• CAPÍTULO 30•

127 21 25
                                    

Olivia

Desperté a la mañana siguiente con mi celular lleno de notificaciones, sin entender el porqué.

Miles de mensajes de Emi enviándome unos links que debía de ver ya mismo, me desperezo y entro al link indicado.

Se me cae el alma a los pies.

Es un artículo completo sobre mi cita no cita con mi jefe. Tenía fotos y hasta incluso videos de nosotros ayer en aquel restaurante. Esto es muy malo. Y el título del artículo empeoraba la situación.

«El gran magnate Marck Stuart, heredero y reciente dueño de la famosa Editorial Bíblimaniáticos fue encontrado ayer en un restaurante italiano saliendo con una preciosa joven» para más detalles entre en la siguiente nota.

Curiosa clickeo en el link que me lleva directo al artículo sobre lo ocurrido ayer, al menos mi rostro no se ve tan claro por ende nadie sabrá que soy yo, pero ya no será un secreto para mis compañeros de trabajo, ya que está más que claro que nos vieron salir juntos ayer.

Ya es tarde para arrepentirse y solo me queda hacerle frente a la situación, así que me levanto y voy al baño para darme una ducha, que minutos más tarde me dejaría envuelta en mi toalla con mi cabello goteando. Me visto con unos jeans claros, una polera negra ajustada y unos tacones negros a juego, añado un abrigo largo y me seco el cabello. En las puntas le hago unas ondas que le dan a mi look un toque natural y bajo a desayunar.

Durante el desayuno le comento a mamá lo ocurrido pero no le da mucho importancia así que decido no darle más importancia yo también. Después de todo, solo fue una cena, nada más.

Al llegar al trabajo, tal como imaginé, apenas crucé la puerta recibí miles de miradas de reproche por parte de mis colegas pero no les dí ninguna importancia. Con paso decidido avance hasta mi oficina y encerrarme en ella. Sobre el escritorio ya tenía el trabajo para hoy así que puse manos a la obra.

Nadie me molestó en toda la mañana e internamente lo agradecí ya que no estaba de humor para visitas. Pero toda esa calma que tenía, desapareció cuando veo a Marck cruzar la puerta.

Veo que se acerca a mí con temor y es probable que esté tanteando terreno para preguntar por mí. Al ver que no reacciono mal ante su presencia suelta un pequeño y sutil suspiro que cree que no noto.

Marck: imagino que viste los artículos.

Oli: sip, imaginas bien.– respondo a la defensiva.

Marck: discúlpame, no era mi intención.– suplica.– jamás quise exponerte a esto, de verdad perdón.

Oli: estás perdonado.– le sonrío.– jamás me enojé contigo no es tu culpa, fueron los paparazzis quienes la tienen.

Marck: créeme que lo pagaran caro.– espeta amenazante.– no me gusta que divulguen mi vida personal pero no puedo evitarlo.

Oli: tranquilo, entiendo perfectamente.

Claro que lo entendía, digo, salí con él por más de tres años, nuestra relación estuvo en boca de todos por meses pero valió totalmente la pena.

Aclarado este enredo se despidió y volvió a dejarme sola en aquellas cuatro paredes. Continuo con mi trabajo hasta la hora de salida.

***

La semana se me ha pasado demasiado rápido y no me puedo creer que ya es jueves. Hoy volveré a verlo y lo mejor/peor de todo es que se enterará del porqué me fui. Estoy aterrorizada.

Dejaría todo... [Erick Brian Colón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora