Capítulo 26: Un Corazón Enloquecido

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 26: "Un Corazón Enloquecido"

- ¡Diablos! ¡Diablos!- Masculló Inuyasha agitado, olvidándose de su propia desgracia para preocuparse solamente de Kagome. La tomó de la cintura y le dio suaves golpecitos en las mejillas- Kagome... ey, Kagome... tranquila... Kagome...

Toutossai se había inclinado y había observado la palidez en las mejillas de la jovencita, miró preocupado a Inuyasha.

- Pediré al cochero que se dirija a casa del doctor...

No alcanzó a voltear cuando escuchó al muchacho dar gracias al cielo, cuando volteó nuevamente vio a la joven que abría poco a poco los ojos. Lucía extraña, pensó el criado, su rostro estaba un poco más delgado... y sus ojos brillaban en exceso...

- Tranquila, princesa... tranquila... ¿ya te sientes mejor?

Kagome estaba aturdida aun, le costó darse cuenta donde estaba, qué había pasado... afirmó sus dos manos en los antebrazos de Inuyasha y entonces, poco a poco, recordó lo que el criado que estaba sentado enfrente, mirándola con curiosidad, había hablado. Palideció más y su corazón latió con fuerza.

- Houyo... – Gimió al fin-... ¿Es cierto? ¿es cierto?- Miró a Toutossai y suplicó casi con el rostro desfigurado- Esta...

- Muerto, sí, señora y bien muerto.

La muchacha se llevó una mano a la boca para reprimir el sollozo, se apoyó en Inuyasha sintiéndose nuevamente débil y mareada.

- Toutossai por favor, sé más sutil para decir las cosas...- Lo reprendió el joven amo, mirándolo con el ceño fruncido.

El anciano criado sólo hizo una inclinación de cabeza y luego miró a la joven. Nunca había pensado en lo frágil y susceptible que era.

- ¡Oh! Pero...- Masculló la joven sin poder creer que aquel hombre se encontraba muerto, pero luego alzó el rostro y abrió los ojos con pavor mirando aterrorizada a Inuyasha- ¡¿Te culpan a ti?!

Inuyasha negó con su cabeza intentando tranquilizarla. Aquello era absurdo e irreal. Tenía la conciencia muy tranquila además.

- Tonterías, no hagas caso princesa...

Toutossai hubiera querido contrariarlo, decirle que no era algo sin importancia, al contrario, que las cosas estaban muy, pero muy feas para él... pero temía que si hablaba, aquella muchacha volviera a desmayarse...

- ¡Dígamelo!- Demando en cambio Kagome queriendo soltarse de Inuyasha y mirándolo asustada. – ¿Porqué culpan a Inuyasha? ¿fue por eso que su padre tuvo un ataque? Y... y... y... ¿Cómo murió Houyo? ¡Dígame qué esta pasando!

- Kagome, tranquilízate- Demandó el muchacho tomándola del brazo y obligándola a sentarse en el carruaje, justo éste había pasado por una calle con desniveles, provocando que el vehículo se meciera estrepitosamente de un lado a otro. La joven cayó sentada y se hubiera golpeado en la ventana si no fuera porque su esposo la tomó del brazo con tanta fuerza que la retuvo estoicamente a su lado. Ella se tranquilizó levemente y lo miró arrepentida.

- Lo... lo siento...- Musitó y sin saber más como controlarse, se acercó a su pecho buscando el refugio que buscaba.

Inuyasha suspiró pesadamente ¿Qué podía hacer? Ella estaba muy alterada y era lógico, después de todo... Houyo... el idiota de Houyo muerto... asesinado de dos impactos de bala ¿Quién podría haberlo matado? Y... ¿porqué? Sabía que Kagome no se quedaría tranquila hasta que supiera todo con más detalle... hubiera querido no seguir con el asunto... pero evitarlo sólo la pondría más nerviosa... y eso no era nada bueno ni para ella, ni para el bebé. Volvió a suspirar con fuerza y enfocó su mirada ámbar en el criado.

Culpable o NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora