Pequeño

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Realmente no sé cómo describir bien este AU.

Digamos que todos quieren proteger
a Harry
porque está chikito. (?)

No ships.
Severitus.

Están en cuarto año.
Harry entró a Hogwarts con
10 años, así que es el menor
del trío de oro. 

Disfruten. <3

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Harry pensaba que muchas cosas cambiaban muy fácilmente, y otras tomaban mucho tiempo.

Hace unos años, él estaba en una pequeña alacena, al cuidado de sus tíos muggles que no eran para nada amables con él, y le hacían mucho daño; incluso cuando él al comienzo no se dio cuenta. Es decir, él realmente pensó que su nombre era fenómeno, ¡y que sus padres eran alcohólicos!

Fue una sorpresa cuando un hombre vestido de ropas oscuras (lo que luego descubrió era una túnica), lo llamó Harry Potter. Realmente había pensado que se equivocó de persona, hasta que su tía le dijo que ese era su nombre. Él era Harry James Potter.

Fue extraño, pero estaba feliz de haber conocido al hombre a quien ahora llamaba papá. 

Severus Snape era alguien a quien Harry había temido al comienzo. Era muy serio y parecía estar enojado siempre, y le recordó constantemente que todos los adultos lo odiaban... O al menos así fue hasta que conoció Hogwarts.

Las cosas cambiaron cuando fue por primera vez al castillo. Conoció a más adultos, y todos eran muy amables. ¡Ahora ellos eran su familia!

La enfermera de la escuela le caía muy bien. Se convirtió en su tía Poppy, y ella lo ayudó mucho. Siempre que pasaba su varita encima suyo su cuerpo dejaba de doler, de hecho, le hacía cosquillas. En verdad no había sabido qué tan lastimado estaba hasta que ella lo curó. 

No solo curaron su cuerpo, sino también su mente. Suena raro, los Dursley definitivamente habrían dicho que estaba loco si mencionaba algo así, pero ahora sabía que no estaba loco. De hecho, estaba bien: así como se hacía control de su salud física, necesitaba cuidar su salud mental. Eso le explicó su tía, y aunque le tomó tiempo, lo entendió. 

Su abuelo, el profesor Dumbledore, le permitía quedarse en su oficina cuando todos estaban dando clases, y fue él quien le hizo entender que su papá no lo odiaba, solo tenía... cara de amargado, como él le decía. Harry se rió mucho esa vez, por primera vez, de hecho. 

Él sabía que la regla era que podría comenzar a asistir en Hogwarts cuando tuviera once años, pero sea cual sea el motivo (él pensaba que era favoritismo, si era honesto), cuando cumplió diez años, le permitieron entrar con los demás de primer año.

Harry suponía que en parte era para vigilarlo. Sabía que el maltrato en la casa de los Dursley le había dejado secuelas. Una de ellas era su incapacidad para comunicarse con otras personas; en esos años no había hablado mucho con los estudiantes, solo unos pocos, y con los maestros. No es que fuera totalmente asocial, solo era torpe, y tenía que acostumbrarse nuevamente a relacionarse con otros, aunque era mejor si era en un ambiente vigilado, o eso le habían explicado, lo comprendía en gran medida, pero no por completo. 

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