Notas a un querido idiota [Bakugō Katsuki] ✓

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Decisión.

"¿Me extrañaste pequeña bola de granadas?

Dime, desde la última nota que me enviaste... ¿Que tanto esperas mi respuesta como para exponernos ante la clase? ¿Y si tengo informantes de tu grupo y yo soy de otro? ¿Y si en realidad no me aleje mucho de ti? ¿Y si he continuado observandote desde las sombras más reconditas? ¿Y si había decidido dejar este tonto juego que inicie? Dime... ¿Que harías, que haces, y que planeas hacer con esta presencia molestosa que ha regresado a tu vida? ¿Tan solo te has quedado ahora como para buscarme? Mmm... En ese caso... Convenceme de quedarme a tu lado. Ganame e intenta borrar el rencor que guardo hacia ti por todo lo hecho.
¿Quieres una pista? Me gusta el chocolate... Jeje... Espero tu respuesta.

Pero si deseas que todo concluya aquí, simplemente no respondas más.

Atte. Alguien interesado en tu desición."

Inconcientemente mordió su labio mientras una sonrisa ladina se formó en su rostro.

—Jaja, ¿ganarte? Pff... Que idiotez.— río con burla mientras hablaba consigo mismo.

Estaba caminando por los pasillos de la U.A con las manos en los bolsillos, solo, sin compañía.  Aquella nota le había provocado un cosquilleo extraño en su estómago cuando la vio colocada en su asiento aquella mañana. Y durante el resto del día solo pudo tener su mente enfocada en las palabras del extraño.

"¿Y si había decidido dejar este tonto juego que inicie?"

—Tch...— chasqueo la lengua al recordar aquella frase —Ahora te atiendes a las consecuencias rata escurridiza.— inserto la moneda en la máquina expendedora y tecleo el número de su paquete deseado

Pero se detuvo. ¿Que estaba haciendo? Acaso... ¿Acaso estaba pensando en continuar su rara relación con su hater?

—Y-yo... ¿Qué... hago?— se congelo al momento en que el paquete de galletas oreo cayó en la caja para que fuera recogido por el solicitante

Bakugō, el Bakugō que siempre tenía una respuesta y un insultó listo para cualquiera que se le cruzará en su camino ahora se encontraba sin idea de que era lo que planeaba hacer. ¿Por qué su corazón se había acelerado levemente al ver el sobre en su asiento aquella mañana? ¿Por qué se estrujó al leer aquella frase?

"Ganame e intenta borrar el rencor que guardo hacia ti por todo lo hecho."

—

Te ganaré... Para solo destrozarte por burlarte de mí.— Murmuró para si mientras dejaba las galletas en el estante del cuarto de conserje abandonado.

Arranco un pedazo de hoja, escribió y la dejo sobre el paquete de azul brillante rogando porque nadie más las agarrará.

Salió con una sonrisa de victoria en su rostro, con su cabeza viajando a una infinidad de posibilidades de que era lo que le respondería o que era lo que haría a continuación el anónimo. Sin darse cuenta de que, en realidad, su acosador estaba siguiendo cada uno de sus pasos desde que salió del aula, curiosa por ver qué era lo que haría el rubio cenizo, y sorprendiendose al ver qué había respondido.

Ni el rubio creía lo que estaba haciendo. Solo se mantenía perdido en su cabeza.