Prólogo

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Advertencias: 

yoonseok, omegaverse, angst

sociedad distópica

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Hoseok sintió que le ardían los pulmones. No podía mirar atrás, tampoco detenerse, sus piernas se movían por pura supervivencia, corriendo a trompicones, tropezándose, pero siguiendo en pie. De lo contrario, todo se acabaría para él; su libertad, su dignidad y... su integridad.

De reojo, vio sobrecogido y horrorizado como uno de los omegas era alcanzado por un táser, viéndose sacudido por un fuerte calambre y cayendo al suelo inconsciente. Todo eso ocurriendo en un parpadeo, de mientras se oían las fuertes pisadas de los alfas, pisándoles los talones, sus fuertes aromas llenando el bosque, los cuerpos de los omegas estremeciéndose por el temor a ser capturados.

Hoseok no tenía ni idea de cuántos habían caído. Muchos.

Sus esperanzas se reducían con cada paso que daba, el desnivel junto con las raíces de los árboles y las feromonas de los alfas hacían que el miedo colapsara sus sentidos, el cansancio físico dejando huella en sus pulmones, ahogando un sollozo porque estaba a un paso de desfallecer.

Saltó torpemente, descendiendo por una peligrosa pendiente. Sin árboles que le ocultaran, su figura se expuso completamente ante sus perseguidores. Sucedió en cuestión de segundos, tres pistolas táser apuntaron al omega, desplegando los proyectiles que se engancharon en distintas partes de su cuerpo. Las descargas eléctricas aturdieron a Hoseok, inmovilizándolo como al resto de los omegas fugitivos.

Lo último que escuchó Hoseok fueron las estridentes y gruesas voces de los alfas aproximándose. Luego todo se volvió negro.

Atado y amarrado, cargaron con su cuerpo hasta el vehículo. Sin ningún tipo de cuidado, lo lanzaron en la parte trasera junto a docenas de omegas que habían sufrido el mismo destino que Hoseok.

Y es que en el bosque, lejos de las ciudades, vivían en pequeñas comunidades los omegas que no habían logrado adaptarse a la sociedad impuesta desde hacía ya varias décadas. Omegas sin marcar, sin un alfa como pareja. El estado no contemplaba un omega soltero.

Cada semana las autoridades organizaban ese tipo de cazas, repartidos en varios grupos los policías armados con tásers salían al bosque, lugar donde mayormente se refugiaban los omegas gracias al terreno húmedo, traicionero e inhóspito. Sin embargo, los alfas contaban con evidente superioridad en cuánto a fuerza, agilidad y rapidez.

El número de omegas sin capturar se mantenía siempre estático: ninguno. 

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La ensordecedora alarma despertó a Hoseok con brusquedad. 

Desorientado, se levantó con el corazón acelerado. La alarma anunciaba algo malo, algo que estaba por suceder en minutos o quizás segundos. Miró a su alrededor y el terror dilató sus pupilas: lo habían trasladado al coto de caza.

El coto de caza era una instalación privada reservada exclusivamente para aquellos omegas sin alfa que, ingenuamente creyeron poder vivir sin una pareja. 

Atención a todos los alfas, colóquense en sus puestos de salida. La caza dará comienzo en treinta segundos segundos —anunció una voz por todo el recinto.

Hoseok buscó desesperado un lugar donde esconderse e hizo lo único que sabía hacer: correr.

Había oído historias de distintos cotos de caza, y todas coincidían en el mismo punto: la localización nunca era la misma. Ese coto en particular parecía algo así como un recinto ferial, un tiovivo se imponía en el centro, aunque no había niños sonrientes, ni luces, ni siquiera el característico hilo musical que lo acompañaba, solo la alarma resonando con estrépito en sus oídos, ensordeciéndole.

Corrió, pero no encontraba ningún lugar donde esconderse. Estaba hecho a propósito para que los omegas tuvieran clara desventaja. Era un lugar abierto, sin edificios. Hileras de setos bordeaban las instalaciones feriales, bancos dispuestos por la zona y carritos ambulantes sin su vendedor detrás. Era una maldita broma cruel.

Atención, diez segundos para el inicio de la caza: nueve, ocho, siete, seis...

Hoseok dejó de buscar. Se lanzó directamente al suelo, arrastrándose hasta quedar cubierto por el tiovivo, bajo la gran plataforma de madera. Era consciente que no podía quedarse permanentemente ahí escondido, pero desde ese ángulo podía saber la cantidad de alfas que iban a la caza.

...Cuatro, tres, dos, uno... ¡Comienza la caza! ¡Suerte a los cazadores!

La dichos alarma cesó, pero lo peor había empezado. Hoseok temía incluso respirar demasiado fuerte, cubriéndose la boca y la nariz con su brazo derecho, pero algo escoció en su piel, siseando de dolor. Desconcertado, dirigió los ojos hacia el antebrazo; lo que vio le hizo perder todo el color de su rostro.

Marcas. Había marcas de aguja en su antebrazo.

Horrorizado, se percató de que esconderse no serviría de nada. No satisfechos con darles un lugar descubierto sin apenas rincones para ocultarse, los organizadores les habían suministrado una dosis de feromonas para alertar y ser una presa fácil para los alfas.

En cuánto uno se le acercara, su cuerpo reaccionaría violentamente.

Hoseok cerró los ojos, deseando despertar de esa pesadilla. 

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No tengo mucho que decir hahaha 

Este fic está planeado para tener entre nueve y diez caps, habrá muucho angst, mucho conflicto. 

Debo añadir que la idea no es original mía. El plot está inspirado en una película llamada The Lobster, se la recomiendo!  

¡Gracias por darle una oportunidad!

Haunting {yoonseok}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora