Luego de una guerra por el poder, los clanes se independizaron.
Al norte, los Kim se quedaron con las Tierras del Agua, formando alianza con los Jung que poblaron las Tierras del Aire.
El indómito sur lo gobernaron los Jeon, quedándose con la Tierra...
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FUEGO
Tal vez crees que puedes esconderte,
Pero puedo oler tu aroma de lejos
Al igual que los animales.
Entonces ¿Qué estás intentando hacerme?
No podemos parar, somos enemigos.
Pero nos llevamos bien cuando estoy dentro de ti.
Eres como una droga que me está matando
Te elimino por completo
Pero me siento por las nubes cuando estoy dentro de ti.
Así que si corro, no será suficiente
Todavía estás en mi cabeza, atrapado por siempre
Así que puedes hacer lo que quieras hacer
Me encantan tus mentiras, las comeré
Pero no niegues el animal
Que cobra vida cuando estoy dentro de ti.
El fuerte viento que azotaba la costa hacía que su largo y oscuro cabello revoloteara impidiendo que pudiese ver con claridad. De su muñeca sacó un elástico negro y rápidamente tomó su cabello haciendo un improvisado y mal hecho moño.
"Pensé que querías conversar" bufó el mayor mientras estaba sentado en el césped de brazos cruzados viendo como el de cabello oscuro ajustaba un arnés.
"Estamos conversando" le respondió sin mirarlo, siguió ajustando el arnés. Miró hacia atrás cerciorándose de que todo estuviese en su lugar.
"Como sea" le dijo poniéndose en pie "Cuando quieres ser pesado, si que lo eres" sacudió sus pantalones de tela y dejó al menor solo.
Caminó por la cima de la montaña a regañadientes, estaba acostumbrado a la personalidad del menor, así que no le dio muchas vueltas. Continuó caminando hasta que llegó al pequeño jeep, de su chaqueta sacó las llaves y se subió.
Con descuido descendió por la ya conocida colina. Su cabello bailando entre el fuerte viento, gracias a que el jeep de su querido amigo no tenía techo. Tarareó una canción que sonaba en la radio y sonrió cuando divisó la desierta playa de piedras negras.
Se detuvo cuando estuvo lo suficientemente cerca de la orilla, subió el volumen de la radio y se puso en pie dentro del auto, con una mano se apoyó en el borde de la ventana mientras que su otra mano la llevaba a su rostro cubriendo un poco sus ojos para poder ver mejor. Dirigió su vista a la cima de la montaña esperando por el menor.
