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Luego de aquel largo día, donde mi tía y yo hicimos todo lo que se nos fuese posible juntas, ella se fue, no sin antes despedirse y me prometió que haría lo posible para que mi abuela testificará en contra de mis padres, y así apresarlos.

Cuando está por ponerme al día con los deberes y estudiar, entra una llamada a mí móvil, más bien, una videollamada y yo, curiosa, atiendo, encontrándome con mis amigos y mi novia del otro lado de la pantalla.

— ¡Hey, Beka!— El alivio es escribano al verme que me encontraba bien. — Nos tenías preocupados por faltar hoy.— Con mansedumbre, les sonreí a través de la pantalla.

— Hoy no ha sido un día fácil, Damián ha querido que me quedé en casa para que me relaje luego de lo sucedido en la comisaría y disfrute de mí tía.— Explique moderadamente, mientras organizaba las cosas sobre el escritorio que me habían otorgado para que pudiera estudiar con facilidad.

— ¿Y qué sucedió?— Preguntó la chica de rubios cabellos que me había enamorado con tan solo sonreír, y yo, incorporándome un poco, suspiro y aclaro mi garganta.

—Ocurrieron demasiadas cosas, si tienen tiempo para escucharme.— Solté una pequeña risita y mi mejor amiga da un pequeño saltito para quedarse enfrente del todo y hablar.

—Si deseas, podemos juntarnos mañana para hablarlo, y así, de paso, pasarla bien juntos luego del colegio ¿Qué les parece?— Todos, con emoción aceptaron aquella idea, las ganas de juntarse que poseían los jóvenes del otro lado era notoria, y yo no podía rechazar tal propuesta con euforia.

Lo que restaba de la tarde, acabé los deberes que debía y les hice saber, a quienes estaban a mi cuidado en ese momento, que luego del colegio saldría con mis amigos.

—Ten mucho cuidado cuando salgas ¿Sí?— Manifestó Damián con una notoria preocupación en su voz en que me cuidará, pues, se notaba que él deseaba que no me ocurriera algún daño mientras que estuviera fuera de la casa.

— Y lo más importante, diviértete con tus amigos.— Dijo Lucas pasando sus manos por los hombros del otro hombre con una sonrisa, y quien era mi profesor asintió con una sonrisa para luego asegurar: —Exactamente, también eso. —

Con delicadeza me pongo de pie luego de acabar mi desayuno y dejo un tierno beso en las mejillas de ambos mayores. —Lo haré, pueden quedarse tranquilos.— Les sonreí y con Damián nos fuimos en dirección al colegio juntos, pues, ambos debíamos ir al mismo lugar.

El colegio no fue tan cansador ni tan pesado, las clases de ese día habían pasado demasiado rápido para mi gusto, por la razón de que los profesores, al parecer, habían pensado en unas actividades para realizar entre todas las materias, y a su vez, la había pasado junto a mi novia y mis amigos, sumándole que, alumnos de mi clase, con los cuales jamás me había hablado se me acercaron amistosamente.

Una vez finalizado las clases, me despedí de Damián y con mi grupo de amigos nos fuimos en dirección a una plaza cercana al instituto, y en esa trayectoria había decidido hablar Vala dirigiéndose a mi.

—Al final ¿Qué había ocurrido ayer? No nos contaste. — Al oírle, levante la mirada en su dirección y con una sonrisa decidí contestar a su pregunta.

—La verdad, es algo difícil de contar, pero todo comenzó en la comisaría cuando mi tía aparece...— Hice una breve pausa y conté todo lo sucedido en el día anterior con los mayores detalles que pude otorgarles, a su vez que les advertí que era posible que les pidieran a ellos que hablarán sobre mi padre y sobre mi.

—Vaya, lo sentimos demasiado... Pero, pronto verás como todo mejora y que tus padres no te molestarán más.— Hablo Veraka con una pequeña sonrisa y acarició mi espalda con suavidad y con un notorio sentimiento de apoyo y entendimiento.

Tras aquel momento en el que conté todo lo sucedido y los adolescentes opinaron al respecto, y me apoyaron, pasamos una tarde llena de locuras, las risas estaban siempre presentes, y las bromas no faltaban, cada segundo, para mi, era especial, más, pasado unas tres horas desde que salimos del colegio, todos se fueron de regreso a sus casas, en excepción de Kira y yo, quedándonos juntos por un rato más, así, tener un tiempo a solas para nosotras después de tanto tiempo.

— Te he echado de menos, y muchísimo.— Admitió ella, frenando mi paso así darme un pequeño y dulce beso en los labios, el cual, yo correspondí con una sonrisa alegre y dulce.

—Yo igual y no sabes cuanto.— Cuando esas palabras dulces salen de mis labios, e iba a posar mis labios sobre los suyos cuando siento un jalón en mi cabello, y me agarran con fuerza desde atrás por la cintura, y como primera reacción, comienzo a patalear y gritar, y mi novia, sin saber que hacer, trata de ayudarme pero recibe un golpe, causando que yo me enojara aún más, e intentará zafarme con más fuerza aún, pero no era posible, eran dos personas las que me sujetaban, con dificultad a causa de que yo me movía mucho.

De parte de esas dos personas se oían quejas por los golpes que les otorgaba, y yo hacía lo posible por soltarme de su agarres, las lágrimas comenzaban a salir por mis ojos y el miedo que sentía era demasiado, tenía miedo por mi vida, por Kira, y por Damián, con el que pasaría conmigo.

Estaban por subirme a un auto, mis sollozos eran cada vez mayores al igual que mis gritos, y con Kira tirada en el suelo con un raspón en su cabeza, y lágrimas caer por sus mejillas, hasta que oí a unas personas correr y gritar en nuestras dirección, venían hacía nosotros con unos policías, y los hombres, al notar esto me dejaron caer al piso e intentaron subir de vuelta al auto con rapidez, pero no fue posible, lo atraparon justo a tiempo, y yo me sentí un gran alivio por un momento. Un segundo me atreví a alzar la vista y pude reconocer a uno de esos hombres, era mi padre, y mi corazón se terminó de romper, toda esperanza de que él pudiera amarme se había desaparecido en aquel momento, no podía creer lo que había hecho en aquel momento...

Las lágrimas comenzaron a caer con más fuerza y yo me sentía demasiado débil, con dificultad me puse de pie y me acerque a Kira, con un movimiento lento la abracé y ella lo hizo aún más fuerza susurrando en mi oído cosas bonitas para que yo pudiera calmarme, pero era imposible en aquel momento, mi cuerpo no dejaba de temblar por el terror y dolor que sentía en aquel momento.

Los policías nos ayudaron y llamaron a quienes estaban a cargo para que estuvieran con nosotras, y nos habían dicho que el juicio se adelantaría, y que lo más probable, tras lo sucedido, que el hombre quién me había criado sería encarcelado, ya que, tenían videos y personas que podían testificar en su contras y que eran unas pruebas fundamentales de lo que él era capaz y de lo que hizo, además de, mi tía había logrado convencer a mi abuela para que hablara sobre lo que él había hecho en su pasado.

Amor Prohibido ✓ (Pronto una versión reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora