Rastreador

566 70 45
                                    

"Quién necesita un disfraz sí el hecho de ser uno mismo ya asusta a cualquiera"

-Elena Poe

.

. . . . . . . . . . . . . . . . . .

Oscuridad. Tintineo de cadenas en la lejanía. El eco de una carcajada empapada de locura. Gritos retadores e indignados. Y luego silencio.

Hay una delgada telaraña que le impide regresar a la consciencia, un pesado sueño que lo doblega con dedos hipnotizantes invitándolo a seguir durmiendo. Miguel Ángel lucha, duro y enfurecido echa todas sus fuerzas en el anhelo desesperado por despertar. Pero él es débil. No lo entiende.

Miguel Ángel...

Abre los ojos ante el llamado con un respiro atragantado como sí se hubiera estado ahogando en las profundidades del mar, como sí recibiera un impulso de vida o bebiera agua en el desierto, tose y se levanta de un brinco. Se marea frente al inesperado movimiento, se tambalea confundido un tiempo y echa a correr hacia el umbral de la guarida que esta a tan solo cinco metros de distancia. Tropieza unas cuantas veces mientras camina, pero lo ignora a favor de confirmar su temor.

-¡Hermanos!¡Maestro Splinter!

Respira con dificultad, sus ojos todavía tardan un poco en acostumbrarse a la escasa iluminación del lugar. Jadea y se recarga en la pared cuando la debilidad hace temblar sus piernas. Vuelve a mirar y esta vez un respiro queda atrapado en su garganta. Sus pupilas se hacen dos puntitos negros, delatando la clara incredulidad descomponiendo sus facciones.

-... ¿Chicos?

Signos de lucha por todas partes. Los sillones estan partidos envueltos en fuego que por puro milagro no se expande. Sangre en el suelo, marcas delgadas de katana en las paredes, la televisión destrozada y pedazos de cristales esparcidos en la alfombra. El baston bō de Donatello yace partido en dos pedazos, en uno de ellos la hoja de metal declara que fue utilizada como naginata y Mikey aprieta los puños ante esto.

«Donnie detesta atacar a matar»

Contadas fueron las veces-9 exactas- en las que su hermano genio tuvo que recurrir a fuerzas letales durante una pelea y todas ellas fueron en casos extremos. Reconoce fácilmente el fino aroma pestilente de las bombas de humo caseras que usan.

«Trataron de huir, realmente lo intentaron»

Un colmillo se clava en su labio inferior, mientras el mundo palpita al rojo vivo, la impotencia enfurecida provoca que un hilo sanguinolento resbale de la comisura de su boca. Gruñe a nada de perseguir el rastro de pisadas que desaparece por la vuelta de la esquina. Entonces vislumbra movimiento. Tan enfurecido como esta, saca su nunchaku del cinto, presiona el botón escondido en el mango y la cadena cae al aire sin tocar el piso, pues empieza a girar a un ritmo alarmante considerando la hoz afilada en el extremo.

Camina a pasos pesados al no identificarla con el aura de sus tres hermanos. Ve mechones rojizos y una cara pecosa asomarse de los escombros de la mesa hecha pedazos. El instinto asesino se hunde entre rugidos devastados y Miguel Ángel reacciona lo suficientemente rápido para acercarse a la humana, levantarla y cargarla hasta la entrada de la guarida, que reconoce como un lugar seguro.

-Abril.

La muchacha parpadea aturdida, aparentemente apenas regresando de su desmayo. El niño gruñe, da media vuelta y empieza a explorar por segunda vez el escenario, sacando de la cocina a un Casey desangrándose bajo el peso de su refrigerador descompuesto. Sin mucho esfuerzo aleja el pesado objeto del cuerpo del de hebras azabaches, la cinta alrededor de su cabeza manchada de sangre que sigue supurando lentamente. Miguel Ángel lo levanta en sus brazos y huye de regreso con la pelirroja, quien parece haber despertado de una pesadilla cuando observa el paisaje en el que se halla.

Resultados Inesperados: El Ángel Caído[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora