Libro 1: Nepenthe
Libro 2: Halcyon
Para los que sobrevivieron a la guerra y siguieron adelante, la felicidad les esperaba a la vuelta de la esquina, simplemente tenían que encontrarla. Para James Potter, un giro equivocado lo llevó al lugar correcto...
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¿Cuál era el nuevo fenómeno que se estaba produciendo en el mundo de Harry Potter cuando descubrió que Huxley no llevaba pañales como él, Ron y Neville, sino que el niño llevaba pantalones de entrenamiento? Descubrió el fenómeno que era el "entrenamiento para ir al baño". Vio la cantidad de elogios que recibía Huxley cada vez que se sentaba en el orinal y Harry se encontró bastante tentado por todo ello. Normalmente, evitaba el baño a menos que se bañara, simplemente porque el inodoro era un objeto muy extraño. Hacía ruidos fuertes, chorreaba agua y el agujero parecía lo suficientemente grande como para tragarse a Harry entero. A veces se asomaba, examinando el agua transparente, y se sentía tentado de empujar la palanca que tiraba de la cadena, pero la mayoría de las veces se acobardaba y salía corriendo.
Sin embargo, al ver a Huxley usar el inodoro, ya que no era más grande que el resto de los chicos, Harry pudo ser testigo de que Huxley no se cayó dentro y cuando tiró de la cadena no se lo tragó entero. Él y Ron habían investigado la zona un par de veces mientras dejaban a Neville con el trabajo de tirar de la cadena mientras examinaban el procedimiento de descarga. Y entonces, un día, Harry decidió de la nada que estaba listo y todo comenzó con él quitándose el pañal mientras Renata y James estaban en la sala.
Apenas un par de días antes, sus padres habían regresado a casa con una nueva y emocionante criatura, un kneazle macho que, según le dijeron a Harry, iban a conservar. Para su deleite, le presentaron a la criatura felina mágica, a la que Renata había bautizado con el nombre de "Leone" por su aspecto de león, a pesar de su pelaje gris moteado. Tanto James como Renata habían estado atendiendo a Leone, asegurándose de que estuviera cómodo dentro de la casa cuando Harry decidió hacer su aparición desnuda.
Renata había estado arreglando un mal para Leone, ayudando a la ciega a arrodillarse cuando Harry salió pavoneándose y dejó caer su pañal al suelo. Por unos instantes, se quedó sin palabras, ya que no se esperaba eso. Por suerte, no tuvo que taparle los ojos a Leone para evitar que viera al Niño-que-Vivió en todo su esplendor. James había estado en la cocina cogiendo algunas golosinas para Leone, sólo para ver a su hijo de pie completamente desnudo.
Mirando por encima de su hombro, Renata pudo ver la cara de confusión de James, lo que le hizo sonreír.
-Bueno, parece que Harry se parece a ti en más de un sentido- rió ella, dejando que James se pusiera rojo al recordar el incidente al que ella se refería. Hizo una mueca antes de sacudir la cabeza y acercarse a Harry, arrodillándose a la altura de sus ojos.
-Harry, ¿qué estás haciendo?- preguntó con voz suave -Tu pañal aún está perfectamente bien y seco...
-¡No! ¡No hay pañales!- Harry cruzó los brazos sobre el pecho -¡Quiero ir al baño!
James se quedó callado, ya que la repentina exigencia de Harry de usar el orinal había surgido de la nada y le había pillado desprevenido. Si era completamente sincero, James tenía que admitir que había descuidado por completo la idea de enseñar a Harry a usar el orinal, ya que era algo que se le había olvidado. Se había acostumbrado tanto a cambiar a Harry en los últimos dos años que se había convertido en algo casi natural.
