Capitulo 13. Kellan

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Kellan.

Cuando la directora de la escuela de artes se acercó a mí con su teléfono en mano, se me hizo muy extraño. Había volteado para ver si estaba mirando a alguien más pero no era así, no había nadie atrás de mi.

-¿Kellan Shapley?- me pregunto.

Asentí.-¿Si?

-Necesito que esperes en mi oficina alguien llegara por ti pronto.

Unos momentos después, cuando vinieron por mí supe que algo no estaba bien, se suponía que mi madre vendría por mí. El momento exacto en el que me di cuenta de que era así, fue cuando quien llegó a recogerme no era Matt sino otro chófer. Que mi madre no viniera podría haber sido normal, no es como si no supiera que a veces se olvidaba. Fue el cambio del chófer lo que se me hizo extraño.

Cuando cruzamos las puertas del hospital Sofía estaba en la sala de espera y me abrazó -algo extraño- cuando vi que sus brazos temblaban un poco no pude evitar pensar lo peor. Ella me dijo que mamá había tenido un accidente. Las palabras llegaron a mi de momento. Mi madre había tenido un accidente con Matt antes de recogerme, todavía no nos decían que tan peligroso había sido pero no pude evitar que el miedo me recorriera la espalda como un escalofrío.

Mi madre... No podía estar muerta.

Padre no llegó hasta mas tarde, por qué se encontraba fuera por negocios, cuando nos vió nos dijo que vino en cuanto pudo. Mientras Sofía y yo éramos los únicos que estaban en aquella sala de espera, abrazándonos y temiendo lo peor. Un doctor con unas gotitas de sangre en su traje quirúrgico salió a la sala de espera. Cuando me fijé en ellas el estómago se me revolvió pensando en que era sangre de nuestra madre. Mi padre se acercó y por un momento ví en su cara una expresión de temor y miedo, de incertidumbre. Aquellas expresiones que casi nunca se le veían, al menos no en un hombre como él.

Escuché el suspiro que dió mi cuando le dijeron que le tuvieron que operar una costilla y que tenía un fuerte golpe en la cabeza, más allá de eso pronto despertaría.

Sin embargo, el alivió solo duró unos cuantos minutos.

-Pero...-había soltado a continuación el doctor.

Y cuando continúo, es aqui donde se marca un antes y un después. Como quisiera que no lo hubiera hecho. Nunca lo había pensado pero en ese momento me hubiera gustado regresar en el tiempo. Aunque sea a solo aquellos minutos de alivio que habíamos tenido, pero no. Eso no existía. El tiempo avanzaba y lo hacía contigo o sin ti. No había más.

Mi madre tenía un tumor. Lo descubrieron como pequeñas manchitas en una radiografía. "Afortunadamente" había dicho el doctor. No creo que fuera así. Era todo lo contrario.

Mi madre estuvo ese fin de semana en el hospital. Mientras Sofía y yo nos quedamos en casa, viendo cómo llegaban algunos familiares y conocidos a entregar canastas de fruta y a saludarnos, tratando de calmar a los pequeños niños asustados, quienes no sabían que era lo que les esperaba.

El domingo por la noche mi madre salió del hospital, llegó a casa donde habían mandado a poner un cuarto especial para ella. En un momento dado mis padres se encerraron en el cuarto y estuvieron hablando.

Algunas personas se habían quedado en la casa porque venían de visita. Mientras yo me sentía como en un estado de ensoñación, no sentía como si estuviera en casa mi mente estaba muy lejos, pensando en todo y en nada.

Cuando se abrió la puerta nos llamaron a Sofía y a mí. Querían hablar con nosotros.

Mi padre tomó un profundo aliento y luego lo soltó.-Su madre y yo hemos estado hablando y dada la situación llegamos a la conclusión de que por una temporada nos vamos a mudar.

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