Nuevo comienzo y encuentros inesperados

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Jennie estaba entusiasmada por conocer Seúl y feliz de poder acompañar a Kai en esta gran oportunidad, le habían ofrecido un cargo mayor en YG una de las empresas más importantes de Corea, en la cual trabajaba. Su gozo era sincero aunque no podía evitar sentir algo de tristeza; a ella también le habían ofrecido un puesto importante de trabajo. Pudo haber lanzado su propia línea de diseños junto a Chanel, debido a su gran talento, lamentablemente se sintió obligada a rechazarla, ya que está era en la ciudad de Busan. Ella quería mucho a Kai y jamás pensaría en “quitarle” semejante oportunidad a su prometido.
Jennie fue la primera en llegar a su nueva casa, ya que Kai estaba constantemente trabajando, sobre todo ahora que su nuevo puesto le demandaba aún más, teniendo que viajar y pasar días en otras ciudades, esto no le causaba molestia alguna a la castaña, le gustaba aprovechar el tiempo con sus hijos hasta el medio día para luego ir a trabajar al atardecer, esto era entre semana, (una semana entraba, de 7:00pm hasta 6:00 o 7:00am, 5:00am si el trabajo iba rapido y la otra en las mañanas de 9:00am hasta ,10:00pm).
Pese a tener dos hijos era una mujer muy joven, apenas tenía 24; su hijo mayor tenía 4 años y su hija menor tenía 2 años. Había tenido hijos muy joven, ya que su madre constantemente la presionaba para esto, pese a eso amaba a sus hijos, significaban todo para ella.
Al atardecer luego de llevar a sus hijos al parque y llamar a la niñera, procedió a ponerse un vestido negro ajustado, con espalda baja de la marca Chanel, luego salió de su casa rumbo a su trabajo, estaba a punto de ponerse su abrigo, cuando escucho una voz que la tomó por sorpresa, está era una voz imponente e coqueta, aquella le hablaba desde el techo de la casa junto a la suya.

-Con ese vestido harás que caiga al piso, dijo Lisa con una voz maliciosa y descarada, mientras bajaba la escalera desde el techo de aquella casa.

- ¿Disculpa? Pregunto Jennie algo desconcertada, creyendo no haber escuchado bien.

- O hasta a ti, como más te guste, dijo Lisa, quien se paró imponente frente a la castaña, la cual le sonrío sarcásticamente, esta vez segura de haber escuchado bien.

- Acostumbras avasallar a toda chica que pasa frente a tu casa o es que tengo cara de ser quien buscas. Pregunto esquivando a la pelinegra y dirigiéndose a su auto.

- Tienes cara de ser una chica muy caliente, algo misteriosa y con los ojos más alucinantes, no es mi casa pero ¿Te invito un trago? Dijo la pelinegra siguiéndola.

- No tengo tiempo para perder con chicas de jeans rotos y sin ningún piropo original, adiós, dijo Jennie sonriendo con sarcasmo nuevamente. Procedió a entrar en su auto partiendo hacia su destino interrumpido.

- ¡Ho!, eso será una lástima, dijo la pelinegra sonriendo mientras veía partir el auto de aquella chica que aparentemente la había cautivado.

¿Amor o condena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora