Estaba tirado en el suelo, apenas podía sentir el malestal de la hierba y las piedras bajo la nieve teñida de rojo por el dolor tan insoportable que me invadía. Ahí estaba yo, agonizando despues de que el ejercito enemigo descubriera nuestra emboscada y termináramos nosotros emboscados y yo sin ya una gota de sangre en mi cuerpo, hubiera sido una muerte digna y podía haberme ido sin problemas si no fuera por las caras de tristeza de mis queridas mascotas, un zorro de las nieves y un zorro espíritu.
-ah... Maldición... Esto apesta, morir... Es algo pesado... Yo... Yo... Haré de este mundo un infierno... Lo prometo...
Esas fueron mis últimas palabras, mientras las pronunciaba me sentía cada vez mas pesados los párpados, se me entumecía el cuerpo y pensaba cada vez con menos claridad, hasta que finalmente todo llegó a su fin... Mis ojos cerraron por última vez, o al menos en el mundo de los vivos.
Mi ojos volvieron a abrirce, sentía extraño mi cuerpo y ya no estaba donde morí sino en un ascensor con un diseño bastante extraño, aunque claro, en ese momento no sabía aun lo que era un ascensor y más confuso no podía estar, pero bueno, el mundo del que provenía estaba lleno de cosas inimaginables hasta para sus habitantes así que lo tomé con calma, además ya estaba muerto de todas formas. Pasaron varios días y el ascensor no abría y por mucho que lo golpeara no había forma de abrir la puerta, sin embargo ese tiempo logró hacer que me percatara de varias cosas de las que en principio no me había dado cuenta. Mi cabello dejó de ser color castaño y lacio para volverse blanco con toques rojos y bastante rizado y despeinado, seguía siendo un elfo pero sin embargo tenía en mi cabeza orejas de zorro, mis uñas muy picudas y si deseaba podía hacerlas crecer bastante, ahora también podía hacer crecer tres colas y agrandarlas lo suficiente como para usarlas de cama, pero a pesar de todo perdí toda mi magia, o al menos ya no tengo las habilidades que tenía en vida, por ejemplo antes tenia la habilidad de convertir mi sangre en magia y atacar con ella pero ahora no sangro, cuando me hago una herida todo lo que sale de ella es un fuego rojo, se sana rápidamente y por supuesto tampoco cuento con los objetos que tenía cuando morí... De hecho, estaba desnudo. El tiempo siguió pasando, no podía salir y mi hambre y sed eran insoportable, no me lo podía creer, volvería a morir pero esta vez de una manera mucho mas dolorosa. Fue entonces cuando se abrió por fin la puerta, salí de allí casi arrastrándome y encontré frente a mi a una señora que parecía una especie de secretaria con unos papeles, esta me miró con unos ojos vacíos que no me hacían sentir mas que rabia.
-de alguna forma moriste y este es el infierno, vete por esa puerta de allí y trata de no volver a morir a no se que quieras pasar varios años siendo torturado hasta la locura- Me dijo la señora sin mucho animo mientras yo me le acercaba
-ya veo, entonces morí de verdad...¿por que estuve tanto tiempo en esa caja?
-Mire tengo trabajo que hacer así que es mejor que saques ese culo esquelético de aquí, estuviste todo ese tiempo allí porque olvidé abrir tu puerta eso es todo- iba diciendo cuando le corté el cuello con mis uñas
-maldita perra, me tienes durante días pasando hambre y sed allí adentro y no intentas si quiera disculparte, te volverás mi comida, mi agua y posteriormente en mi mierda... Y agradece que solo haga eso contigo-le dije enojado a su cadáver que se desangraba en el suelo mientras vaía con desprecio su cara agonizante de confusión y dolor
Fue entonces cuando empecé a desmembrar el cadáver con mis nuevos filosos dientes llenando mi estomago con su carne y eliminando mis sed con su sangre. Al terminar mi asquerosa merienda que sinceramente sentí como un manjar despues de tanto tiempo si probar bocado, no podía dejar de pensar en que al estar en el infierno era casi seguro que ella y yo seamos demonios pero sin embargo ella sangraba como una cerda y no se curaba al contrario de mi, pero a los minutos le dejé de dar vueltas al asunto ya que no tenía caso hacerlo. Entonces me fijé bien en las ropas que traía antes de que me la comiera, a pesar de ser mujer llevaba un pantalón de hombre, tenía que aprovechar ¿Quién sabe cuantas deminias intentarían follarme si me ven por ahí mostrándolo todo? Así que me puse dicha prenda que como era de esperar me quedaba bastante apretado asi que se rompió un poco, pero era mejor que nada. Ya malamente vestido y alimentado salí del lugar por una puerta al final del pasillo, para mi sorpresa detrás de esta había una innecesariamente larga escalera que conectaba con una ciudad tan grande que no veía el final a pesar de lo alto que estaba. Al llegar a bajo y caminar por las calles no paraba de encontrar cosas que para mi eran nuevas, los edificios no eran como los de mi viejo mundo, de hecho algunos si pero eran escasos, otros simplmente eran rascacielos, hoteles, tiendas o casas todas con diseños que iban de un extremo al otro de diferencia con muchas luces de neón y propagandas, por las calles pasaban muchos autos de todo tipo, algunos pintorescos o otros extremadamente rústicos, pero lo que más me llamó la atención fue la gran población de esta "ciudad" y como sus habitantes tenían una diferencia equivalente a los de sus edificios... Podría incluso dar varios ejemplos pero no sería necesario, basta con imaginar cualquier cosa viva y podría ser un habitante normal aquí. Caminé durante horas y vi toda clase de novedades hasta que finalmente logré despejar un poco mi mente del impacto de ver tantas cosas que me eran inimaginables en ese entonces y recordé que aunque estuviera muerto sentía hambr, sed y lo mas importante... Por alguna razón podía morir de nuevo, o al menos eso vi a matar a aquella demonio al llegar, tenía que buscar información si o si sobre como eran las cosas aquí, pero no me atrevía a hablar con nadie después de todo aun no me acostumbraba a esto. Perdido en mis pensamientos llamó mi atención yn cartel que había pegado en el cristal de una tienda, me acerqué a leerlo parandome entre dos hombres que estaban afuera también mirando... Uno vestía un traje blanco con un sombrero gracioso, llevaba dos niños de las manos y sus pies estaban al revés, el otro era un hombre grande, con una gran barba, ropa verde y fumaba un gran puro... Por alguna razón me sentía muy intimidado por sus presencias como si estuviera entre dos monstruos pero traté de ignorar esta sensación y leer el cartel. Me sorprendí al terminar de leer.
Resulta que existe una especie de "organización" en el infierno que busca guiar a los nuevos usando la experiencia de demonios experimentados y redimir sus males para ver si así podíamos salir del infierno. Obvio no me interesaba mucho, aun no me adaptaba pero por lo que habia visto parecía más entretenido mi nuevo mundo que hasta el Valhalla, pero, era el lugar indicado para conseguir información así que fui directo a la ubicación del anuncio. Varias horas después llegué al lugar, en principio no sabía si entrar o no ya que la información del anuncio decía que sólo abrían de día pero con el cielo negro siempre con algo blanco brillando desdé que llegué no sabría si es de día donde noche y por suerte fue entonces cuando alguien tocó mi hombro.
-Disculpa ¿vas a entrar?-al darme la vuelta me sorprendí al ver que me hablaba alguien que parecía relativamente normal
-Yo, no estoy seguro, soy nuevo aquí después de todo
-¿Acabas de llegar al infierno? Debes estar de broma-me contestó el sujeto quien por alguna razón no parecia creerme
-¿A que... Te refieres?-pregunté confuso y algo molesto por el ruido de carretera
-cuando mueres no apareces con ropa de trabajo de moderadores y no creo que ese cabello teñido de dos colores sea genuino- responde a mi pregunta mientras se ríe ligeramente expresando que no me cree
-ah, la ropa se la quité a la mujer que encontré al salir de una especie de caja extaña y el cabello se lo tengo así desde un principio no entiendo por qué
-si que eres interesante amigo, nunca habia escuchado de que alguien desnudara a un moderador al llegar
-bueno... Más bien la maté y le robé la ropa- hablé sin pensar
-¿mataste a un moderador? Estás lleno de sorpresas viejo, me caíste bien, mi nombre es Justin- extendió su mano para que la estrechara sonriente y le devolví el gesto aliviado de que formara conmoción tras haber dicho lo de que maté a aquella mujer
-Mi nombre es Johny, es un gusto conocerte-obviamente no le dije mi nombre de cuando estaba vivo, además de que tenía mis razones decidí usar en el infierno un nombre que escuché mencionar a un demonio en la calle y me gustó
-Bien Johny ¿que me dices sin entramos? Aqui donde me ves trabajo en este establecimiento como uno de los "prelofesores"
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Cruz del infierno
Paranormal¿Que pasaría si se me ocurriera escribir una historia donde lo mezcle todo en una sola cosa?... Me refiero a todo incluyendo temas tabú, temas que harían que cualquiera de la generación de cristal se sacara los ojos.... Si... Una novela ligera sobre...