Ya saben como funciona esto.
16 estudiantes que pondran su vida en riesgo durante un juego de matanza.
16 desconocidos que crearan lazos y algunos intentaran escapar, así sea sacrificando al resto.
¿Lograra alguien ser el perfecto asesino o moriran...
(Nota: He publicado un libro sobre datos referente a esta historia por si quieren ir a verla.)
Capitulo 3
El inicio del caos. (Días Atípicos II)
Inicia otro día, en este caso en las nuevas habitaciones del Territorio C.
Despertamos para la típica rutina de desayunar juntos, sentándonos como la vez anterior.
Hisoka, Shigeru, Yasu y yo empezamos a susurrar.
-Hoy podre terminar las cámaras, las podríamos colocar en la noche- Susurro Shigeru.
-Está bien, la gente se suele dormir como a las 10:00 pm. – Dijo Hisoka – Si cuando hay incentivo alguien actúa sospechoso pondremos las cámaras después de esa hora para que no nos vean.
Nos separamos de nuevo para seguir comiendo.
-Bueno, Monokuma, despierta. – Grito Kin a la nada – ¿Cuándo piensas crear el incentivo?
-Kin, ¿Quieres callarte? –Le regaño la debatiente.
-Está casi listo – Dijo Monokuma en un televisor – Después del almuerzo probablemente lo tenga listo.
Ignoramos el comentario de Monokuma y seguimos comiendo.
Al terminar de comer me di cuenta de que me quedaba un poco de Tiempo libre
-Tiempo libre-
Decidí pasar un poco de tiempo con Yasu tras el desayuno.
-Hey, Yasu. ¿Estás ocupada?
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-¿Eh? Oh, no, estoy libre.
Tras una corta charla decidimos quedarnos hablando un rato.
-Cuéntame sobre ti. – Dije.
-¿Sobre mí? Normalmente soy yo quien pregunta cosas de las personas...
-Bueno, es tu turno. ¿Cómo es tu familia?
-¿Mi familia? Oh, bueno, mi padre y mi Madre fueron a la academia de tu padre en su tiempo, aunque obviamente tu padre no era director para ese momento.
-¿Ellos también eran definitivos?
-Mi padre era Programador, el programador definitivo y mi madre Experta en robótica definitiva.
-Wow, los talentos de tu padre son realmente impresionantes.
-Si, antes me sentía un poco presionada por estudiar algo de máquinas y códigos, sabes, eso de que tus padres sean definitivos ambos.
-Y que lo digas, me sentí así con mi padre siendo el director.
