Tres

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-Saldré y no regresaré hasta no sé cuándo- Fueron sus palabras antes de cerrar la puerta con un sonido sordo.

-Desde hace meses dados eso... -Un suspiro salió y la vació regresó.

El tiempo separados no importa un él, mientras que no tenía idea del porqué salía tanto.

Tal tal era en solitario el trabajo, quería creer eso.

Su constante cambio de humor y su alejamiento lograban afectar cada vez más.

¿Qué hice para merecer esto? Si lo único hice qué fue amarte.

Divagando entre los recuerdos en donde la felicidad iluminaba, me perdí buscando nuevo aquello qué ya no es mío.

Aquellas promesas y palabras el viento se llevó, y con ello lo que alguna vez juramos, nunca hizo mal el uno al otro.

Los para siempre ningún hijo eternos, y tú me lo demostraste, ¿Estás feliz?

Eso es lo único que me importa. ¿Estás bien con todo esto? Porqué yo no

-El golpe en la puerta se escuchó, con pasos lentos y flojos fui a abrirla. Encontrándome con tus ojos y una figura desconocida detrás de tí.

-Solo vine por unas cosas, después de mí voy- dijiste entrando y yo solo miraba como te abrías pasó entre el casa

Un carraspeó sonó, mi vista enfoco a un chico castaño con una con una sonrisa adorable.

-Un gusto Rose, estaba ansioso por conocerte. Jungkook me contó mucho sobre tí- Estiro su mano en mi dirección.

Estaba perpleja en ese momento.

¿Jungkook habló sombre mí? 

Mis ojos se iluminaron y lo sabía, esas palabras por más sencillas que fueran además de provenir de un desconocido fueron las causantes de un calor en mi pecho.

¿Eso significaba qué aún me quería? Claro, solo faltaba averiguar qué dijo.

¿Qué tan malo puede ser? 

Estreché mi mano con la de él en un saludo a lo qué Jungkook lo cortó.

-Vámonos- Y lo arrastró fuera de la casa junto a él 

Al cerrar la puerta un suspiro salió, y una sonrisa enorme igualmente.

El siguiente día fue alegre, cómo si nada estuviese pasando. 

Duró poco, ya qué un Jungkook regresó dos días después y eso hizo que me preocupara.

Ni siquiera se me acercaba, trataba de tener contacto con él por más mínimo que fuera.

Me trataba cómo una extraña, cómo si me odiaría, cómo si no me amará... 

Ya no sabía qué hacer, ¿Para qué luchar si tú no quieres qué lo haga?

¿Para qué buscar algo qué no existe? ¿Para qué llorar por algo qué no tiene valor? O al menos para tí.

¿Para qué amarte si tú ya no me amas? 

-Por favor...- Supliqué y detuviste tu pasó.

Una lagrima bajaba por mi rostro, mis palabras no salían y mi respiración se cortaba.

¿Y tú? Por supuesto, no me miraste.

Solo te quedaste ahí, de espaldas.

Después de unos segundos te fuiste de nuevo, dejándome sola con mil cosas por pensar.

Y la primera era, ¿Para qué quedarme?

Hola, gracias por leer Atmósfera RoseKook 

Créditos a: @godisjichu 

LQM 

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