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Quizás no corría con tanta suerte como decía, después ee todo no había que ser listo para saber lo que sucedía. Algo tenía en ese estado a Jeongin.

Y Lee Sherlock Minho iba a resolver este misterioso caso.

— Muy bien.— dijo una vez estuvo en el lugar adecuado para la conversación.— Lo dices por las buenas o lo dices por las malas.— advirtió sin preámbulos, pues prácticamente lo arrastró hasta ese aula vacía.

Jeongin alzó las manos en son de rendición, suspiró y lo miró.

— Es...— apretó los labios.— es sobre el baile de graduación.

Lo dijo, esperó alguna risotada, burla, reclamo, lo que fuera. Pero no hubo nada de eso, al contrario, solo predominó el silencio.

Analizando sus reacciones, pudo detectar que Minho estaba pensando. No había sido de malicia o burla, eso era bueno.

— ¿Estás así porque no tienes pareja para el baile?— la voz de Minho lo sacó de su ensoñación, haciéndole asentir y desviar cobardemente la mirada.— Jeongin...

— No digas nada, ya sé lo que vas a decir.

Lee enarcó una ceja, cruzándose de brazos.

— ¿Y qué voy a decir exactamente?— se aventuró a preguntar.

— "La graduación es sólo una presentación al mundo adulto, es una fiesta estúpida, un baile donde todos sabía que nadie se atrevería a sacar a nadie de la pista" Eso dirás.— finalizó.

— Bueno, sí, concuerdo con lo que es una fiesta estúpida y que nadie tiene los huevos suficientes para sacar a nadie. Pero no todo es malo, Jeongin, estoy seguro de que encontrarás a la indicada o al indicado. El día aún no acaba y todavía tienes posibilidades.

El menor miró al más bajo, sintiendo aflorar en su pecho el sentimiento de respeto.

— Yo... Gracias hyung.

— De nada.— respondió simplemente.

— No.— le tomó las manos.— Gracias, en verdad, me has animado. Eres la persona menos indicada pero lo hiciste.

Lee soltó un bufido ocultando una carcajada.— Vete a la mierda, Yang.

Jeongin rió. Minho lo miró mal por unos instantes antes de unirse a este.

Después de todo, Minho no solo era sinónimo de problemas.

— Felix hyung... Si sigue comiendo así su traje, no le va a entrar.

— ¿Me estás llamando gordo, Hwang?— la cabeza de Lee mayor se entornó al estilo exorcista, mirándolo de forma asesina.

— No.— dijo al instante.— Solo era un consejo porque aunque no esté gordo, podrían haber problemas.

Felix se lo pensó brevemente, mirando su taco, luego a Hyunjin y nuevamente al taco. Lo depositó en su contenedor en la mesa.

— Está bien.— respondió.

Hyunjin iba a decir algo, pero la puerta se abrió inesperadamente, revelando a los cuatro alfas que se habían apoyado en la puerta escuchado.

— Oh no...— dijo Hyunjin sin un ápice de sorpresa.— Tenemos espías en la puerta, ya no tenemos privacidad para hablar cosas de omegas.

Minho resopló, quejándose del peso sobre él para luego mirar a Felix.

— ¿Sabías que lo que dijo es una forma muy sutil de ofenderte? Te dijo gordo con sus cinco letras camufladas en una labia bien elaborada y explicada.

Felix lo miró sorprendido y su rostro enrojeció. Su nariz susurraba ante cada respiración por las inhalaciones violentas.

— ¡YA BASTA LEE MINHO!

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora