Parte 2

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Magnus estaba sentado en el sofá, simplemente sentado, con la vista perdida y acariciando distraídamente sus muñecas cuando oyó unos golpes sobre su puerta.

Arrastrando los pies se acercó a abrir para encontrarse allí a Alec

Sin embargo, a la cabeza de Magnus no llegó la imagen de Alec, sino el recuerdo de cuando le abrió esa misma puerta a otro Lightwood hacía ya casi un mes

-Inquisidor Lightwood, ¿quería usted algo?- preguntó Magnus extrañado de ver allí al padre de su nov... de Alexander.

-Sí, tenemos que hablar, Bane.

Si Magnus no conociera a Robert Lightwood, creería que este quería hablar de su ruptura con Alexander, intentar convencerle de que estaba perdiendo al mejor hombre del mundo, amenazarlo incluso como había hecho Isabelle.

-Claro, adelante- se apartó permitiendo que el nefilim pasara. Ni siquiera se molestó en chasquear los dedos para arreglar un poco el desastre en que se había convertido su loft desde que Alec no estaba allí- Disculpe el desorden, no esperaba visita.

-A mí no me importa cómo tengas tu casa, brujo, pero tal vez a Nightshadow sí.

Al oír ese nombre Magnus se quedó paralizado de inmediato.

-¿Night...Nightshadow?- logró tartamudear rezando para haber oído mal el nombre

-Kelsier Nightshadow, lo conoces, ¿verdad? Verás- comenzó a hablar Robert mientras paseaba por el salón, mirando distraídamente las cosas- Hace unos días el líder del clan de vampiros de París apareció en el Santuario del Instituto de Nueva York con una propuesta... interesante para los nefilim

Magnus temía preguntar de qué se trataba, pero Robert se lo contó sin necesidad de preguntarlo.

-Tengo entendido que Nightshadow lleva encaprichado contigo un par de siglos, y ahora ha encontrado la manera de tenerte a su lado.

-Eso nunca sucederá- aseguró Magnus con convicción en la voz

-Sí, sí sucederá, a no ser que quieras que algo le pase a Alexander, claro

-¿Alexander? ¿Qué quieres decir? ¡No metas a Alec en esto!

-Al igual que en el resto de las ocasiones, eres tú quien pone a Alec en la línea de fuego.

-Yo...- intentó defenderse de tal acusación, pero la voz del nefilim lo interrumpió.

-¿Sabes lo que es que desrunicen a un nefilim verdad? Lo doloroso que es. Y si se tiene un parabatai... Sería terrible que alguien sufriera ese destino, ¿no crees?- dijo con cinismo disfrutando del terror que apareció en los ojos de Magnus al comprender lo que pasaría si se negaba- Y ahora, ¿sabes quién decide si un nefilim es desrunizado? El Inquisidor y, qué casualidad, ¡ese soy yo!

Magnus intentó sobreponerse, ocultar sus sentimientos y jugar bien las pocas cartas de las que disponía.

-¿Y qué te hace pensar que voy a aceptar? Alec ya no es nadie para mí. Sí, me divertí con él, incluso le cogí cariño, pero ya me he aburrido. Desrunízalo o mátalo directamente, ya no me importa.

-Oh, Bane- dijo Robert con una carcajada- ¿De verdad me crees tan ingenuo?

Y no hizo falta que dijera nada más, Magnus supo que no podría salir del paso con un farol como solía hacer, podía modificar su voz e incluso su expresión, pero jamás podría borrar el amor y la preocupación que sentía por Alexander.

POR TÍ ~Malec fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora