Favores

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Al lograr resolver varios casos con éxito el equipo independiente de detectives recibía más y más casos para resolver al mismo tiempo que acumulaban fama, además de que con los encuentros en los robos de Phantom la castaña era aún más reconocida.

-¡Eres asombrosa Esmeralda!- exclamaba con emoción el pelinegro apartando su vista de la pantalla holográfica de su reloj- Las noticias hablan sobre como tus compañeros y tu han logrado resolver varios casos.

-Si, últimamente llegan más casos para resolver- hablaba un poco agotada la castaña- He estado investigando hasta tarde así que me siento un poco cansada, me alegra poder hacer todo esto pero si esta empezando a ser muy agotador

-Déjame ayudarte más- le pedía el chico- Podría ayudarte en la parte de la investigación, así yo podría darte la información que necesites y tu la relacionas con los casos- tomaba la mano de la chica- Por favor Esmeralda, déjame ayudarte- la castaña suspiró, no quería aceptar pero trabajar en varios casos al mismo tiempo estaba comenzando a cansarla, además de que había pasado un tiempo sin saber nada relacionado a Phantom y eso la hacía sospechar de que estaba planeando algo grande.

-Esta bien, creo que sería de mucha ayuda- suspiraba cansada- Gracias Jake- le daba una pequeña sonrisa.

Con el trato aceptado ambos siguieron almorzando para continuar con las clases siguientes, eran aburridas y parecía que el tiempo pasaba muy lento, nada emocionante como resolver casos dificiles o tratar con un supuesto ladrón/mago/fantasma.

-¿Entonces cual será mi primera tarea como tu ayudante?- preguntaba el pelinegro caminando al lado de la chica, ambos estaban llendo a la casa de la castaña.

-Bueno, la vez anterior me ayudaste mucho con lo de las pinturas, así que tal vez puedas ayudarme con uno de los casos que llegó recientemente- la castaña sacó su teléfono de su bolsillo y le mostró una foto al chico- Una señora llegó pidiendo que investigaramos a su hijo ya que tenía la sospecha de que él robo un collar de plata con una amatista en el centro, dice que es una reliquia familiar y que esta desapareció el mismo día que su hijo fue a visitarlos.

-Umm ya veo, a decir verdad se ve que tiene algunos años de antigüedad pero la han conservado bastante bien- decía el chico observando la imágen detenidamente- Si observas bien se nota claramente que han cambiado el seguro, hay un pequeño rasguño en el borde del soporte de la amatista, pero a excepción de esos detalles el collar esta en perfectas condiciones, si es algo muy valioso así que entiendo el porque la robarian- mencionaba el chico apartando la mirada de la imagen para enfocarse en el camino- Aunque no creo que sea capaz de conservarla para si mismo, llevarla a una casa de empeño tampoco sería buena idea, te darán bastante dinero por el collar pero quedará guardada y registrada, cualquiera podría encontrarla fácilmente, además que sería el primer lugar dónde alguien buscaría una joya robada- hablaba con calma y seriedad el pelinegro.

-¿Entonces podría venderla por internet no? Si es dinero lo que quiere puede publicarla en una página de ventas en linea- mencionaba la castaña guardando su teléfono.

-No lo creo, el internet no es el mejor lugar para esconderte- mencionaba el pelinegro con una sonrisa arrogante, la cual se le hizo muy extraña a la chica quien nunca lo había visto sonreír así- Subastarla o venderla por internet puede dejar rastros, para poder venderla en sitios web necesitaria publicar una foto del collar, si la encuentras y rastreas el servidor puedes dar con la persona que esta vendiendo el objeto, incluso en los lugares más escondidos e ilegales del internet se puede llegar si sabes que es lo que buscas y como puedes encontrarlo.

-¿Entonces qué hará este sujeto? Lo investigamos y tiene antecedentes de robo a una joyería pero como eran joyas demostrativas, osea de las que no valen nada es por ello que no lo arrestaron, además de que no dañó a nadie por ello no levantaron cargos en su contra- explicaba la castaña algo molesta, el pelinegro pareció tomarse un tiempo para pensar.

Mi caso más difícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora