Capítulo Único

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El humo y polvo suspendido en el aire tapaba la visión de todos.

Pero no los gritos:

—¡¿Por qué mierda hiciste eso, Cara Redonda?!

—¡Para salvar tu egocéntrico trasero, Señor Asesino Explosión... COMO SEA!

—¡JÓDETE!

—¡TÚ EL DOBLE!

Llevaban esa discusión por al menos diez minutos. Diez largos y tortuosos minutos para sus compañeros, quienes no sabían cómo reaccionar. Es que, ver a la dulce pero determinada Uraraka Ochaco ponerse al mismo nivel que el rubio de las explosiones no era algo que sucediera siempre. Claro, todo el mundo estaba acostumbrado a escuchar los gritos y a la vez también recibirlos cuando Bakugo entraba en su modo "no sean una pila de extras inútiles", lo cual era... bueno, siempre. Mas eso nunca pasaba con la chica de la gravedad cero: ella podía responder de vez en cuando a sus reclamos, pero nunca con la intención de ser cizañera o algo así, si no como solo dando respuesta a las quejas de su compañero. Pero ahora no, y honestamente, Ochaco tenía razones para enojarse y gritarle también.

El motivo fue que ella lo empujó para evitar que un edificio colapsado cayera sobre él, y por lo imprevisto del tacto, Bakugo Katsuki accidentalmente detonó una explosión en su rostro, por suerte no fue algo con toda su fuerza. La chica salió disparada, mientras que el rubio flotaba hacia el otro extremo. Comenzó a gritarle, a insultarla y exigirle que le bajara, y ella solo obedeció dentro de su impresión por el ataque de su compañero. Que cayera sobre su espalda en un montón de escombros y no sobre las colchonetas donde debían ir los civiles rescatados no había sido su culpa.

Y el par se seguía gritando.

Hasta que llegó el profesor Aizawa a salvar el día, tomándolos con sus vendas y regañándolos. Ordenó que todos abandonaran el campo y dio por terminada la clase, por lo que eran libres de volver a sus dormitorios.

—Uraraka-san, ¿estás bien? —el portador del OFA le preguntó, mirándola preocupado—. Kacchan, él-

—No es nada, Deku-kun —sonrió la castaña—. Según Recovery Girl, no hubo quemaduras graves. Solo mi mechón de pelo que se quemó un poco —comentó, tomando esa parte del cabello y mirándolo con el ceño fruncido—. Crecerá, supongo.

Izuku no terminó de convencerse del todo, pero optó por no insistir. Llegaron a los dormitorios y después de ducharse y cenar, la mayoría de los chicos se quedaron en la sala común conversando o viendo algo en la televisión. Uraraka estaba en la cocina terminando de limpiar y guardar los trastes de la cena, cuando sintió una presencia detrás de ella.

—¿Vienes a disculparte, Bakugo-kun?

—¿Huh? Tú deberías ser la que se disculpe, Uraraka. Me dejaste caer como un jodido saco de papas.

La chica se volteó a mirarle indignadísima.

—Me lanzaste una explosión ¡en la cara!

—Me empujaste de la nada, ¡creí que era uno de esos idiotas que estaban haciendo de villanos! ¡Solo reaccioné, Cara Redonda!

—Me quemaste el pelo —reclamó en un tono demasiado agudo, agarrando la parte damnificada—. ¡Mi pelo!

—Es solo un mechón, esa mierda crece —se cruzó de brazos, mirándola con su característico ceño fruncido.

Ochaco infló una de sus mejillas demostrando su enojo. Katsuki rodó los ojos, es que a veces la forma de demostrar su enfado era tan infantil, que le daba coraje pensar que ella tenía 17 años, cuando actuaba como una niña de 8. Se acercó hasta quedar frente a ella y llevó un dedo a su frente, dándole un toque.

—Supéralo. Eres una jodida heroína, los verdaderos villanos allá fuera son capaces de hacer cosas peores que quemarte un puto mechón. Así que deja de lloriquear y vamos a entrenar.

—No quiero, estoy cansada.

—¿Acaso pregunté? —se fulminaron con la mirada unos segundos, para que luego él la levantara y cargara al hombro como si nada—. Mueve esas mejillas, Cara Redonda. Solo tenemos dos horas antes del toque de queda.

Uraraka de inmediato comenzó a reclamar, pataleando y golpeando su espalda con sus puños. Bakugo soltó una risa socarrona, sin hacerle caso y caminando hacia fuera de los dormitorios con la chica a cuestas.

—Por cierto: es Dios de las Grandes Explosiones Asesinas para ti.

Ochaco volteó a mirarlo sin comprender en un inicio, pero al captar su mensaje, suspiró.

Bien, quizás debería cobrárselas por su cabello chamuscado pateándole ese orgulloso trasero en el entrenamiento. Sí, ese era un buen plan.

__________

"Oiga mija, ¿no tiene otra historia pendiente por ahí?"
Je 😅

Lo siento, estaba haciendo cualquier tontera y la frase "me explotaste la cara" vino a la mente y ¡paf! Nació Choca-, digo este intento de One-shot. (?)

Espero que lo hayan disfrutado!

Besos y abrazos a 1,5 metros 🤭

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