Única Parte

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—¿Está mal casarme con ella?

Draco suspiró tembloroso y cerró los ojos al dejarse caer a su lado. Su mano buscó la suya y la envolvió. El toque le resultaba tan familiar, y aún así lograba hacerlo temblar.

—No — susurró.

Tenía esa expresión. Esa expresión que le decía que el mundo a su alrededor estaba a punto de desmoronarse, que él estaba a punto de desmoronarse. Esa expresión que le hacía querer tomarlo de la mano y simplemente escapar a cualquier lugar.

Pero no podía.

No podía No podía No podía

No recuerda haberse sentido tan impotente en treinta años. Era casi gracioso la manera en que sentía su interior quemar, luchar contra sí mismo. Quería gritar, correr, hacer algo más que solo sentarse y esperar.

Pero no podía, maldición.

La situación le sobrepasaba. Era simplemente demasiado con lo que lidiar. Escuchaba una voz en su cabeza gritando una y otra vez.

Aléjate 

Aléjate ahora

Pero había algo en Draco, en su piel, en sus manos, que lo llamaba, le rogaba que se acerque más. Su piel cosquilleaba, allí donde el rubio había empezado a trazar círculos con su pulgar.

Aléjate

Giró la mano para tomarlo de la muñeca y detener sus movimientos. Se encargó de pasar sus dedos por su antebrazo, rodeando la marca tenebrosa de la que nunca pudo deshacerse; repasó las venas que se notaban en su palma, despacio, apenas rozando la piel hasta su dedo anular donde descansaba un aro plateado.

Draco levantó la mirada atento, con los ojos brillantes. Y a Harry se le olvidó cómo respirar.

Ignoró los temblores en su mano y pasó la yema de sus dedos por la alianza. Se detuvo un momento, con el anillo entre su pulgar e índice, y esperó alguna reacción del rubio que le indique que se detenga. Draco desvió la mirada hacia algún punto lejano en la pared frente a ellos, pero dejó extendida su mano, expectante.

Sabía la respuesta sin necesidad de escucharla.

Está bien

Por hoy, está bien

El anillo se deslizó con facilidad fuera de su dedo. Lo colocó sobre la mesita que había al lado de la cama, con cuidado de no perderlo. Draco había volteado hacia él de nuevo, mordiéndose el labio inferior.

Se acercó despacio hasta que sus piernas chocaron, temblorosas. Tenía la leve sospecha de que el rubio tomaría el anillo y huiría de él si se apresuraba demasiado.

—¿Alguna vez piensas en nosotros? — preguntó — ¿En lo que fuimos?

Se tensó músculo por músculo. Draco había hablado en un susurro bajo. Se escuchaba cansado, y Harry se tranquilizó de pronto al saber que no era al único al que le agotaba estar así.

—Pienso más en lo que pudimos ser — confesó, igual de bajo, sin querer romper el ambiente tan íntimo que se había creado entre los dos.

Es lo más cerca que han estado en años.

Draco suspiró, tallándose los ojos, y se dejó caer en la cama con la espalda sobre el colchón. Harry lo imitó, sin separarse demasiado, y cruzó sus brazos por debajo de su cabeza.

Sabía que debía ponerse pie, vestirse, y bajar a la fiesta que había en el patio de la madriguera; pero algo más le decía que se quede, que valdría la pena esperar.

Un Minuto Más [Drarry / Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora