#33. Isaí.

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Me despierto al escuchar ruido y no cualquier ruido, si no voces.


Me levanto con sigilo de la cama y pego mi oreja en la puerta tratando de escuchar lo más claro posible.


—¿Y la protegida? —indaga alguien.


—En la habitación, con sus dos hijos —contesta lo que parece ser la voz de una mujer.


—¿Crees que debemos darle noticias?


—Nah, déjala —comenta frívola—. Al menos yo no le daré nada de información...


Las voces se distorsionan a la par de sonidos de pisadas.


¿Quién se cree esa vieja?


Insolente, ¿cómo osá a no darme información?


No me vuelvo a acostar porque ya son las 7:00 a.m, no es que sea muy madrugadora, pero una vez me despierto, ya no vuelvo a poder dormir.


¿Estará bien Santino?


Quiero creer que sí, pero si él no viene conmigo, es porque o algo le pasó o las cosas siguen calientes con la dichosa mafia.


Tocan la puerta, me levanto del sillón para recibir el desayuno, normalmente lo traen más tarde...


Abro la puerta y resulta ser que no es la señora del desayuno y en su lugar aparece Donatella.


—No tengo mucho tiempo pero creo que es necesario hablar contigo —empieza a hablar y se mete a la habitación sin siquiera pedir permiso.


—¿Me dará noticias? Porque al parecer aquí la gente es igual de egoísta y no piensan en las preocupaciones de los demás.


—Ajá, si, como sea —comenta indiferente—. No me interesa como te traten, tampoco pedí tu opinión, y si estás aquí es porque Santino me lo pidió; no porque quiera brindarte protección.


Maldita vieja rascuacha.


Ojalá pudiera darle un manotazo en la boca de pescado que tiene. Grosera imprudente te voy a aniqui...


Bueno, basta de malos pensamientos.


—¿A qué venía? —inquiero tratando de ignorar lo que dijo.


—Ay, mira que niños tan flojos. Los has de poner la limpiar o a lavarse los trapitos, ¿no? —hace una mueca de asco cuando mira hacía la cama donde siguen durmiendo mis hijos.


Ahora sí la navajeo.


—Disculpe, ¿quién es la madre? No me venga a dar lecciones de como educar a mis pequeños, señora.

En la tierra como en el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora