JJPRETTY

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A una niña se le enseña que al llegar su periodo, su niñez termina y debe convertirse en una mujer. Ella debe saber sobre anticonceptivos, ella debe saber de preservativos, ella debe gastar en médicos ginecólogos, ella debe ser una dama, ella debe ser linda, ella debe ser perfecta, aguantar dolores mensuales y soportar comentarios fuera de tono, sin embargo la que no acepta esto es considerada una mujer que no tendrá futuro, es estigmatizada como alguien que no merece amor de un hombre, que es una mala persona y por exigir no ser tratada de mala forma es demoninada "feminazi", "odia hombre", estúpida o sin sentido coherente.

Si una pareja lesbiana camina por la calle, a diferencia de una pareja gay, son vistas como objeto sexual, dos putas calientes que necesitan un hombre que las haga heterosexuales con su miseria.

Los derechos de la mujer apenas van a cumplir 60 años, solo en algunas partes en el mundo, hace poco se empezó a perder el miedo a la sexualidad y al periodo, pequeños pasos que han tomado fuerza en los últimos 70 años en lugar de los miles de año de historia. Sin embargo, hasta el día de hoy sigue siendo difícil ser mujer, mas la dificultad da el poder.

Park JinYoung era una jovencita de una familia conservadora, donde su madre no le permitía cortar ni pintar su cabello, la vestía con vestidos y faldas hasta la rodilla y le enseñó a aguantar el dolor de los tacones, sin embargo no había hablado sobre su monarquía y lo difícil que sería en los primeros años. 

A sus 12 años, sintió su ropa interior húmeda en plena clase de biología, así que sale corriendo de su sala hacia el baño, donde se encierra en un cubículo, levantó su falda y vio sangre en sus muslos. Su menarquía había llegado y no sabía qué hacer. No tenía confort a la mano o un cambio de ropa interior, estaba condenada a estar allí hasta que todos se fueran y pedirle ayuda a una profesora, pues pese a que fue un hombre quien les enseñó sobre el periodo menstrual, encontraba que era algo incómodo relatarle el sucedido a un hombre. Empezó a llorar en silencio unos segundos, sintiendo un dolor en el vientre, como un dolor estomacal común, sin embargo más fuerte y abajo. 

Hasta que su salvación llegó. 

Im JaeBum, una niña de cabello corto y puntas teñidas de rosa, le pasó por debajo una toallita, una botella de agua y algo de confort para limpiarse.

- le diré a una inspectora que estás aquí para que llame a tus padres. - le ella dijo desde el otro lado. - si te duele mucho, puedes comer chocolate, mi mamá me da cuando me llega, aunque me salgan espinillas, pero alivia el dolor, también tienes que tomar cosas calientes para que no te duela, e ir con un ginecólogo para que te diga más sobre el tema. Los primeros meses son los más difíciles, pero luego aprendes a manejar todo en orden.

- ¿y si mi mamá no me lleva?

- sería una mala mamá, al menos eso dice la mía. - le contestó. 

- a mi mamá no le gusta que coma chocolate, dice que estropea la piel. 

- las espinillas son muy comunes en esta edad, incluso en los muchachos. Si quieres te doy el mío, mis mamis siempre me echan una barra pequeña cuando estoy en mis días. 

- ¿estás segura? 

- claro, cuando salgas de allí te lo pasos.

Ese día marcó a JinYoung para siempre. 

La menarquía había llegado y a su vez una serie de conflicto. Mientras que en casa su madre solo le daba aguas de hierba sin azúcar, comidas calientes y nada de dulces, en la escuela JaeBum le daba una leche de chocolate caliente, dulces para el dolor y de vez en cuando le daba una toallita extra. Nunca más volvió a separarse de ella, pese a que fuera una acalorada discusión con su madre cuando hablaba de sus sentimientos hacia la mayor y terminase en llanto cuando su papá se metía a la discusión.

Sin embargo, aquella vida de superficialidad, logró encontrar un amor enorme hacia la moda, en las costuras, en la expresión y dar su grito al aire su gusto por las artes, la expresión y la moda, con el sueño propio de abrir una fábrica textil pequeña y hacer hermosos vestidos para eventos, aunque su padre siempre llegaba y le decía que el dinero que estaba ahorrando para su futuro no era para una universidad, sino para mandar a hacer un lindo vestido blanco para que se casase con un hombre con un buen estado económico y darle hijos lindos. 

Mientras tanto, JaeBum también empezó a sentir afecto hacia la menor de cabello castaño. Sus madres, al enterarse de los gustos de su hija, se emocionaron bastante, incluso empezaron a comprarle más dulces a su hija para que ella pudiese compartir con su amiga, y si el destino se lo permitía, que la educada muchacha se volviera parte de la familia. 

Las dos amigas tenían una interesante historia que contar, así que habrá que ponerles muchísima atención.

La mayor como alguien asocial, aislada debido a que solo tenía dos mamás, sin embargo esto parecía no importarle, pues así no soportaba a estúpidos desagradables, mientras que la más pequeña acaparaba toda la atención por su cuerpo delgado debido a su práctica de ballet, aunque se escapaba para irse siempre a un lado de Im.

- tienes admiradores que te esperan, ¿por qué te pegas a mí como chicle? - le preguntó Jae, recibiendo a la menor a su lado y acariciando su rostro cuando ella se apoyo en su hombro izquierdo.

-quizás porque soy rosita, dulce y suave. - le contestó con ternura, sacándole una sonrisa satisfecha a la mayor. 

- bueno, te creó. - abrazó a la más pequeña. - mañana es la prueba en parejas de matemáticas, ¿ya tienes pareja? 

- tú, dah. - le contestó, sacándole una risita a la mayor. - dependo de ti para salir bien de esa materia.

- solo debes estudiar.

- lo hago, en serio que lo hago, pero los números me marean.

Otra cosa tierna de la más chica es que no era buena para las ramas científicas, así que Im le ayudaba con todas esas materias mientras que Park la ayudaba a hacer todas las materias humanistas. Era algo hermoso como se complementaban.