Capitulo 192

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Lara.

Santiago salió de su cuarto, voltee y me tope con una persona con la toalla amarrada a la cintura.

Dejando su pecho al descubierto con gotas de agua bajando por el. Sus muscoloso se marcaban, como siempre y hasta se veían más prominentes.

Yo nunca había Sido una persona de tartamudear, mi boca fallo en ese momento.

Y trague en seco.

–Creo que te deje sin palabras no? - el sabía que era así.

Yo me sentía nerviosa, aún más con Santiago casi desnudo en mi cara.

Podía respirar entrecortado. Esto no se le hacía a una chica que casi es descubierta en cuanto a su pasado.

Ya eran muchas emociones en ese mismo momento.

–Te puedes ir a vestir inmaduro, por favor. Ahora no ando para chistes.- voltee y mire por el balcón de nuevo.

–Podria jurar que me ibas a insultar. Algo te pasa, te conozco. Hemos pasado tantas cosas juntos que se hasta cuando estas nerviosa Lara.- no lo iba a negar.

Parecía que fuera pasado un año desde que nos conocíamos, pero no. Eran solo unos meses los que habían pasado y ya era como vivir una vida entera lleno de momentos con Santiago.

Lamentablemente era parte de mi vida diaria, desde la universidad hasta el trabajo.

–Y como no me importa en lo absoluto haré como si no pasa nada. Me iré a vestir.-excelente elección.

Lo agradeci en el momento. Santiago entro a su cuarto y comenzó a hablarme desde Ahi. La puerta estaba entre abierta.

–No te hizo falta ir a trabajar hoy? Porque la verdad a mi si.- empezó a hablar de nuestra oficina que necesitan un cambio.

Y empezó a divagar más que todo.

–Santiago te puedes callar por un momento. De verdad, ya basta. Termina de una puta vez y vámonos de aquí.- salí del apartamento.

Ya todo esto me tenía aturdida. Era la misma rutina tóxica, una pelea, amigos y otra pelea.

El salió de su apartamento también y cerro.

Su semblante era diferente ahora, más oscuro. Podía oler la loción de hombre desdea distancia. Ahora estaba bien arreglado y peinado.

Me recordó a hace dos noches cuando nos sentamos en el parque y nos quedamos en silencio, en compañía del otro.

–Me sorprende que con ese loción barata atraigas a las chicas.– sonrió.

–Asi que notaste mi loción.– solté una risa.

–Si. Y me da asco. Ahora vámonos.- y ahí se cortó el incómodo momento o más que todo las ganas de hacerme sentir incómoda de su parte.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora