Paradise Circus- Massive AttackDesperté en la recta cama del psiquiátrico donde pase tres años de mí vida estudiando para que curiosamente terminara encerrada dentro de el. Me dolía mi espalda y mi cuello palpitaba.
>>¿que hago aquí?, ¿no iban a llevarme a FallsCries?<< me incorporé un poco sobre la cama y mire a mi alrededor sin tocar el piso aun.
Estaba sola, sin sombra, sin doctores, sin nada. Sólo silencio. Y por primera vez desde que perdí la cabeza puedo disfrutarlo.
Me pare rápidamente de la cama y mire la blanca habitación. Tantas historias, tantas personas. Todo estaba lleno de excita e infinita información. Mi cabeza estaba feliz, mi rostro me hacia parecer feliz... pero mi corazón... lleva poco tiempo muerto.
Cuando quise convertirme en psiquiatra mi sueño era ser la primera doctora especialista en entender a los locos, quería saber el porque de cada movimiento, palabra y culpa que su cuerpo sufría. Y ahora que estoy loca... los entiendo menos. Soy como una niña, no se que hacer ni por dónde empezar.
Mire el techo donde hay una cúpula de cemento que en medio de ella había una pequeña ventana que siempre abrían para que me diera un poco de sol en las mañanas e instintivamente cerré los ojos soñando que me crecían alas y salía de aquí... Pero aun así extrañaría este lugar, extrañaría sentir al doctor Hockings odiarme por haberlo obligado a... extrañaría a mi cuidad. Pero nada más, los demás pueden irse al infierno.
-Señorita Catherine- me llamo la enfermera antes de entrar a mi habitación- hora de irse- sonreí, fui por mis tenis blancos y con mucha prisa me los puse, arregle mi suéter gris el cual estaba sobre mi bata y mi rojizo cabello mirándome en el espejo que estaba alado de mi cama. No tenía nada más que empacar así que camine hacia la enfermera que lentamente me puso la camisa de fuerza. Yo curiosamente estaba feliz, conocería a nuevas personas y dicen que ese psiquiátrico es más amable con sus inquilinos, pero lo mejor de todo es que ya no recordaría a Lucas, tendría menos oportunidades de verme porque estaba a cuatro horas en avión, estaba lo suficientemente lejos de mi familia y de todos los demás. Quería irme ya.
Me llevaron al aeropuerto en un gran camión blindado y al bajar una inmensa horda de paparazzis me atacaron, los hombres que me guiaban por el camino trataban de quitar y controlar a las personas que vivirían una semana más por hablar conmigo.
-Señorita Catherine ¿como es la sombra que la obligo a matar a su hijo?-
-¿Es cierto que usted nunca quiso a Lucas Franco? ¿Solo le interesaba su dinero o tenía algo más?-
-¿Usted está verdaderamente loca o solo finge para no ir a la carcel?- mire a mi alrededor, todos trataban de hablarme pero nadie llamaba mi atención, todas eran preguntas tan predecibles. Querían causar controversia, querían que me enojara y creará un espectáculo que seria las portadas de las revistas de chismes y la primera plana de los periódicos amarillistas. No quería darles lo que querían.
El avión era del gobierno, completamente privado pero no lucia de lujo, era más como un avión comercial con seis asientos y un poco de fruta y agua embotellada, tal vez un baño. No era mucho... pero ni eso me merecía.
Me sentaron bruscamente en una silla y me ataron con dos esposas a cada lado de esta. Cuando supieron que no había forma de escaparme se sentaron en los otros asientos y empezaron a platicar entre ellos como si yo no estuviera aquí.
Paso mucho tiempo antes de despegar. Eran las doce cuando desperté y nos tardamos una hora en llegar y otra hora en pasar a los paparazzis y prácticamente llevábamos tres horas esperando a un piloto y a un copiloto que en su sano juicio quisieran llevarme, a mi, un simple ser humano con ideas retorcidas y manos manchadas de sangre.
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El sendero (actualizaciones muy lentas)
PoesíaLa locura y la venganza suelen volverse nuestra única arma en tiempos duros. No confiamos en nadie, ni siquiera en los que nos juraron amor eterno. Y creeme, hay más de una forma de volverte loca...pero muchísimas más para fingir que no lo estas. D...