📖TRES📖

289 32 1
                                    

La emoción de saber que mi madre era aquella chica que había enfrentado a 4 sujetos, me obligó a seguir leyendo.

«-¡Ami! ¿Estas bien?- pregunto quien había arrojado los ladrillos desde el techo del edificio.

-si, baja ya - le ordenó la chica.

Alce la vista para verlo, era un chico, no parecía ser mayor que yo. No importaba, ya podía volver tranquilo a casa, así que me encamine a la salida del callejón pero la chica me tomó del brazo y me detuvo.

-¿te encuentras bien, Levi? - me pregunto con sincera preocupación.

Me solté de su mano y no le respondí, seguí mi camino. Yo habría esperado que fuera la única vez que la veía, pero no fue así; días después cuando Kenny volvió, le conté mi hazaña durante su ausencia y me envió a darle una paliza a los que el consideraba los más fuertes de la ciudad. Los hice polvo en unos pocos minutos, pero Kenny no se quedó a verlo y después de eso el imbécil simplemente desapareció.

No tenía más de 13 años cuando eso ocurrió y tuve que arreglarmelas solo, la única ventaja de las enseñanzas de Kenny fue que me gane el respeto y el miedo de muchos “mafiosos” de la ciudad. Aunque, eso no evitaba que de vez en cuando ellos quisieran desafiarme, como ocurrió un año más tarde.

Esto lo recuerdo bien, era día de limpieza, pero el jabón se había acabado...»

Así que si obsesión por la limpieza era desde pequeño y debía ser por su lugar de nacimiento. Lo que se habla de la ciudad subterránea siempre fue que era lo peor de la nación, suciedad, muertos por doquier, oscuridad, personas horribles, criminales o fugitivos vivían ahí. Mi padre debio odiar cada día que vivió ahí, pero eso no hacía que el dejara de esforzarse por poner su entorno en orden y decente.

«... Así que tuve que ir a la zona comercial a buscar mas. Regresaba a casa cuando 6 tipos me abordaron en una de las calles principales por donde llegaban las mercancías, pocas personas pasaban por ahí y las que lo hacían seguían su camino ignorando cualquier situación que los involucra con la policía militar. Los sujetos me rodearon, bloqueandome el camino por ambos lados de la calle.

-ya veo, ¿no tienen nada mejor que hacer? - les dije molesto.

-tranquilo no tardaremos - respondió el que debía ser el líder.

Los mafiosos no eran diferentes a cualquier otro que me hubiera retado el último año, salvo por una cosa, ellos tenían el equipo de maniobras tridimensionales. El mercado negro recién comenzaba en la ciudad, específicamente el de la venta de equipo militar. Estaba en problemas, lo sabía y no había modo de huir así que no tuve más remedio que intentarlos atacar primero con el cuchillo que siempre cargaba conmigo; había acabado con 2 cuando, 3 me atacaron desde los aires y el que quedaba intento distraerme, ninguno era bueno pero el que volaran complicaba y ampliaba su estupidez. Me golpearon bastante y en algún momento, me cortaron no tan superficialmente el brazo.

-vaya, los idiotas ahora vuelan - dijo alguien, saliendo desde uno de los callejones de mi derecha.

Odio admitirlo, pero yo ya estaba en el suelo, no rendido pero si tratando de detener el sangrado de mi brazo, mientras maldecir a Kenny por haberse ido.

-niña, este no es tu asunto - soltó el único que aún estaba de pie en tierra.

-¿niña? Que falta de repeto - soltó la recién llegada.

Su voz me era familiar y aunque en el momento no lo supe, se trataba de la misma chica que me había “salvado" un año atrás. Parecía propensa a provocar a la escoria de la ciudad o por lo menos, los desafiaba seguido.

-pero lo que es peor, esque se nota que son pésimos con esas cosas - se burló la chica señalando a los tipos sobre los tejados que nos rodeaban.

-eres muy valiente, pero seguirás siéndolo después de esto... - amenazó el líder y de una sola señal, sus compañeros abandonaron los tejados.

Uno de ellos se abalanzó sobre la chica y está, lo esquivo provocando que el gran idiota terminada en el suelo medio muerto.

-¡oye, cuidado! - le grite desesperadamente cuando ella bajó la guardia y otro de los idiotas voladores le llegó por detrás.

La chica no reaccionó a tiempo y salió disparada al suelo, fue una fea y dura caída.

-ja, ja, ¿eso es todo, niña? Creías que era un juego de niños - se burló el líder que no dejaba de sujetarme contra el piso.

-... Eso... Te gana-ste un... Mes sin raciones... - soltó la chica tratándose de incorporar, el que la atacó la había pateado y había caído con el doble de su peso sobre la calle de piedra, recuperarse no sería fácil.

-si claro, oye Leo, eliminala deprisa, yo acabare con el - ordenó el líder.

Morir a manos de un idiota sin cerebro no era parte de mis planes, aunque tampoco tenía demasiado por lo que vivir. Sentí que el fin se acercaba conforme el tiempo se alentizo y luego la vi, aquella chica arrogante con la que me había encontrado antes, aún seguía luchando, aún cuando se notaba que debía tener algo roto. Nada le importaba, sólo golpeaba una y otra vez a su atacante en un desesperado intento de levantarse y huir; si yo moría estaba bien, pero que pasaría con ella, ¿acaso no me había salvado antes? Ella tenía por lo menos a su amigo de la pasada ocasión y eso era suficiente.

La descarga eléctrica volvió a recorrer mi cuerpo, como cuando trataba de sobrevivir en la habitación que compartía con mi madre, esta vez no sólo era que yo viviera, sabía que también quería que ella lo hiciera. El poder nunca parecía tener una explicación, ni la primera vez que sucedió, ni en aquella ocasión, ni siquiera ahora, simplemente sucedía y no tenía elección.

Nuestros atacantes corrieron la misma suerte que sus dos primeros compañeros, había tardado pero al fin había acabado con ellos.

-¿estas bien? - pregunté de mala gana a la chica que aún estaba en el suelo.

Se incorporó sobre sus rodilla y me miró divertida.

-de verdad creí que moriria - bromeó apuntó de reír pero deteniéndose para sujetar su estómago. Debía tener una costilla rota.»

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora