Sin aliento.
Pasó casi una semana después de la fiesta. Aún no podía creer que mi primera vez fue con una chica. Y que fue simplemente glorioso.
Casi no hable mucho con Carla durante la semana, solo habíamos quedado en que iría a su casa hoy a la 1:30. Apenas eran las 10, procedí a meterme a bañar . A decir verdad, estaba emocionada y nerviosa, no sabía que íbamos a hacer realmente, se supone que solo sería para conocernos más, en plan de amigas.
Sin embargo, quise arreglarme por si acaso. Me depilé y exfolié mi piel. Hice mi rutina diaria en mi rostro y busqué ropa interior bonita. Recordé que hace unos meses me había comprado un conjunto muy lindo junto con mis amigas. La verdad era solo en broma, pues no pensaba usarlo en un futuro cercano, pero creo que ésta sería la ovación perfecta para estrenarlo. Era un conjunto negro con encaje suave del mismo color. Era una especie de bralet y un calzón. Encima, me puse una falda azul cielo, un crop top rosa y una sudadera ancha, unas medias de red y unos botines negros. Me maquillé un poco y guardé todo lo que necesitaba en mi bolsa. El tiempo pasó volando. Mi mamá me dejó en el punto medio donde acordamos Carla y yo para vernos. Luego compraríamos unas cosas y después ir a su casa. Al llegar, la vi. Estaba nerviosa, pero tenía que disimular. Solo es una amiga, me repetía eso una y otra vez.
-hola amy- se acercó y me dio un beso en la mejilla. -buenas tardes señora- saludó a mi mamá. -buenas tardes Carla, mucho gusto, ahí te la encargó, que no se porte mal eh- bromeó mi mamá y yo reía un tanto nerviosa. - no se preocupe, yo cuido que Amy no se porte mal- cuando dijo eso, volteó a verme y me guiñó un ojo divertida y con una pizca de seducción, eso me hizo sentir más nervios. - bueno, te aviso cuando lleguemos ¿Ok?.- si porfavor mija, vayan con cuidado, ya las dejo por qué tengo que hacer otras cosas. Paso a recogerte a las 8 ¿Esta bien?. - si, gracias mamá-. -bueno, adiós, y mucho gusto Carlita-. -igualmente-.
Vimos como se fue y tomamos el autobús que nos llevaría a su casa. Comenzamos a hablar en el camino, y la verdad parecía que nos conocíamos desde siempre. Me sentía muy cómoda hablando con ella.
Por fin llegamos a su casa. Habían dos señoras, una en la cocina lavando los trastes y otra en la sala arreglándose.
-ya llegamos- dijo Carla y en seguida la mujer de la sala se acerca a la puerta. - hola, bienvenidas, mucho gusto, soy la mamá de Carla-. Era una señora muy guapa. Cabello rizado como el de Carla, piel oscura y labios gruesos. - mucho gusto, gracias por recibirme en su casa- contesté de la forma más amable. - tu siéntete en tu casa, eres bienvenida cuando quieras.
Bueno, en un momento las dejo, debo regresar a la oficina, solo pasaba por unas cosas.
Después de platicar un momento con Carla u su mamá, se fue, dejándonos con la otra persona de la cocina, quien en unos minutos se despidió y avisó que había dejado comida en una olla.
Carla me contó que su papá estaba de viaje por trabajo y su mamá trabajaba casi todo el día, la mujer de la cocina les ayudaba con el aseo y la comida y sus hermanos ya no vivían con ella, por lo tanto teníamos casa sola, al menos hasta que yo me vaya.
Estábamos sentadas en la sala, escuchando música y platicando, hasta que se levantó para cerrar las cortinas y se sentó junto a mí. Puso su mano en mi rodilla y acarició suavemente. Tenía una forma de parpadear que volvían loca a cualquiera, no podía dejar de ver sus labios mientras ella solo me miraba finamente. - oye, me gustó lo que pasó en la fiesta-. - a mi igual- contesté.
-¿Te gustaría...- se acercó más a mi y pasó su mano por mi mejilla, con su pulgar rozando mis labios-...repetirlo? - no pude resistir y me senté en sus piernas, tomandola por la nuca, mi mano estaba enredada en sus largos rizos. -claro que si- en un momento, choqué mis labios contra los suyos, fue un lento y cálido beso, que poco a poco se volvió más rápido y apasionado. Salía uno que otro gemido y jadeos, no parábamos de besarnos, sus manos sostenían mis caderas que poco a poco comenzaron a girar. Nos separamos un poco para respirar, y cuando quisimos seguir, ella comenzó a besar mi mentón, luego bajaba por mi cuello y mi clavícula. Yo solo soltaba pequeños gemidos y la pegaba más a mi. En eso, siento como me levanta y me lleva a su habitación, me empuja hacia su cama y se pone encima de mi. Sube mi falda hasta mis muslos y empieza a simular embestidas encima de mi, rozando nuestras intimidades aún con ropa. Me quita la sudadera y yo le quito su blusa, quedando ambas en sostén. Rápidamente se inclina hacia mi y besa mi pecho por encima de mi bralet. Me retorcía bajo ella, me estaba torturando, solo quería más de ella. Comenzó a bajar los besos hasta mi estomago, mi ombligo, y luego me quita la falda y las medias, dando besitos por encima de mis bragas. En eso, siento que sube, me sienta en sus piernas, quedando con las piernas abiertas rodeándola, y siento como su mano toca por arriba de mi zona. Mete un dedo por el resorte y lo pasa lentamente.
-mmmmh mami, ya estás mojadita- susurra a mi oído, lo que hace estremecerme. -solo para ti mami- contesto en un gemido. Me avienta para que me vuelva a acostar y baja mis bragas, me abre más las piernas y pasa un dedo por los labios mayores, intenta separarlos un poco y siento como pasa su lengua por toda mi intimidad. La mete y la saca unas cuantas veces y yo empiezo a gemir más, se concentra solo en mi clítoris y empieza a introducir primero un dedo, luego dos y luego tres. Era la gloria, solo quería que siguiera, hasta que llegué a un orgasmo que no había sentido ni cuando me daba placer sola en mi cuarto. Subió y me dio un tierno beso en la frente. Yo aproveché para cambiar de lugares, le quité todo lo que traía puesto y besé sus hermosos senos mientras escuchaba sus jadeos y sus gemidos leves. Recorrí todo su cuerpo con pequeños besos y llegué a su intimidad. Era obvio que estaba mojadisima. Bajé sus bragas y pasé mi le gus por su intimidad. Introduje mi lengua unas cuantas veces, pero luego me centré en su clítoris, le metía y sacaba cuatro dedos hasta que llegó al orgasmo. Sus gemidos hacían que me exitara más. Cuando terminé, me acosté junto a ella, dándole un beso a uno de sus senos. Pero ahí no terminó. Rápidamente nos incorporamos y nos pusimos en la conocida posición de tijeras, nuestras intimidades chocaban. Ambas seguíamos gimiendo y besándonos. Llegamos a otro orgasmo y nos acostamos . Me abrazó por la cintura y me tocó por un buen rato mi intimidad. Después de otro orgasmo hice lo mismo con ella. Después, ya bastante cansadas nos besamos y nos quedamos dormidas.
Cuando despertamos, ya eran las 4:00, bajamos a comer.
En la cocina, mientras ella servía los platos y le ayudaba a buscar unos cubiertos, me abrazó de espalda y besaba mi cuello.
Si pensaba que lo que había pasado era inigualable, lo que pasó después me dejó sin aliento.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Espero que les haya gustado ✨🖤