Era una hermosa tarde en la bellísima ciudad de París, cerca de la Torre Eiffel. Las parejas más enamoradas paseaban juntas tomadas de la mano dándose en más de una sola ocasión, un beso o abrazo de amor verdadero.
Con tan solo ver sus ojos se podía apreciar el amor que se profesaban los unos por los otros sin necesidad de palabras, pues sus corazones latian en un mismo ritmo.
Mientras tanto un joven aspirante a productor de cine y amante de la música, se encontraba en un dilema al no saber de que manera única y genuina podría demostrar su amor por aquella auténtica chica, aspirante a periodista que sin duda alguna es dueña de su corazón.
Al no encontrar una solución decidió pedir apoyo y ayuda a su mejor amigo.
Nino: Adrien bro, no se que puedo regalarle a Alya— estaba cansado de tanto pensar y no encontrar una solución.
Adrien: Tranquilo Nino, ¿Por qué no la llevas a cenar y le regalas algún peluche o un ramo de rosas?— veía la mirada de desesperación de su amigo.
Nino: No es tan mala idea, pero esta vez quiero hacer algo especial, algo único, genuino y maravilloso como ella— suspiró, no sabía que hacer. Tendría que impresionar a su hermosa novia pues ella era alguien única y genuina.
Adrien: Ya se, por que no le haces una cena romántica y le regalas algún collar o pulcera elaborado por ti— volvió a ver aquella pulcera que su hermosa princesa le regaló. —Después de todo lo importante de los regalos no es su valor material, sino la persona que te los da. —sonrió al recordar la sonrisa de su hermosa princesa.
Nino: Tienes toda la razón, le haré una cena y un collar que nos represente ambos.— se alegro por aquel consejo —Pero hay un pequeño problema, no soy bueno cocinando— agarró su gorra en señal de nerviosismo.
Adrien: Ya se, que te parece si le pedimos ayuda a Marinette— no podía evitar que aquella hermosa princesa estuviera en sus pensamientos.
Nino: ¡Si! me parece muy bien, pero ¿que tal si tú y Marinette también se nos unen?— sonrió al ver a su mejor amigo —Después de todo podríamos hacer esta pequeña salida como una cita doble, así ambos podríamos pasar un momento agradable y tú podrías pasar bastante momento romántico con Marinette— codeo animando a su amigo —y quien sabe... tal vez la puedas hacerla tú novia de una vez por todas - miro con alegría y poco de risa a su mejor amigo.
Adrien: Esta bien Nino, pero esto lo estoy haciendo solo por que tú me lo pides— sabía que en parte la idea de conquistar y hacer su novia de una vez por todas a su princesa no podría desperdiciarla.
Nino: Claro como tu digas— no se creia que solo lo hiciera por él, sino en que su amigo estaba realmente enamorado de aquella Azabache de mirada azulada —Bueno, ahora ¿en donde podemos hacer la cita?— ya tenían resuelto lo de la comida, lo que no sabía en que lugar podrían llevar aquellas hermosas señoritas.
Adrien: Eso déjamelo a mí— tomó su teléfono y realizó una llamada —Y listo, problema resuelto— vió a su mejor amigo él cuál estaba un poco confundido —Tú tan solo encárgate de estar con Alya enfrente del rio Sena a las 7 pm, de lo demás me encargo yo— caminó hacía su limosina junto con su mejor amigo, una vez adentro decido mandar un mensaje a su princesa— y por cierto, Marinette nos espera a las 4 pm en su casa, nos enseñara hacer un pastel de chocolate que por cierto me comentó que a Alya lo adora— sin más que decir emprendió rumbo a su hogar.
Mientras tanto en la habitación de Marinette.
Alya: A ver dejame ver si entendí, me estas diciendo que ¿Nino y Adrien vinen a que les des clases para hacer mi pastel favorito?— vio a su mejor amiga quien con una sonrisa daba la respuesta afirmativa.