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Los días pasan tan rápidos que me es imposible contarlos, abrir los ojos y encontrar a un adormilado Jungkook, unos cabellos alborotados y esos labios delgados levemente abiertos es lo mejor de mi día, sonreí dando un beso en su mejilla antes de empezar a levantarme lo más despacio que pude, un fuerte brazo me tomo de la cintura haciéndome volver a la cama, otro de esos días.

"No te vayas".

Susurró en mi oído, era casi intangible ya que se encuentra dormido, usualmente Jungkook suele hablar dormido en las mañanas, justo cuando me levanto, pero este no suele recordar sus sueños al despertar.

"No me dejes solo".

Suspire esperando lo de todo los días, escuche como suplica por mi ausencia, me aprieta tanto que siento morir hasta que suelta lágrimas y me suelta, dándose por vencido, esto me preocupa aunque Jungkook no se nota preocupado por esto.

Me levanté una vez más cuando sentí su brazo perder fuerza, le miré a lo que limpié sus lágrimas, tiene el sueño tan pesado que no se logra despertar aún si lo toco, me lavé rápidamente para ir a preparar el desayuno, sonreí recordando el gran menú que le encanta a Jungkook, huevos estrellados bañados con salsa verde y un café negro con dos de azúcar, puse la mesa y un periódico a un lado, como todos los días escuche la alarma sonar, apague la estufa, apague la alarma que nunca lo despierta, me senté en la orilla esparciendo por todo su rostro besos hasta que escuche su risa.

"Mi querido".

"Es hora de levantarse".

Asintió robando un beso de mis labios, posteriormente se levantó yendo a la ducha, usualmente se va antes de las diez a la empresa y suele regresar en la tarde, es un trabajo corto ya que es  semi dueño de dicho lugar, no suelo trabajar más que en línea entregando un par de diseños, me la paso dentro de  la casa limpiando o preparando la comida. Comimos mientras platicamos cualquier cosa sin sentido, viene mi parte menos favorita, la despedida, tomo su saco una vez que se arregló, me volteó a ver, beso mis labios y susurro.

"Piensa la propuesta, te amo".

"Ten un lindo día".

Ambos sonreímos mientras cierra la puerta, veo por la ventana yéndose en el coche, suspiro teniendo esas palabras en mi mente, la propuesta. Hace un mes Jungkook me declaró su mayor vergüenza, un fetiche, el cual consiste tener un trío, a decir verdad esas cosas no son mi tipo pero Jungkook se ve muy ilusionado con aquello ¿deberíamos intentar?

Tengo miedo de perderlo, tengo tanto miedo de que esos ojos miren alguien más aparte de mi, mi cuerpo se debilita de solo pensar la posibilidad ¿cuando empecé a ser dependiente de el?






















El día transcurrió como cualquier otro, el sol se oculta tras una nube de una forma tan sutil que no nos damos cuenta que ya es de noche, mi cuerpo descansa en el sofá, mis ojos se sienten pesados pero un cosquilleo se siente en mis labios, al abrir mis ojos veo lo más hermoso, mi marido, su cabello aun está arreglado, tiene su traje puesto y su voz se escucha muy suave.

"Te llevaré a la cama".

Asentí tomándome de su cuello, sus brazos agarran mis piernas para después empezar a caminar lentamente, pegó mi rostro en su cuello oliendo su fresca colonia, lo besé sintiendo como se estremece.

"¿Me amas?"

Sus pasos de detuvieron, saque mi rostro de su cuello viendo sus ojos con una profundidad increíble, cualquiera se pondría nervioso ante su presencia, desborda poder.

"Eres mi tesoro más preciado, amo todo de ti".

Jungkook siempre dice las cosas tan naturalmente que me hace sonrojar, mis mejillas se hicieron rojas, pero este sentimiento quiere salir, me aferre de su camisa intentando encontrar mi valor.

"¿Porque quieres que otro toque tu tesoro?"

Mire su rostro viendo su mandíbula tensar, suspiro haciéndome sentar al borde de la cama, se hincó entre mis piernas, tomó mis manos posandolas a cada lado de su rostro.

"Nunca dejaría que alguien tomara lo que es mío".

Dio un beso en mi mano derecha, sus manos fueron a mi cintura y mis lágrimas se derraman, nunca fui bueno escondiendo mis emociones y posiblemente nunca lo seré.

"Tengo miedo". Dije entre sollozos, le abracé, escondiéndome entre sus brazos y pecho. "Temo de que me dejes, no quiero ser tocado por otro".

Me apartó de él, sonriendo quito mis lagrimas, beso mis mejillas mientras yo aún tenía este hipo del llanto.

"Nadie te tocará, créeme, no dejaré que nadie te toque. ¿Confías en mi?" Asentí tomándome de su cuello. "Solo será una vez y nadie te  tocará, te lo prometo."

Aquella promesa la selló con un suave beso en mis labios tomándome por la cintura, el miedo se fue de mi aquel día, ese sincero beso nadie lo podía fingir tan bien.







Ingenuo es la palabra que usaría para describirme.







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Unknown |Kookv|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora