Caperucita Uzumaki (SasuNaru)

Capítulo cuatro

Nuestro puro e inocente rubio se encontraba haciendo un funeral improvisado a sus dos girasoles.

- Descansen en paz, girasoles.- se despidió el rubio, poniendo la última piedra en el lugar donde enterró ambos girasoles.

- '¿En serio se puso así por una flor?'.- pensó Sasuke con incredulidad.
Nunca había visto a una persona afligida por una planta cualquiera.
Al escuchar una ramita rompiéndose hizo que saliera de sus pensamientos notando que la persona estaba avanzando y sin dudarlo, decidió seguirla.

- Está bien, hehe.- se detuvo el ojiazul y miró dos peculiares caminos que tenía enfrente. - ¿Qué camino tenía que tomar?.- se preguntó a sí mismo.

Después de pensarlo un poco, tomó el camino izquierdo. Sólo pedía que fuera el correcto y no se perdiera.

-v-

Naruto caminaba, muy temeroso, por el camino que había elegido hace unas horas. Ya llevaba caminado por mucho tiempo y no encontraba la casa de su enfermo abuelito.

- Me perdí...- dijo con timidez y con ganas de llorar. ¡Me perdí!.- gritó con tristeza.
Tenía que llegar a la casa de su abuelito antes de que acabara el día, pero ahora sabía que no sería posible.

- 'Está perdida, ¿pero qué persona idiota se adentra a un bosque sin conocerlo y además solo?'.- pensó con un tic en el ojo.
Realmente le estaba desesperando esa misteriosa persona.

- ¿Y si me regreso y tomo el otro camino?.- se preguntó el rubio, poniendo una mano en su barbilla. - ¡Si!. ¡Me regresaré!.- dijo con decisión y brillo en sus ojos.

- ¡Es todo!. ¡Ya no aguanto tu estupidez!.- se quejó con molestia, su pedazo de paciencia había llegado al límite.
Sasuke saltó de entre los árboles con la finalidad de atacar a esa persona. No dejaría que se escapara su presa por lo que no tendría misericordia al atacarlo.

Sin embargo, los planes no salen como uno quiere, siempre habrá un cambio al final.

- Es... hermoso...- murmuró con sorpresa aún sin detener su ataque al Uzumaki.