La mañana siguiente, domingo, Steve tenía que levantarse temprano porque tenía trabajo y estaba seguro que Robin llegaría con una gran resaca inmensa. Lo bueno del domingo era que podían llegar a las 10, le daría tiempo para tomar una ducha y hacer desayuno. Eso era lo que pensaba Steve mientras aún estaba en la cama, sintiendo su espalda desnuda contra el pecho caliente de Billy y el brazo de este a su alrededor.
Steve se levantó con cuidado de no levantar a Billy y se metió al baño a tomar una ducha. Él podía acostumbrarse a esto, claro que podría, era agradable tener a alguien sosteniéndote en las noches. Él se sentía solo siempre, sus padres nunca estaban en casa, Dios, Steve había olvidado incluso como lucían. Pero su situación con Billy era complicada, él lo sabía, todo era incierto, era caótico. No podía llenarse de esperanzas, él no quería llenarse de esperanzas y que lo terminara decepcionando. Que Billy hiciera trizas sus esperanzas e ilusiones. Pero eventualmente lo haría, él lo sabía.
Solo tenía que prepararse para la gran caída.
El clima en Hawkins era tan confuso, ¿cómo era posible que durante el día hiciera un calor infernal y en las noches pareciera un típica noche de invierno?
El agua cayendo por toda su espalda lo estaba relajando, sus músculos dejaban de estar tensos pero Steve no quería lavar la noche de ayer. Quería tener todo impregnado en su ser, la manera en que Billy olía, su semen en su interior y en sus piernas, el sudor de ambos mezclándose, los labios rosados y carnosos del chico contra su cuerpo, el tacto de sus manos.
Maldición, es que nadie lo había tocado nunca de esa forma.
Steve salió del baño con una toalla alrededor de su cintura, agua goteaba de su cabello mojando el suelo y no había señales de que Billy hubiera despertado, se había quedado en la misma posición que lo había dejado. Buscó su traje y lo colocó en la esquina de la cama, se lo pondría cuando estuviera por irse. Se colocó una playera blanca y pantalones deportivos negros. Se secó un poco el cabello, mientras cocinaba se secaría bien.
Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, haría panqueques y jugo de naranja, era lo que comía con más frecuencia. Estaba sacando todos los suplementos para hacer su delicioso desayuno cuando escuchó un ruido. Steve se asustó cuando la puerta de su casa se abrió, ¿sus padres habían regresado? ¿Qué haría con Billy en su habitación completamente desnudo? El castaño dejó de hacer lo que estaba haciendo y salió de la cocina para ver de quien se trataba, el chico de rulos venía silbando hacia su dirección.
-¿Cómo entraste? -interrogó el castaño mientras caminaba de vuelta a la cocina con el niño siguiéndole.
-¿Porque tengo una llave? duh -Dustin respondió como si fuera algo obvio.
-No recuerdo haberte dado una copia de mis llaves.
-No, no lo hiciste, fui más hábil e inteligente que tú y saqué la copia por mi cuenta, siempre hay que prevenir, Steve -el castaño sonrió.
-¿Qué haces aquí tan temprano? Tengo que trabajar hoy, no puedo llevarlos a ningún lado.
Empezó a cocinar mientras miraba de reojo a Dustin, esperando que el de rulos le diera una respuesta, ya que este se encontraba dudando si hablar o no. Cosa que empezó a preocuparle un poco.
-En realidad vine aquí pidiendo un favor, no es que nos lleves a ningún lugar -aseguró el menor- Pero déjame ir al baño y luego te explicaré todo bien -dijo rápidamente mientras subía con ligereza las escaleras sin esperar una respuesta.
Steve estaba terminar de hacer los panqueques cuando Dustin bajó. Se había tardado.
-Así que estaba diciéndote algo. Queremos un favor, los chicos y yo -colocó una cara de niño inocente, Steve rodó los ojos.
-Quieren que los entre al cine ¿no es así? -Steve lo miró serio mientras alzaba una ceja, Dustin sonrió de una manera amplia.
-Por favor, por favor, Steve -rogó- Por favor, por favor, por favor.
-Bien, bien. Solo deja de hablar -respondió mientras se servía jugo de naranja.
Se sirvió sus panqueques junto con miel y se sentó al lado de Dustin para empezar a comer, sin antes preguntarle al de rulos si quería comer, obteniendo un "no" por respuesta.
-¿Billy es tu novio? -preguntó sin rodeos después de unos segundos de silencio, Steve se atragantó con la comida y actúo de lo más normal.
Era una pregunta bastante difícil de responder, ni él sabía que demonios era lo que ellos tenían.
-Solo salimos, pasamos tiempo juntos y así -se encogió de hombros y empezó a comer- ¿Cómo sabes qué está aquí?
-Está en tu cama y vi su auto ahí afuera -señaló hacia afuera.
-¿Qué haces mirando mi cama? ¿Sabes qué? No respondas, no quiero saber -levantó sus manos en el aire y negó con la cabeza con una mueca en su rostro.
-No estaba mirando en tu habitación, solo tenía curiosidad, pensé que tal vez necesitarías ayuda escondiendo su cadáver, nunca había visto su auto aquí. Es decir, ustedes chicos, nunca se han llevado bien pero me di cuenta que ahora hasta duerme desnudo en tu cama.
-Cállate, a él le gusta dormir así, costumbre de Californianos -Steve respondió como si no fuera la gran cosa hablar sobre porque un tipo estaba dormido en su cama desnudo, con un niño que no está en edad para hablar de eso.
-Entonces él pasó la noche aquí -alzó las cejas, Steve rodó los ojos mientras seguía comiendo.
-Si, su familia es una pesadilla -respondió con la boca llena.
Dustin asintió y metió las manos en su short.
-Tengo una novia.
-Eso es genial, Henderson -respondió emocionado Steve- ¿Cuál es su nombre? -preguntó atento.
-Suzie, vendrá a finales del mes a verme -respondió emocionado.
-Asegúrate que la conozco antes que todos, voy a enojarme si no lo haces -lo amenazó con el tenedor en la mano.
-Lo haré, lo prometo-asintió y hizo una breve pausa- Creo que la amo -confesó.
-Oh, e-eso es genial. Está bien que ames a alguien, solo cuídate, ¿está bien? -aconsejó el castaño.
-¿Tu amas a Billy? -interrogó, mirándolo sentado a su lado. Atento y curioso, esperando la gran respuesta.
Steve casi se atragantaba con la comida, tomó un poco de jugo y colocó el vaso de nuevo en la isla.
-Me gusta como huele él -sonrió y Dustin igual.
Segundos después escucharon ruidos de las escaleras. Ambos se giraron a ver, Billy venía bajando, con el torso desnudo, tenía los pantalones puesto y sus zapatos también, mientras se ponía la camisa.
-Deja de hacer preguntas jodidamente estúpidas -respondió de forma ruda hacia Dustin, era el mismo Billy de siempre, Steve sonrío levemente.
-¿Quieres comer algo? -Steve le preguntó una vez que tuvo a camisa abotonada, casi abotonada.
Ambos se miraron a los ojos. Steve no sabía que estaba haciendo. Él no era esa clase de chico. ¿Después de follar y pasar la noche en su casa le ofrece desayuno? Estaba seguro que se encontraba en una dimensión paralela.
-No, no puedo. Llegaré tarde al trabajo, te veo luego.
Le dio una sutil sonrisa, bueno eso era un avance. Se miraron por unos segundos, el rubio miró de soslayo a Dustin y salió de la casa sin decir nada más.
Escuchó como el auto se encendía y arrancaba a toda velocidad.
-Él es tan dulce y agradable -murmuró Dustin con sarcasmo, Steve sonrío y terminó su desayuno.
Billy podía ser ese tipo, pero solo a veces y tal vez eso era lo que le preocupaba. Estar en un terreno desconocido en no saber si en momento quiere partirte la cara o si en el otro te besará con una intensidad increíble y te tratara de forma dulce. Era todo tan incierto y tal vez él no estaba preparado para esa clase de drama.