Después De Las 12

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Ser un aventurero no era tarea fácil. Tenías que estar corriendo de aquí para allá resolviendo problemas, despejando campamentos repletos de hilichurls y lidiando con la orden del abismo o los Fatui. Sin duda era un trabajo agotador pero que Bennett estaba dispuesto a aceptar.

El chico a pesar de su mala suerte seguía intentando cumplir con sus misiones y hacer bien su trabajo, aunque eso significara llegar con un montón de heridas y moretones a Mondstadt, es por eso que siempre regresaba a la iglesia donde le pedía a Bárbara que le ayudara a curar sus heridas, iba allí muy a menudo.

Su vida era en relatividad normal, cumplía su trabajo y regresaba a casa con la esperanza de vivir una nueva aventura al día siguiente. De vez en cuando salía con sus amigos y buscaba alguien para salir en una cita. Si, nuestro joven aventurero buscaba a alguien con quien compartir sus aventuras y estaba seguro de que un día de estos encontraría a la chica adecuada para el trabajo.

Pero los días pasaban y cada vez Bennett se decepcionada de sí mismo y maldecía su mala suerte para con las mujeres, todas lo rechazaban y le dejaban de lado, él solo quería a alguien a quien amar pero el mundo no parecía sonreírle con el tema.

Todas sus citas eran un fracaso, lo único que podía hacer era llegar a su casa y encerrarse en su cuarto a sentirse miserable, eso hasta que cierto niño lobo entro a su vida. Razor le cayó como balde de agua fría pues, aunque al principio solo lo consideraba como un amigo el peliblanco solo se hacía más y más cercano al rubio haciendo que de un momento a otro el corazón de Bennett empezara a latir con desenfreno total ante la presencia del Electro.

Bennett a duras penas podía controlar su tartamudeo y nerviosismo ante el chico lobo, pero cada vez se hacía más difícil el luchar contra la corriente y mantener a raya sus emociones. Todo iba bien hasta que de repente Razor empezó a pasar cada vez más tiempo en su casa, tanto tiempo hasta el punto en que empezaron a vivir juntos.

Las noches pasaron de ser solitarias y melancólicas a ser llenas de risas y anécdotas, cada día era una nueva aventura al lado del albino, salir a caminar al bosque y cazar juntos era maravilloso, por fin sentía que encajaba en algún lugar y que alguien le apreciaba, era por eso que a pesar de vivir juntos, todas las noche después de las 12 salía de casa y se dirigía hacia el gran árbol a las afueras de la ciudad, era relajante ver las hojas caer y la gran estatua del Arconte anemo brillando cálidamente. Era perfecto para llorar en silencio.

Lloraba por todos aquellos sentimientos que no podía decir porque tenía miedo de que Razor se alejara, de que lo viera como un bicho raro y nunca más le hablara de nuevo. Temía perder a la única persona que no le tenía asco. Prefería llorar todas las noches por el resto de su vida con tal de mantener al peliblanco a su lado, lo haría sin dudarlo dos veces.

— Bennett estar llorando, Bennett sufrir — El rubio se sobresaltó y rápidamente limpio sus lágrimas con su antebrazo y sonrió como pudo.

— ¡Razor! ¿Qué haces aquí amigo? No esperaba que estuvieses despierto a estas horas jajajajajajajaja — volteo a mirar hacia la dirección contraria del lobo y trato de cambiar el tema rápidamente — Hoy hace una linda noche ¿no crees? —

Razor tomo el mentón del rubio y lo obligo a mirarlo juntando sus cabezas — Bennett miente, hueles diferente desde hace unos días ¿Qué te pasa? — las mejillas del ojiverde se encendieron ante la cercanía del contrario. Con su otra mano Razor se dispuso a secar las lágrimas del muchacho haciendo que sus mejillas se encendieran aún más.

— Y-yo no sé de lo que estás hablando — cerro sus ojos con fuerza al sentir la respiración de Razor contra la suya, no quería verlo a la cara y ver esos ojos rojos pidiéndole una respuesta, se sorprendió al sentir la nariz del peliblanco contra su cuello haciéndole gemir de sorpresa — R-Razor q-que haces — la mano que antes estaba en su barbilla ahora sostenía su mano, los nervios aumentaban cada vez que el contrario se acercaba — Estas nervioso —

Los escalofríos invadieron su cuerpo, Razor olisqueaba su cuello sin detenerse y de un momento a otro empezó lamer aquella zona causando que las sensaciones se multiplicaran en el rubio — Saliste con aquella chica hoy de nuevo, Razor sentirse enojado por eso — ¿Razor estaba enojado? Bennett no entendía muy bien a lo que se quería referir con eso.

— No e-entiendo a qué te r-refieres — la presión que ejercía el chico de mirada escarlata sobre el aumentaba haciéndolos a ambos caer sobre la hierba, las lamidas aumentaban tocando puntos que hacían a Bennet sentirse de maravilla, pero aún se sentía cohibido por no poder mostrar su verdaderos sentimientos hacia su amigo.

— Bennett siempre salir de casa en las noches, siempre llorar aquí, Razor doler verle con otras personas y sufrir aquí — Bennett abrió sus ojos con sorpresa al escuchar esas palabras — Yo quiero a Bennett solo para mí, Bennett pertenecer a Razor, Bennett ser su compañero para toda la vida —al decir esto mordió el cuello del ojiverde arrancándole otro gemido de sorpresa, sonrió complacido al levantarse y ver la cara sonrojada del chico bajo el — ¿Bennett querer ser mi compañero también? —

El aventurero no creía lo que estaba escuchando ¿Razor le había pedido ser su pareja? ¿En serio su crush se le estaba confesando? — ¿Q-quieres decir que tú quieres salir conmigo? ¿C-como pareja? — Razor medito unos segundos, ¿pareja? Había escuchado a Lumine hablar de eso cuando empezó a salir con Amber hace unos meses, ella le había explicado que una pareja era una persona que amabas con todo el corazón, qué harías lo que fuera por verla feliz, una persona con quien querías compartir el resto de tu vida y nunca dejarla sola, al principio se había quedado muy confundido, había pensado en Bennett como su amigo al que quería proteger y tener siempre a su lado, pero sus sonrisas y sus acciones comenzaron a resultar demasiado encantadoras, lo único que quería era estar con el aventurero todo el tiempo y tenerlo solo para él, cuando le explico a Lumine lo que sentía ella le dijo que era lo mismo que le pasaba con Amber, así que si, Razor quería una relación de pareja junto al ojiverde.

— Si — con esa palabra el peliblanco puso en práctica lo que había visto a su amiga rubia hacer con la caballera de Favonius, junto sus labios con los de Bennet en un cálido beso que fue rápidamente correspondido, ahora las lágrimas que antes eran de tristeza ahora eran de felicidad, los corazones de ambos jóvenes rebozaban de alegría al ver que su amor era correspondido y esa noche después de las 12 se selló aquella promesa de amor que Razor había confesado muy a su manera.

Después de las 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora