Parte única.

8.3K 625 218
                                    

La última vez, pasaron ochocientos años corriendo uno hacia el otro. Esta vez tan sólo bastó un instante para caer en los brazos del otro. 

Mil linternas iluminan el cielo nocturno y en la noche hay dos figuras, un roja y una blanca, abrazándose, valía más que mil palabras.

Al regresar al Sagrado Pabellón Real con Hua Cheng, Xie Lian todavía lo miraba y se aferraba a él, como si temiera que un abrir y cerrar de ojos Hua Cheng fuera a convirtirse en miles de mariposas plateadas.

Hua Cheng sostuvo a Xie Lian entre sus brazos una vez más, le acarició el cabello y dijo cálidamente:

—Gege, no tengas miedo— Xie Lian estaba enterrado en el pecho de Hua Cheng, respirando con avidez pero su corazón aún así, se tranquilizó. Frotó su cabeza ansiosamente contra Hua Cheng.

Hua Cheng volvió a besar la frente de Xie Lian, —Dije que volvería, también dije que nunca te dejaré, Gege, créeme.

Las lágrimas de Xie Lian aún no habían secado, alzó la mirada para ver a Hua Cheng quien todavía tenía ese rostro gentil capaz de derretirlo, y su ojo que no ocultaba su amor.

Xie Lian levantó la mano, trazó la frente de Hua Cheng con los dedos, rozó las cejas, cruzó el puente de la nariz y finalmente, se detuvo en los delgados labios.

Estaba inquieto pero ansioso en este momento, como si algo extraordinario fuera ocurrir, y cómo si hubiera algo para llenar el vacío también. No podía contenerse, no quería contenerse —San Lang ...

—Um ... 

Xie Lian se paró de puntillas para besar a Hua Cheng, luego se separó un poco y dijo: —No quiero tomar prestada energía espiritual, simplemente quiero besarte.

Sin ninguna explicación, Xie Lian no podía esperar para tocar los labios de Hua Cheng. Este abrazó la cintura de Xie Lian, lo dejó lamer torpemente y amasar lentamente, sin besarlo.

Hua Cheng abrió la boca ligeramente, Xie Lian estuvo tentado a adentrar la mitad de su lengua sin saber que la otra persona había estado esperando esto durante mucho tiempo. En el momento en que la punta de la lengua lo tocó, Xie Lian tembló y su cuerpo se suavizó.

—Mm—hmm... .

Los pies de Xie Lian se sintieron ligeros, con las manos alrededor del cuello de Hua Cheng, medio inclinado contra él, inconscientemente se retiró de la boca de Hua Cheng pero este lo persiguió, lo enredó a regañadientes y lo provocó. Xie Lian sólo sintió que la punta de su lengua era succionada, mordida y lamida, inconscientemente enredada con Hua Cheng, como en nubes, livianas y suaves.

Por un instante, las dos personas separaron los labios, y Xie Lian se dio cuenta de que se había producido un cambio increíble en cierta parte de su cuerpo, y que estaba felizmente pegado al muslo de Hua Cheng.

Su lado inferior también era sostenido por Hua Cheng. Había una débil llama latiendo en su mirada, pero aún así se resistió y se separó un poco del cuerpo de Xie Lian.

Xie Lian entró en pánico y, nerviosamente se sostuvo de Hua Cheng. La vergüenza en su cuerpo se vió abrumada durante un momento debido al pánico de perder a Hua Cheng, aunque estaba bastante sonrojado de vergüenza y su respiración era irregular, no quiería separarse de él.

Además, ya no quería ocultar su vergonzoso deseo por él. Xie Lian simplemente empujó a Hua Cheng hacia el altar, sentándose a horcajadas sobre él, su voz temblaba, pero sus ojos eran muy firmes.

— San Lang, nosotros.. La recamara.

El cuerpo de Hua Cheng se puso rígido, y luego las llamas en él finalmente ardieron. Xie Lian sintió que estaba a punto de ser quemado por esa mirada ardiente, y toda su persona se encendió. Hua Cheng se incorporó a medias, abrazó suavemente a Xie Lian frente a él y dijo en voz baja cerca de su oído:

Under a Thousand LightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora