidar quién es. Cuando se da cuenta de la clase de lugar a la que su socio Seonghwa lo ha llevado, San ya no está tan interesado...