Cuando llegué al apartamento, comí y me eché una siesta. Cuando me desperté, miré el móvil y vi que tenía mensajes de alguien a quien no tenía agregado. Me metí a su chat y era Tania, mi hermana le había pasado mi número.
- ¿Que querrá? - me preguntaba yo una y otra vez.
Me volvió a sonar una notificación del móvil.
- Me ha pedido Tonny que le pase tu número para que habléis de lo de esta noche. Dice que te recoge a las 10 en tu casa y que seas puntual, que viniendo de ti...
- Ya empieza, de verdad que pesadilla de chico - la respondí. Pásaselo.
Unos minutos después me llegó un mensaje. Supuse que era Tonny y efectivamente lo era.
- Ya te habrá comentado Tania que a las 10 paso a por ti a buscarte. Ponte guapa muñeca - me dijo con tono chulesco.
- No, para ti no. - le respondí con todo borde.
Dejé el móvil encima de la mesilla de noche y fui a ver qué ponerme. En mi mente tenía un vestido negro que era de mi madre. Tras buscar y buscar me di cuenta de que no estaba. Ese vestido era de las únicas cosas que me quedaban de ella como recuerdo. Unas lágrimas recorrieron mis mejillas. No me quedó más remedio que ponerme otra cosa. Finalmente elegí ponerme una falda de cuero negra, un top blanco y unos tacones negros. Me eché un labial rojo y perfume en el cuello y muñecas.
- Llego en 5 minutos, ¿estás lista? - me escribió Tonny
- Sí, voy a por una chaqueta y enseguida bajo.