*Problemas*

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- Buenos días doctora... Tengo entendido que el día de ayer tuvimos unos problemas de salud, ¿todo bien?

-Así es Anie gracias por preocuparte, sin embargo todo está perfectamente así que comencemos con la entrevista. Nos quedamos en la última vez que viste tu casa, habías mencionado que sentías que era una especie de prueba, ¿por qué?

-Yo siento que era una advertencia, me advertía con su comportamiento, con su ausencia a mi cumpleaños pero sin embargo no me importo, nunca te ha pasado que tienes ese extraño sentimiento de un futuro peligro pero aun así haces las cosas. El ser humano en ocasiones es muy predecible…

- ¿Qué paso después de que te drogo?

- Doctora... a partir de ahí el tiempo no tuvo significado para mí, por 06 años el tiempo fue  traicionero conmigo.

-¿Exactamente que recuerdas después del rapto?

- Recuerdo haber despertado con mucho dolor de cabeza, mi vista cansada, todo se veía borroso pero al pasar los minutos todo tomaba su forma,  me encontraba atada a una silla, mi boca atada con un trapo, obviamente desesperada por mi libertad comenzaba a tratar de zafarme, inútilmente observo una sombra delante de mí, algo me observaba desde la esquina de la habitación era algo imposible de ver ya que la habitación estaba muy obscura, solo la luz de un pequeño foco a un costado hacia verle.

- ¿Que paso?                                                                                                                                     

-Paso mucho tiempo y el solo me observaba, trataba de gritar y lloraba hasta quedarme dormida y siempre que despertaba esa figura estaba ahí. Hasta que un día desperté  y una luz iluminaba toda la habitación.  Mis amarres estaban sueltos pero esta vez me atemorizaba más el hecho de que ahora nadie me observaba.

-¿En dónde te tenía encerrada?

- Al principio en una especie de baño viejo, sabes azulejos azul rey en el techo y suelo  y en el centro de la habitación se encontraban 02 sillas, una posicionadas una enfrente de la otra, y eso era todo.  Paso el tiempo y noto que una puerta se abre lentamente y al fin después de mucho tiempo vuelvo a ver el rostro de Dante.  Esa vez ya no me ilusionaba me daba muchísimo miedo, no quería que él me observara, se acercara, solo quería que me dejara sola en esa esquina.

- Hola Anie… - me mira sarcásticamente y lentamente se sienta en una silla, observándome detalladamente por unos minutos el silencio me mataba, sé que estoy libre  pero algo me impide moverme de esta esquina, estoy paralizada.

- ¿no vendrás Anie?- señalando la silla frente a el- no me hagas ir por ti querida.- no tengo fuerzas, hace días que debo estar aquí no he comido nada y cada minuto que pasa me cuesta mucho respirar.

- te diré algo,  si vienes acá te daré algo delicioso de comer.- me daba mucho miedo, mi cuerpo tembloroso quería moverse pero era imposible. Solo lo miraba.

- ¡QUE VENGAS ACA ANIE! – sus gritos atravesaron mi cuerpo así que en respuesta comencé arrastrándome poco a poco, sentía como mis huesos tronaban con cada movimiento, era un martirio y el no dejaba de observarme, finalmente después de esfuerzos llegue al pie de la silla, mi poca fuerza se había acabado  me cuesta mucho respirar me tumbo en el suelo, llorando con mi poca fuerza decido hablarle

- Ya no puedo más. 

- Oh querida, costaba que me lo dijeras- veo como se levanta de su silla y poco apoco se acerca a mí, me toma de la cabeza y la levanta lentamente, siento un beso en mis labios, y finalmente me mira.

-Vendré mañana y  si mañana cuando entre no estás en tu silla estarás en problemas.

SobreviviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora