Habían pasado ya unos meses desde que comenzó a salir con Asmodeo, faltaban pocos días para que se cumplieran dos años de la muerte del omega. En esos meses comenzó a sentirse de mejor manera, pero su alfa continuaba resistiéndose al afecto y relación con el demonio, el aun quería al omega, aquel omega que lo hizo cambiar, que lo lleno de ilusión y sueños. Eses omega que lo hizo sonreír, ser feliz y conocer la felicidad así como el dolor, la pena y desconsuelo.
Ese día era la dichosa fiesta a la que asistirían para callar rumores. Sentía una inmensa opresión en el pecho, continuaba de cierta forma aislándose de grandes grupos de personas que no fueran los de la pirámide. En ese momento no se encontraba en la pirámide, ahora se la pasaba en dos sitios la pirámide y en las profundidades del infierno con su "pareja".
No sabía en que momento llegaron a ello nuevamente, a veces el se quedaba a dormir junto al demonio después de una larga, extenuante, fogosa y excitante sesión de sex0. Así era, en ocasiones el demonio se quedaba a dormir en la pirámide, pero en todo ese tiempo no lograba hacer que Dylan y Elizabeth se acercaran a él, en cuanto se acerba corrían a esconderse o comenzaban a llorar y temblar, sucedía de igual manera con Harley y Amelia.
Mason y Phill continuaban con su relación normalmente, pero se podía sentir cierta fricción y tensión por parte del beta, el alfa ya sabía de aquello e intentaba averiguar a que se debía todo aquello pero siempre recibía evasivas como respuesta.
En ese momento no se encontraba en la pirámide, sino en los brazos del demonio que restregaba con gula ambos cuerpos desnudos, el demonio rubio daba ligeros saltos encima del mayor mientras que este recorría su lengua por el cuello.
-Mgh... ah... A-asmodeo... e-eso es... ngh...- el demonio mayor tomaba sus caderas y lo golpeaba contra sus cuerpo, penetrando su interior, golpeando su maltratada próstata.
-Q-que sucede Bill...- mordió el lóbulo de su oreja haciendo ladear un poco su cabeza, el cuerpo de Cipher se arqueaba y espasmos recorrían su cuerpo, estaba rozando el clímax su cuerpo no lo soportaba más .
-Ah... m-e vengo... a-asmodeo... y-yo...- los saltos que daba encima del cuerpo del demonio aumentaban en velocidad y golpeando insistentemente aquel punto que lo hacia sentir bien, lo tomo con fuerza de sus cabezas y empujo su cuerpo para correrse en su interior y el menor entre ambos, la mano de Bill pasaba por los cabellos del demonio, los enredo en estos y acerco sus rostros.
Ambos jugueteaban con la boca del otro, separándose dejando un delgado y fino hilo entre ellos, el sonido húmedo al escuchar como aquel trozo de carne salía en su interior lo llevo a morder su labio inferior y con cuidado se quito de encima y cubrió su cuerpo con la sabana.
Su respiración estaba errática y su pecho subía y bajaba, su vista estaba un poco nublada por algunas lagrimas que bajaban de su ojo.
-T-tengo que irme... - dijo y sintiendo un dolor punzante en sus caderas se incorporo y puso de pie
-Vamos Bill, quédate ¿Qué podría ser más importante?- esa noche tenia que asistir a la dichosa fiesta a callar rumores, pero no podía decirle sabía que se alborotaría y haría algo inmenso y él no quería eso.
-Les prometí a Dylan y Elizabeth jugar con ellos, contarles una historia y tocar el piano antes de dormir- dijo pues eso era cierto debía hacerlo antes de irse a la fiesta
-Puedes hacerlo después, ahora estas aquí. Vamos podemos tener otra u otras rondas, prometo que valdrá la pena y lo sabes- se puso de pie acercándose al rubio, tomándolo del mentón e iba a besarlo de no ser por que este se alejo
-Lo lamento, pero no romperé mi promesa con ellos. Tal vez después ahora tengo que irme- chasqueo sus dedos y su cuerpo quedo impecable y un traje característico suyo cubría su cuerpo, abrió un portal y lo cruzo.
Tomo una ducha antes de ir con sus pequeños, se había quitado el rastro de él pero de cualquier forma se aseguraría de ello aun no se sentía cómodo de sentir su esencia sobre él, jugo con ellos, les conto una historia o mejor dicho les conto la historia de como Dipper vencía al robot de Gideon, la mayoría de las historias que les contaba eran del castaño pues se imaginaba que él se las contara y estaba casi seguro de que si él estuviese ahí les contaría cada una de sus aventuras. Finalmente ya estaba listo para irse a la fiesta, no quería, pero debía estaba tocando una pieza tranquila en el piano de la habitación donde dormían sus pequeños, sus ojos estaban por cerrarse y ambos caerían en los brazos de Morfeo.
Aguardo unos minutos y así fue, ambos entraron un un sueño profundo, termino con la melodía y se puso de pie y beso ambas frentes, antes de salir de la habitación encendió un pequeña luz en forma de pino que alumbraba la habitación tenuemente, con una sonrisa salió.
-Hay que irnos- dijo Phill, Will estaba a unos metros de ellos con Greeful diciéndole de que hacer en caso de que sus pequeños despertaran aunque este ya lo sabia de memoria y este le insistía en acompañarlo.
-Vamos- Will había terminado de hablar con su alfa y este se había resignado de que no lograría hacer cambiar de opinión a su omega, claro tenia la opción de usar LA VOZ, pero había dejado más que en claro que jamás la usaría en el peli celeste.
Los tres entraron a un portal llegando de forma inmediata a la entrada de lo que era la fiesta, algunos comenzaron a murmurar en el instante en que los vieron aparecer. Nadie los había visto en un largo tiempo y continuaban llamando la atención de muchos, claro no tardaron en acercarse e insinuárseles.
Phill y Bill se mantuvieron cercanos a Will no le quitarían el ojo de encima, pues bien estaba marcado por un alfa, pero humanos, las feromonas de un demonio alfa eran mayores y podrían superar aquella marca. Bill los dejo a ellos dos pues el objetivo de su asistencia era callar rumores.
-Solo cuatro horas ¿entendido?- dijo con notable disgusto y enojo, los otros dos asistieron tampoco querían estar más tiempo del deseado.
Bill hizo lo que debía callando rumores y justificándose con mentiras y con el hecho de que se hallaba ocupado por el Raromagedon, claro las preguntas acerca de su unión y cachorros no faltaron, el a ellas respondió que la unión no fue posible, no quiso dar explicaciones pues no quería terminar en lagrimar, no se permitiría ver débil frente a otros y con respecto a sus cachorros, seria un idiota al negarse a ellos, afirmo aquello más no revelo el gen materno. Pues cachorros entre demonio y humano eran impensables y escasos, casi considerados un mito.
Después de ello se alejo de los demonios, quedando un un trago en mano viendo como todos se divertían y recordando los tiempos en que en algún momento el estuvo en el centro de todo aquello.
Se encontraba en el umbral de la entrada de la zona con menor y mayor actividad a la vez, pues en aquellos largos pasillos había habitación sexuales, donde los demonios realizaban 0rgías, fiestas y todo tipo de actos. Mecía el liquido en su copa, estaba teniendo uno de esos momentos de culpa en los que su alfa le transmitía su rehusó de estar con Asmodeo.
¿Sentía culpa propia? Claro, aquel omega castaño lo asechaba en sueños, en su memoria y en sus sentimientos. Estaba claro aun lo amaba y jamás dejaría de hacerlo sin importar que. Estaba por llegar la copa a sus labios cuando su sentido olfativo se agudizo y su alfa parecía brincar de un lado a otro en completa euforia, pues aquel aroma y fragancia solo podrían provenir de alguien....
-Dipper...- dijo el en un susurro, con un nudo en la garganta
-Omega...- dijo el alfa en su interior, regocijándose y lleno de euforia
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Te traeré de vuelta mi omega
FanfictionCONTINUACIÓN DE "MI OMEGA ERES TÚ" Después de aquella pelea todo quedo hecho un desastre, especialmente aquel alfa. ¿Qué es lo que haría ahora él solo con dos cachorros? Han pasado meses desde lo ocurrido, pero el dolor y el sentimiento de perdida y...