Urbano Flow Dance - CH

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-Hija ¿Acaso no te inspiramos confianza? ¿Por eso es que no querías contarnos? – Preguntó mi mamá a través de la pantalla. Mi mamá es increíble.

-No ma, no es eso. Es que se lo mucho que sacrifican para que yo este acá- Le dije. Se me estaba armando un nudo de la garganta.

-Hija, yo siempre te voy a apoyar en todo- Dijo seria. Basta ma, me voy a largar a llorar. – Por ahí tu viejo es medio cascarrabias, porque tiene miedo de que te pase algo- Dijo señalando con los ojos a su derecha.- Pero me importa un carajo, porque a mí también me asusta pero sé que te va a hacer feliz- Dijo mirándome- Aparte la plata la pongo yo, así que él no puede opinar en nada.- Dijo mirando otra vez en dirección a mi papá, pero esta vez amenazándolo con los ojos.

Me reí. Mi mamá era la que me mantenía mayormente. Mi papá me paga Netflix y Spotify nada más, pero algo era algo.

A él no le había gustado nada la idea y se súper enojó, pero mi mamá tiene cancha para manejar la ira de mi papá, así que lo hizo callar, lo amenazo con los ojos, y me dio todo el apoyo que necesito. Como hace siempre. Es lo mejor que tengo en la vida.

-Hija, si querés hacerlo, averigua todo como va a ser, y me tomo un avión para ayudarte a preparar todos los papeles, alojamiento y valijas- Dijo sonriendo.- Aparte me vendrían bien unas vacaciones, no soporto más a tu padre- Dijo en broma. Se escuchó como mi viejo de atrás decía "Aja si si" como siguiéndosela.- Ahora nos vamos a dormir que mañana madrugo – Dijo tirándome un beso – Después pásame fechas así veo pasajes, te amo- Me dijo. Y antes de que pudiera responderle, me cortó.

Yo también te amo, mami.

Desapareció su cara de la pantalla de mi celular, e instintivamente mire a Tomi. Él me sonreía dejando a la vista todos sus dientes. Antes de que pudiese decirle algo, se me tiró encima gritando "Si" muy agudo. No pude aguantar la risa, no sé si era por lo que acababa de hacer Tomi, o porque no sabía cómo expresar la emoción que sentía y mi cerebro decidió que sería buena idea expulsarla en carcajada.

Tengo que hablar con Tobías, él me había dicho que si decidía hacerlo, le hablara para que me diera toda la información.

Tomi decidió dejar de gritar y de abrazarme, y ahora estábamos los dos tirados boca arriba en mi cama, mirando al techo, y cada uno en su mundo.

-Si te haces famosa ¿Te vas a olvidar de mí?- Soltó de la nada. Qué decía.

-No podría olvidarme de vos aunque quisiera Tomi, sos como mi hermano- Le dije sin mirarlo.- Aparte no me voy a hacer famosa, pero si pasa, prometo invitarte cuando me nominen para un Oscar o un Grammy.- Le dije, ahora sí, mirándolo. Los dos reímos levemente.

-Y si quedas y empezas a grabar ¿Te voy a poder ir a ver allá?- Dijo volviendo a mirar al techo, nuevamente serio.

-Si pasara que los planetas se alineasen, y quedo en el programa, sería más que feliz de que me vayas a ver- Dije agarrándole la mano, todavía mirando al techo, como él.

Él solo apretó mi mano, la levanto hasta su cara y le dio un beso.

-Tomi, no te pongas sentimental - Le dije – Todavía no sabemos si efectivamente me voy, y si se da que me vaya, vamos a seguir hablando – Le dije para tranquilizarlo – Y los más importante – Le dije levantando las cejas y mirándolo – Siempre vamos a ser familia –

Tomi me respondió con una sonrisa triste, que salió más como una mueca.

-Bueno me voy porque va siendo la hora de llorar y no quiero que me veas- Dijo levantándose de mi cama. Yo solo sonreí con burla, sabía que estaba jodiendo- Hablale a Tobías, para mañana quiero toda la información así vemos pasajes, el tema de la visa, documentos y presupuesto – Dijo mientras caminaba marcha atrás hacia mi puerta. Se paró enfrente de esta, agarró el picaporte para abrir la puerta, pero frenó en seco. – Mak – Dijo, y paró de hablar. En ningún momento se volvió a girar para verme. Suspiró- Ya sé que no te lo digo nunca, pero eso no quiere decir que no lo sienta, solo que no se decirlo con palabras, pero...- Dejó lo que estaba diciendo en el aire.

-Yo también te amo, Tomi- Dije mirando su espalda, ya que todavía no se había girado.

Él asintió, y pude saber que había sonreído con tranquilidad. Después de eso, abrió la puerta y salió, dándome una mirada rápida antes de cerrar la puerta.

Él nunca iba a avanzar, sin antes mirar para atrás y ver que yo le sonreía con total apoyo.

Era mi mejor amigo, mi hermano, mi apoyo, mi pasado y, si la vida nos lo permite, mi futuro.