Capítulo 3: Conociéndolo mejor.

1.4K 113 18
                                    

Al día siguiente comenzaron los rumores.

- ¿Oíste lo que Rosel hizo? Dicen que dejó inconciente al capitan del equipo de volleyball del último semestre.

Preguntó Karen mientras estábamos desayunando.

- No lo oí, lo ví - comencé a reír - ¡Dios! Debiste verlo, la cabeza de Daniel pareció balón de volleyball en pleno remate, podría jurar que rebotó contra el piso.

- No creo que eso sea gracioso Abril, oí que pocos minutos después Daniel convulsionó.

- ¿Estás segura que no estaba temblando de miedo?

Reí aún más.

Karen se veía bastante confundida, ¡Cierto, cierto! Tenía que medir mi humor negro en la escuela.

- Es decir, pobre chico, pero se lo merecía, se quiso meter con Rosel, le dijo cosas muy groseras.

- Eso es muy común.

- ¿En serio?

Karen asintió.

- Nunca falta el rumor de que se acostó con la novia de alguien y la pareja y amigos lo quieren golpear por eso, o de que hace trampa en los exámenes o que sus padres pagan sus calificaciones, en fin, el pobre ni siquiera habla y tiene muchísimos problemas.

- Tal vez es porque no habla ¿Segura que no es mudo? Es decir las provocaciones de ayer fueron muy rudas como para no caer en ellas.

Karen sonrió.

- Nadie lo sabe. Nunca hemos oído su voz.

Ese chico era todo un misterio, ¡Bueno! No me importaba.

Ese mismo día se me había hecho de noche. Me la había pasado en la biblioteca, no precisamente estudiando, si no tonteando en los libros.

Iba de regreso a casa caminando cuando de pronto sentí que me jalaron a un callejón y me azotaron contra una pared, sentí algo metálico y helado en mi frente, era un arma de fuego.

- Gritas y te mato en este mismo lugar.

Dijo la voz ronca de un hombre, no era necesario que me amenazara, no podía articular una sola palabra del miedo, inmediatamente comencé a sentir sus manos restregandose por todo mi cuerpo, traté de liberarme pero no pude, comencé a sentir roces de su cuerpo con el mío y que bajaba el cierre de mi pantalón al mismo tiempo que bajaba el suyo cuando de pronto ví que mi agresor salió volando estrellándose contra el suelo, la otra persona corrió hacia él y lo golpeó en...

- ¡Auch!

Dije para mí misma al escuchar el sofocante grito de dolor de aquel sujeto, sólo podía ver cómo aquella persona le daba una tremenda y dolorosa golpiza, con golpes fuertes y acertados en puntos dolorosos, sin contar que los alaridos de dolor de aquel sujeto eran escalofriantes, si lo seguía golpeando así lo iba a matar, el chico que lo estaba golpeando tomó el arma con las mangas de su sudadera y la descargó cerca de él, posteriormente la aventó hacia los tejados de una de las casas, corrió hacia mí, me tomó de la mano y salimos corriendo del callejón, se comenzaron a oír sirenas de policía, seguramente por los disparos. Cuando ya estábamos suficientemente lejos me soltó y ambos paramos para tomar aire después de haber corrido muchas calles.

- Gra-gracias po-por salvarme.

Dije agitada mientras trataba de recuperar el aliento, volteé a ver al sujeto, ¡Era Rosel! Tenía las manos dentro de su sudadera y se veía muy fresco, como si no acabará de correr 7 calles, descargar un arma, ni de golpear brutalmente a un sujeto hasta casi matarlo. Él veía el piso. Sólo asintió ante mi agradecimiento.

Él es diferente ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora