Dry me - [Drabble/ Kaisoo]

Dry me.

Kai era dañino, lo era para cualquiera que estuviera cerca de el y no era algo que pudiera evitar, estaba en su naturaleza.

Kyungsoo lo sabia, lo supo desde el momento en el que la mirada de Kai se poso sobre el aquella noche de verano mientras volvía a casa del trabajo caminando por la desolada calle, cuando sintió como con una sola mirada se metía bajo su piel, poco a poco dejando que su escencia se apoderara de el hasta que sintió como si de alguna forma le robara su voluntad haciéndolo incapaz de huir, incluso cuando Kai es como un huracán que entra en tu vida y se lleva todo lo bueno, simplemente no hay nada que puedas hacer.

Por eso cuando la puerta de su habitación se abrió lentamente esa helada noche de invierto el pulso tranquilo de Kyungsoo no se altero, sabia que ya no tenia nada que perder.

De pie frente a su ventana podía ver como los copos de nieve cubrían las calles de Seul, uno a uno sepultando al asfalto bajo ellos. Sonrió tristemente pues le pareció una imagen bastante apropiada para el momento. Cerro los ojos cuando los fríos brazos de Kai lo rodearon desde atrás por la cintura. Con el tiempo la cercanía del rubio lo hacia sentir cada vez mas agotado, como si pudiera acostarse a dormir durante mil años y despertar como si no hubiera descansado nada.

-Soo...- susurro Kai en su oído, para luego depositar un frió beso en su cuello, ahí donde su aliento lo había tocado. Kai sonrió al sentir como Kyungsoo se estremecía entre sus brazos.- ¿Estas asustado, mi Kyungsoo?- pregunto suavemente, falsa preocupación saliendo de sus labios curvados en una fría sonrisa.

-No, no tengo miedo, ya no tengo nada que perder.-respondió Kyungsoo en voz baja, casi inaudible, mientras recostaba su cabeza contra el pecho de Kai, cada vez le resultaba mas difícil mantenerse en pie.

-¿A que te refieres, Soo?

-Mi corazón en tuyo Kai, lo fue desde el primer momento que pusiste tus ojos sobre mi, no importa realmente lo que hagas con el.- dijo Kyungsoo.- ya no importa. - susurro suavemente.

Kai sonrió ampliamente, haciendo visibles dos hileras de dientes afilados y perfectamente blancos mientras sus ojos se oscurecían por completo. Lo que Kyungsoo acababa de confesarle, eso el ya lo sabia, sin embargo siempre resulta agradable un... pequeño incentivo.