La caída del Sol. Segunda parte

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Su barco se acercó cada vez más a la costa de la isla vacacional. Xuanyu estaría emocionado, de no ser porque estaban ahí para matar a un hombre y rescatar, si es que seguían vivos, a unos jóvenes que también eran criminales... Bien, era mejor el escenario en su mente.

Como sugirió Nie Huaisang, se hacían pasar por turistas, sus bolsas llenas de armas y municiones parecían maletas llenas de ropa y juguetes para el mar, aun así, se sentía nervioso.

¿Qué harían si les atrapaban las armas?

¿A dónde correría si tuviesen que huir?

¿Cómo escaparían de una isla?

Yanli, notando el nerviosismo de su pequeño cuñado, se acercó despacio y acarició su cabeza con suavidad. Xuanyu le miró y ella le sonrió, para después ponerle una serpentina de flores alrededor del cuello.

- A-Yu, tenemos amigos de Nie Huaisang aquí, además de que el dueño de éste hotel conoce a Madam Qin, la mujer que contrató a mi hermano – el Jin estaba algo perdido entre tantas conexiones, de todos modos, entendió que estaban a salvo mientras no salieran del lugar – Llegaremos a la isla y mataremos a Wen Ruohan, no creo que los jóvenes sigan con vida, pero haremos lo necesario para salvarles y ayudar a quienes estén en la isla de Ruohan –

- ¿Hay más personas ahí? – Xuanyu creía que el Ruohan no se arriesgaría a tener más personas en ese lugar.

- Tenía a esos tres pequeños en la casa... - a Jiang Yanli le hervía la sangre cada que recordaba el estado de esos tres niños – Esta isla es su dominio total, es más que obvio que tiene personas allí... desconozco quienes sean, pero estoy segura de que hay alguien –

- Hermana mayor... - la forma tan cariñosa en que el pequeño Jin le llamaba le hacía sentir muy contenta - ¿Los malos siempre tienen que morir? – la pregunta tomó por sorpresa a la Jiang, quien esperaba que el Jin continuara. Sabía que Xuanyu no era una mala persona, a pesar de las horribles enseñanzas de su padre, él se había mantenido siempre puro, siempre optimista, siempre amable. Pero aquello que le había hecho Ruohan hizo menguar su carácter – Lo odio muchísimo, lo odio y quiero que sufra lo que me hizo sufrir... -

- ¿Pero...? –

- Pero temo convertirme en una mala persona si no puedo dejar de odiarlo –

Los ojos de su pequeño cuñado estaban llenos de lágrimas nuevamente. Había sido mancillado, ensuciado y destrozado. Le habían arrebatado algo que nadie debería ser capaz de arrebatar. Yanli había escuchado llorar a Xuanyu, cuando tocaba la puerta del cuarto que ella y Zixuan compartían, lo había escuchado salir silenciosamente de la cama, cuidando de no despertarla... aunque fallara en su intento.

Lo había escuchado consolar a su hermanito y abrazarlo hasta que los sollozos del Jin menor se calmaban y se quedaba dormido en los brazos de su hermano. Zixuan entonces lo llevaba en brazos a su recamara. Y ella escuchaba todo.

Después del llanto de Xuanyu seguía el llanto de Zixuan. Impotente, furioso y lleno de rabia. Porque un solo hombre había destrozado a un joven de sonrisa luminosa y a su familia también.

Y, a pesar de todo el sufrimiento, Jin Xuanyu seguía sintiendo lástima de los malos, de los que dañan, de los monstruos. Y ella supo que, si Jin Xuanyu no era capaz de matarlo, ella sería quien metería una bala en la cabeza del Wen.

- A-Yu, las personas como él merecen morir – esta vez su voz era fría y carente de lástima – Las personas como él seguirán dañando. No fuiste el primero y tampoco serás el último – Xuanyu volteó a verla y se dio cuenta de que la usual mirada cariñosa y siempre luminosa de aquella mujer era ahora devastadora, como la tormenta que era capaza de llevarse todo.

En tonos grises (ChengSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora