Capitulo 12

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Capitulo 12

—¡Clase de deportes! ¡Todos al campo!- gritó la entrenadora. Lanzo un suspiro saliendo de los vestidores. Los deportes no son algo con lo que me sienta cómoda, tengo cero cordinación.

—¡Está increíble!

—¡Verdad que sí! mi papa me lo compro y hemos ido a ver un collar muy bonito que le quiere comprar a mi mamá.

no puedo resistir la curiosidad así que volteo discretamente hacia atrás donde están Julie y sus amigas, viendo con gran emoción un celular. Se supone que en el reglamento dice que  esta prohibido pero algunos traen el suyo, dicen que sus padres le dijeron que se lo llevarán por cualquier emergencia y los profesores que se dan cuenta solo suspiran y se dan la vuelta diciendo que lo guarden.

Continuo con mi camino cuando la voz de Julie me detiene —Oye May tú eres amiga de Kellan ¿Sabes su número?—suelta unas risitas con sus amigas.

¿Para que querrían su número? No es como si fuéramos al mismo salón para pedir alguna tarea, lo pienso por un momento pero de todas formas no me lo sé. —Lo siento —titubeo— No me sé su número.

—Ashh que mal — rueda los ojos. —¿Y el tuyo?

Abri los ojos sorprendida ¿Quería mi número? — Yo...yo no tengo— mi madre no me había comprado aún un celular dice que no es necesario todavía y la verdad no me urgía tener uno, hasta ahora.

—¿Cómo de verdad no tienes? ¿Enserio?— me vio con los ojos abiertos de par en par —Pero si todos tenemos, o bueno excepto Stacey por qué lo rompió la semana pasada.

Mira a su amiga y ella asiente con pesar— Y mi madre no me piensa comprar nada más a menos que saque un nueve en historia. — se cruza de brazos con el ceño fruncido.

Tal vez más tarde le pregunté a mi madre, es la primera vez que me hablan por algo más que un lápiz perdido, por lo que no se me ocurre otra cosa más que mentir —Igual el mío se descompuso y mi madre no me...—trago con el mal sabor de la mentira.— no me a comprado otro. 

Afortunadamente no tengo mas tiempo de seguir con la mentira por que la profesora nos grita. —¡Señoritas! ¡Al campo ahora!— todas nos sobresaltamos al oír la voz de nuestra profesora en la entrada de los vestidores.

—¡En un minuto! —grita Stacey —Ash ¡Odio está clase!— se cruza de brazos mientras empezamos a caminar.— Por qué nos hacen correr. Ya suficiente tengo con las clases de gimnasia. Pero ví un truco el otro día en la tv.

Nos adelanta a todas y se acerca a la profesora —Maestra no me siento bien— empieza a toser —Creo que me estoy resfriando.

La profesora la ve fijamente —Dígame señorita cuántos dedos tengo en mis manos— alza su dos manos con el índice y el dedo medio alzados.

—¿Cuatro? —responde con duda. De pronto la profesora suena su silbato y ella chilla.

—¡Error! ¡Tengo diez dedos! Ya me sé todos los trucos así que no intente engañarme otra vez. ¡Una vuelta extra!

Ella suelta un bufido y se va hacia la pista a empezar a correr. Nosotras nos reímos —Muy infalible he Stacey — suelta Julie.

—¡Que hacen ustedes ahí! Empiezen sus vueltas si no quieren acompañar a la señorita Stacey.

Rápido corremos hacia la pista. Voy feliz a un lado de ellas creo que está vez no estaré esperando equipo hasta el final. Sonrío una vez más y empiezo a correr.

Después de esas vueltas hacemos el calentamiento y para mí mala suerte la profesora nos pone a jugar fútbol. Nos dividió en cuatro equipos, elegidos por ella misma. Observo a mi equipo, buscando a alguien amigable y no, nadie a quien le haya hablado antes. ¡Ah no! Ahí está Josh.

La Otra CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora