Capítulo 77

1.7K 232 60
                                    

- Ah

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Ah... Emiko

La peliblanco tenía una mirada atónita mientras tenía el ramo de flores sujetado con sus dos manos.

¿Qué hacía ahora?

Su cuerpo comenzó a temblar. No había pensado que pasaría eso, lo que había pensado hacer era para que cuando lo volviera a verlo no le pesara tanto.

Pero ahora todo estaba mal ¿debía hacerle frente ateniéndose a las posibles palabras de odio de Keitaro? O ¿huir en ese momento dejando las flores en recepción? o ya quien sabe que pasara con las malditas flores solo quería desaparecer

- No esperaba verte tan pronto - volvió a escuchar la voz del Hyūga

Emiko tomó aire tratando de recuperarse, un escalofrío recorrió su cuerpo para suspirar rendida. No ganaba nada quedándose ahí nada más y menos huyendo de ahí.

Su cuerpo se relajo para tener una mirada de dolor que borró sacudiendo levemente su cabeza adoptando ahora una expresión seria

- Bueno, ya estoy aquí - soltó Emiko volteándose caminando por la habitación y tomar el florero que estaba en la mesa a un lado de la cama de Keitaro

- Si. Supongo que esto no era lo que habías planeado - contestó el Hyūga viendo hacia abajo

- Para nada - soltó Emiko evitando ver hacia el Hyūga al momento de estar justo a un lado de él

Emiko tomó el florero con las flores algo ya marchitas para cambiar el agua y poner las flores que ella había llevado. El aire era pesado e incómodo, la peliblanco terminó su tarea para regresar el florero a dónde estaba antes

- Me dió gusto que despertaras - soltó la peliblanco parada frente a él teniendo la mirada en el piso y con las manos en la espalda

Tenía un nudo en la garganta, todo se acababa ahí. Su pasado se resolvería, para bien o para mal, por fin el círculo se cerraría

- Que... que te mejores - terminó la peliblanco para levantar la mirada y verlo momentáneamente

Él no la miraba, veía hacia abajo y no se notaban sus ojos por el cabello azul marino que caía por su frente, desvío la mirada a la derecha abajo para girar sobre sus talones

Se detuvo un momento dudando su decir algo más, optó por no decir nada más para volteárse completamente y caminar hacia la puerta.

La abrió y esperó unos momentos... ¿No la detendría? Emiko se detuvo antes de cerrar la puerta, esperando

Al parecer... no lo haría

Comenzó a cerrar la puerta cuando una mano la detuvo desde dentro. La peliblanco soltó la puerta y se abrió mostrando al Hyūga que se apoyaba en la puerta y en un mueble cercano

Tu sonrisa [Naruto Uzumaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora