Narra: desconocid@
Cuando intento moverme para desperezarme no puedo, y eso me alarma. Intento abrir mis ojos pero algo los está tapando. Me remuevo y mis manos y pies están atados. Y cuando intento gritar algo también tapa mi boca.
—Está despierta, busca a Savannah—dice una voz masculina en la habitación.
Sigo intentando gritar. Hasta que alguien me toca el brazo.
—Soy Lucas—se presenta y yo me callo hasta que empiezo a llorar de desesperación—. Te voy a destapar los ojos ¿De acuerdo?—dice amablemente y yo asiento. Él lo hace y no me cuesta mucho atenuar mi vista a la poca luz de la habitación. Aunque empiezo a sentir un ligero dolor en la parte trasera de la cabeza sigo intentando analizar que pasa—. Te sacaré el trapo de la boca, pero al más mínimo grito no dudaré en ponértelo de nuevo—quita el trapo y yo me mantengo en silencio, es muy incómodo.
Intento observar la habitación pero no logro ver nada muy interesante, ni relevante, por lo que me quedo en silencio. Lucas se aleja de mi, no sé a dónde.
Oía como unos pasos se acercaban cada vez más a la habitación en la que estaba. Solo me concentré en llorar y así no pensaba en más nada.
Los pasos en el pasillo se acaban y así sé que alguien va a entrar en la habitación. Por la poca luz que entra por la ventana, veo un par de sombras que entran, y espero que no traigan nada afilado y que no piensen en matarme, quería una vida en paz ¿Es mucho pedir?
—Yo soy la que paga para que haya iluminación, Jesús, hazme el favor y prende la luz—oigo que dice una voz femenina en un tono dominante y con fuerza.
El que asumo es Jesús, prende la luz y puedo observar todo mejor, aunque con dificultad a mis ojos que intentan atenuarse a la luz.
Estaba sentada en una colchoneta en el suelo, y la habitación vacía, aunque no en mal estado, solo tenía un escritorio y una silla detrás de él.
Ahora la observo a ella, con una larga melena de color negro y piel muy blanca con unos ojos marrones muy profundos. Y los tacones le daban una excesiva altura, más de la que ya de por si se veía que tenía.
Ella me mira y se acerca a mi. Yo me asusto apenas estira su mano. Hasta que me doy cuenta de que quiere que la tomé. Cuando ve que no la tomo, me observa y se da cuenta de que mis manos y pies siguen atados.
—Lucas—le dice fuerte al chico—. Mis órdenes habían sido claras ¿No?—le dice al chico con rasgos que ahora veo que son latinos.
Él se acerca rápido y me desata antes de volverse a alejar.
Ella vuelve a estirar su mano y yo la tomo nerviosa y ella la agita.
—Hola Sabrina—me dice y yo me asusto al saber que sabe cómo me llamo—. Soy Savannah—dice soltando mi mano y sentándose detrás del escritorio de una forma elegante—. Tal vez te estés preguntando qué haces aquí—dice y yo asiento—. Alguien quiere cuidar de ti—explica—, sabíamos lo abusadora y mala persona que era tu madre,—hace una pausa y me mira— ¿Lo es, o no?—yo asiento. Mi madre de santo tiene poco—. Pues alguien quiere que vivas con él. Darte una casa segura, comida, educación y paz.
¿Paz? ¿Eso es lo que quiero? ¿Y así? ¿Gratis? Nadie hace eso gratis.
—No me lo pusiste fácil, Sabrina tesoro—continua en su monólogo—. Y te íbamos a buscar, pero, te habías ido, sin dejar rastro alguno, no sabes cuánto me costó encontrarte. Pero aquí estamos—se levanta de la silla y se sienta en el escritorio sin dejar de mirarme—. ¿Alguna pregunta?—me mira aún más penetrante.
—¿Gratis? ¿O, es algo parecido a la prostitución?Ella ríe como si fuera una broma y eso me asusta.
—Me gusta que seas directa—vuelve a su frío semblante—. No cielo, este tipo de personas lo hacen porque quieren ayudarte a tener una vida mejor. Seguramente te pondrá reglas para mantenerte segura, y ya está. Yo que tú, las sigo al pie de la letra, ya que si no, ya te digo yo, que los castigos, no serán fáciles.
¿Castigos? ¿Qué mierda?
—Está demás decir, y creo que cae de cajón, que si tratas de huir, ya sea aquí o allá, las consecuencias no serán del agrado de nadie. Y si lo logras, estés en una selva en el Amazonas o en el desierto del Sáhara, te encontraré.
Ella lo deja de mirarme.
—¿Alguna otra cosa?—pregunta.
Yo trago nerviosa y pregunto lo que tanto miedo tengo.
—¿Y mi madre?—digo en un hilo de voz tembloroso—¿Me está buscando?—pregunto.
—No—dice seca—. Solamente sabemos que te maldijo durante alrededor de dos horas por llevarte su dinero, pero no ha hecho nada—termina y me hace sentir triste.Mi madre es un truño de mierda, eso no es sorpresa para nadie. Pero esperaba de alguna forma una muestra de cariño o interés ante su hija perdida. Pero le molestó más el dinero, que el que yo no estuviera y eso me pone inevitablemente muy triste.
—Lucas—le señala al ver que no me muevo ni digo nada. Su tono de voz era más delicado, tal vez sabía que estaba triste—. Llévate a Sabrina a una habitación vacía de la quita planta, haz que se bañe y coma. Ya mañana se irá con él.
¿Él? ¿Se supone que deba emocionarme o algo?
Si hay alguien oyendome allá arriba, ¡Te pedí una cosa! ¡Una sola cosa! Irme lejos, y vivir una vida plena. ¿¡Y así me pagas!?
Lucas me ayuda a levantarme y me lleva a través de un pasillo hasta llegar a un ascensor. Nos subimos y él no deja de mirarme.
—¿Soy, o me parezco?—digo irritada con la voz entrecortada por el llanto.
Él niega nervioso hasta aclararse la voz.
—Tú tienes suerte. Mi padre trabaja aquí, y ahora yo debo también estar aquí. Mi vida apesta, ojalá alguien con dinero me comprase y me diera una educación o una cama cómoda. No pierdas esta oportunidad y se buena. Qué no querrás saber qué pasa si vuelves aquí.
Se calla apenas llegamos al piso, y me conduce por otro pasillo hasta dejarme en una habitación. A la que el también entra.
¿Volver aquí? No sé que es peor, tal vez sea un viejo verde que solo quiere aprovecharse de mí.
¡Joder! Quería huir y terminé peor...
××××××
Lamento subirlo tan tarde, pero espero que les esté gustando :)
Gracias por los 2k 🥺
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Pequeñas lecciones.
ChickLitSeis chicas. Una escuela. Cinco chicos. Reglas que seguir. Muchas describen este mundo como un infierno o un paraíso. Y tendrán muchas lecciones por aprender. Nota: Hello :) Antes de que te pongas a leer, vengo a aclarar ciertos aspectos de la histo...