Una Cálida recepción.

6 1 0
                                    

No fue precisamente tranquila la noche cuándo me hospedé en aquel motel de carretera, curiosamente adornado, y cuidado para su ubicación, sin embargo, de sospechosa procedencia. Ya había sido investigado anteriormente por casos de lavado de dinero, se creía que los fondos que financiaron su construcción fueron los de un político corrupto quien bajo el nombre de otra persona, gastó recursos del estado en su hotel. También, fue investigado por casos de trata de personas y que en aquel lugar uno de sus gestores era un proxeneta "famoso" en el medio, sin embargo, todo quedó allí, por alguna razón las investigaciones cesaron, palabras más, palabras menos, pero ninguna autoridad nunca tocó aquel sobresaliente edificio entre la solitaria carretera. Por suerte para ellos, y por desgracia para quienes hayan tenido el cruel destino que allí dormía y esperaba su víctima.

De lo poco que recuerdo fue lo siguiente: Llegué a las ocho de la noche, estaba pasado de copas, mi aspecto no era el más prolijo, alquilé por una noche la habitación 77, un cuarto ubicado en el segundo piso, no me pareció extraño el hecho de que, aunque solo estaban algunas pocas habitaciones del primer piso ocupadas, me enviaran a una de las más alejadas, no sé si fue cansancio, o simplemente no tenía la voluntad de exigir un cambio, y sin rechistar, subí a la misma. Mis pasos fueron pesados, mi mirada desvariaba entre las paredes, cuadros y azulejos del suelo, sentía que en cada cerradura había un ojo observándome, suponía que era la paranoia de dormir en un lugar con cierta mala fama y siendo un completo desconocido. Subí lentamente los tres pisos con paciencia, aunque fue corto el recorrido, en mi pecho sentía una presión similar a la de haber recorrido kilómetros trotando por las montañas, sudaba, y me costaba respirar normalmente. Una vez en la entrada de mi habitación, con mi pulso tembloroso, y unas terribles ganas de vomitar la mezcla de alcohol y comida chatarra que había en mi estómago, abrí la puerta y con el restante de aliento que me sobraba pude llegar a el lavabo que convenientemente estaba al final de la inmensa habitación, no detallaré la escena del baño, simplemente después de expulsar mis "demonios", dormí.

Pasó una hora y media, mi cabeza apoyada en un borde del retrete, mi camisa manchada, y mi cara pálida, no era una imagen del todo reconfortante, el efecto del alcohol había terminado, sin embargo, la presión en mi respiración y la extraña tensión que me producía el haberme hospedado en ese motel, y precisamente esa habitación no cesaba, algo simplemente me observaba, me estudiaba y eventualmente atentaría contra mí, o al menos, eso percibía. Curiosamente, por una de las ventanas que adornaban aquel lugar, percibía una noche clara, y tranquila, lo cual no era raro, teniendo en cuenta la lejanía de la carretera en la que estaba ubicado.

Me levanté unos minutos después, quería bajar a la recepción, fumar un cigarrillo, no volver a la habitación hasta que me diera suficiente sueño, o simplemente quedarme en el bar del hotel hasta que amaneciera, o ese era mi plan de aquella noche...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 03, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Habitación 77.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora