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Dos días. Faltaban dos días y Yang Jeongin no tenía pareja pafa el baile, todas, absolutamente todas las damas estaban ocupadas—incluso las que él no invitaría. No podía creer que ya era la onceava vez que le decían: "no" o "lo siento, ya me invitaron y dije que sí" Qué buena suerte, el único alfa que no tenía pareja.

Patético.

— Hey In.— una mano se posó en el hombro ajeno.

— ¿Minho? ¿Qué haces aquí, hyung?— preguntó el menor confundido, mirándole con un deje de tristeza, que bien no supo disimular porque Minho se percató de ello. Y además, una de las cosas que le delataron era que él nunca, nunca, le decía "hyung" a Minho.

— ¿No puedo estar aquí?— dramatizó.— Disculpe usted señor presidente, ¿dónde está su nombre grabado que identifique que esta área es privada?

Jeongin apenas sonrió. Minho dejó su acto e hizo una mueca. Al parecer no era momentáneo, el chico de verdad estaba mal.

— ¿Qué ocurre Yang? Tú no sueles ser así.

El mencionado levantó la mirada, que hasta ahora había permanecido en el suelo, observándole con un rostro que decía muchas cosas, un silencio que enuncian a gritos tres palabras. Porque, aunque hace unos días atrás estuvo quejándose al respecto, en realidad él era uno más del montón.

"Baile de graduación"

Era un estúpido baile, sí, pero no quería ir solo.

— Ya lo sé, pero... Estoy bien, ¿puede decirme que hace aquí?

— Oh, vengo a vigilar a que mi amigo depresivo no se corte las venas. Ya sabes, por si las dudas.— lo último lo dijo con cautela, sonriendo de lado al recibir un suave golpe en el antebrazo.

— Idiota.— dijo riendo entre dientes.

— No, aquí entre nosotros, tú eres el idiota, pero un idiota mentiroso.— comentó Minho acusador, poniéndose repentinamente serio.

Jeongin se congeló en su lugar, estupefacto a lo que acababa de escuchar. ¿Tan obvio había sido?

— Creo que tú y yo debemos conversar, In.

🍰

— ¿Qué opinas Sung?— Hyunjin corrió la cortina, mostrando otro traje de los tantos que se había probado.

Sin embargo, Jisung estaba algo ido de toda la conversación.

— ¡Jisung!— gritó el más bajito, mirándolo con reproche.— No estás ayudándome.

Ahí, justo ahí, salió de sus delirios.— ¿Eh? Oh, sí, Hyunjin, sí.

Hwang alzó una ceja, mirándole escéptico con esa mirada que decía "¿Te atreves a mentirme en la cara?" Al final sonrió.

— ¿Ah sí?— preguntó.

— Sí, no te preocu-

— ¡No estás poniendo atención a nada de lo que estoy diciendo!— reclamó.— "sí" Eso ni siquiera tiene sentido.

— Pero tú...

— ¡Nada! Solo te pedí una opinión, ¡una!

Jisung se encogió en su lugar, soltando un bufido. Había sido descubierto, o más bien se había delatado solo.

— ¿Mi opinión sinceramente?— preguntó, a lo que el contrario asintió.— Bueno, el color no te favorece y te queda algo suelto por debajo. No, en definitiva.

Hyunjin lo miró expectante unos segundos antes de sonreír.

— Mucho mejor. Ahora me iré a cambiar.— Jisung solo asintió ante el aviso.

— ¡Señora Hedwick, me llevo el smoking anterior!

Gritó Hwang una vez cruzó tras el telón.

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora