Una historia de amor

Sexo porque sí

-Puedo bajar un poco más- le dije mientras iba cerca

de su ombligo.

-hazlo, hazme el mejor sexo oral del mundo- me dijo ella

bajo su inseguridad.

Bajé hacia su vagina, di un beso en forma de circunferencia,

noté que le gustó y le causó algo de cosquillas,

besé toda su vagina, su vagina es mi plato favorito, en ese

momento mi mente solo decía "su vagina, su vagina, su vagina",

solo quería excitarla, amo excitarla, así que tomé un poco de hielo

y lo metí a mi boca por cinco segundos y luego lo saqué y fui

besando todo su exquisito cuerpo de abajo hacia arriba hasta

llegar a su boca y darnos el beso más sincero y sensual que jamás

la humanidad haya dado.

Ella tenía inseguridad de su cuerpo, no era virgen, ya antes la habían

lastimado y eso la traumó, pero esa era mi tarea: hacerla olvidar de

aquellos malditos cobardes de mierda capaces de lastimar a una mujer.

Así que seguí en lo mío.

- ¿te gusta? – siempre es bueno comunicarse en medio del sexo.

- me encanta, sigue y no hables- solo pude reírme.

- okey, voy a avivar a un amiguito tuyo- le dije, y fui directamente a su

clítoris, amo al clítoris.

Esa mujer fue erizándose, apretó su mano derecha y con su mano izquierda

tomó mi cabello, me excitó tanto ese momento.

- jamás había sentido algo así- me sentí complacido- penétrame, hazme más tuya

de lo que me has hecho, posee a mi cuerpo.

- okey cariño, soy tu sumiso, solo recibo tus ordenes, pero por favor quítate las

manos de los senos, no tengas miedo, eres hermosa amor. - le guiñé el ojo

y le envíe un beso en señal de confianza y confidencialidad.

Volteé su cuerpo para apreciar su trasero y ella automáticamente se

puso en la famosa pose de perrito, le di unos últimos diez segundos

de sexo oral en esa posición, coloqué mi condón en su lugar e introduje

mi pene suavemente en su vagina, pude sentir cuán mojada estaba, fue un

momento feliz.

- has sido sexy y lindo conmigo, sé rudo aho...- no terminó de decir cuando

ya había jalado su cabello con fuerza y metido completamente mi pene.

- ¿así? – dije en forma tentadora.

- así – dijo ella entre gemidos.

Ya habían pasado tres maravillosos minutos en la posición

de perrito, y ella me dijo:

- acuéstate mirando hacia arriba, ahora yo soy quien quiero apreciar

tu cara mientras te excitas, o te excito. – mordió su labio como de la forma más

amatoria posible.

Hice caso a su pedido y me puse de esa manera, me sentía un virgen al hacer

tanto caso, pero me gustaba de parte de ella. Me dio un sexo oral genial,

chupó mis bolas e introdujo mi pene en su boca, en su boca roja. Luego subió

sobre mí y la penetré, cambió la canción que estábamos escuchando Mitad y mitad

de Kase O, y colocó Atrévete de Calle 13, dio unos movimientos que nunca pensé.

- ahora te pregunto yo ¿te gusta, amor? – estaba tan caliente que me enamoró en

medio del sexo.

- me encanta, mi amor – sentía que estaba en el paraíso.

Dio los sentones más locos, jugaba con su cabello, tenía orgasmos,

mordía sus labios, era feliz.

- me voy a venir

- aguanta, quiero hacer algo, sentirme una pornstar. – esta mujer está loca,

amo a las locas. – quédate así acostado.

Ella se acostó encima de mí, pero boca abajo y colocó su trasero en mi cara,

aquella posición también conocida como el 69.

- bésala como solo tú sabes. – me dijo dándome la confianza que necesitaba.

Inicié mi misión y ella comenzó la suya, amo estar de esta forma, ambos nos

estimulamos pensé.

Ella sabía que iba a venirme porque pudo sentir temblar mis piernas, sin embargo, no

paró y tragó todo lo que emancipé, fue sorpresivo para mí, pero me gustó.

Loca historia sexual, mi único interés era que ella fuera feliz, por lo menos en ese momento,

el sexo es un regalo, la meta es sacar nuestro éxtasis no tener inseguridades. Ella era 8 años

mayor que yo, yo no era muy experto sexualmente, pero la amaba y nuestra primera vez

juntos me permitióamarla más, vivir más, sentir más. ¡Viva el sexo maldita sea!