Al llegar a la tienda de Gold, donde Henry cuidaba a su abuelo quien estaba bajo la maldición del sueño para así poder ayudar a Mary y Emma que estaban en el Bosque Encantado por caer en el portal del sombrero, durante todo ese tiempo había decidido demostrarle a su hijo Henry que sería una mejor persona por lo que no perdió el tiempo y comenzó a ayudar a David a encontrar todas las formas posibles para traer a su familia de vuelta, por lo que se hicieron buenos amigos, tal fue así que cuando Henry comenzó a tener las pesadillas por haber estado en la maldición del sueño, la llamaba para que cuidara del niño y así estuvieron, entre compartiendo su crianza y leyendo todos y cada uno de los libros de magia que poseía, hasta que durante una de las pesadillas de Henry pudo contactar con la princesa Aurora quien también estuvo bajo la maldición del sueño y le dijo que su madre y su abuela estaban bien, solo que estaban luchando contra Cora, la mamá de Regina. Con la mención de este nombre todos se alarmaron, sabían que era capaz de todo para obtener el poder que tanto deseaba, además de querer afectar la vida de su hija, por lo que decidieron que debían comunicarse con ellas de vuelta y revelarle la forma para acabar con la poderosa hechicera, así que David se ofreció a ponerse bajo la maldición y evitar que su nieto siguiera exponiéndose, al principio estuvieron en contra, pero sabían que era la única manera de acabar con la amenaza inminente.
Todo estaba tal y como lo había dejado, solo un pequeño detallito no concordaba, Gold no estaba en la tienda, eso solo podía significar una cosa, iba a tratar de impedir que al abrirse el portal alguien pudiera cruzar, pero ella no podía permitirle que se saliera con la suya, si Mary y Emma lograban dejar a su madre detrás y cruzar el portal corrían el peligro de morir, eso ella bajo ningún concepto lo permitiría, por el bien de todos, de su hijo, pero sobre todo, por el bien de su propio corazón, ya tuvo suficientes pérdidas y sufrimientos en su vida, no podía darse el lujo de perder otra persona importante para ella, porque aunque había luchado con todas sus fuerzas para apartar a Emma de su hijo, en el proceso se había enamorado de ella, solo que eso no lo diría porque sabía perfectamente que no sería correspondida, era mejor guardárselo para siempre en su corazón que hacerle daño a sus seres queridos, ahora debía actuar con rapidez, si sus sospechas eran ciertas, no podía perder el tiempo.
“¿Mamá, eres tú?”, preguntó su hijo al escuchar la puerta abrirse.
“Sí mi amor”, respondió entrando a la parte de atrás de la tienda de antigüedades de Gold.
“Pensé que era el Señor Gold, me dijo que iría a buscar a Bella”, explicó Henry, estaba sentado junto a su abuelo con el libro de cuentos en las manos, como si hubiese estado leyéndole, la escena la conmovió mucho.
“Tengo que irme Henry…”, pero el niño no la dejó terminar.
“¿El Señor Gold intentará impedir que mi mamá y mi abuela pasen por el portal, verdad mamá?”, su hijo tenía una inteligencia superior a la de su edad, no podía negar que era la madre más orgullosa del mundo.
“Henry…”, comenzó a hablar inclinándose para estar a su altura, “te prometo que eso no ocurrirá”, le aseguró.
“¿me lo prometes?”, le preguntó con tanta dulzura que sus ojos la traicionaron, no pudo responder solo le extendió la mano para que la tomara, al principio su hijo dudó, la expresión de sus ojos se lo dejó bien claro, le dolía, no lo podía negar, pero era más que justo después de todo lo que había hecho, tenía que luchar muy duro para obtener su confianza nuevamente.
Cuando Henry al fin le extendió la mano en un abrir y cerrar de ojos los teletransportó hacia donde sabía muy bien que podía estar Gold, lo que vio al llegar le demostró que sus sospechas no eran tan hipotéticas.
“¡Rumple!”, le llamó, estaba cerca del pozo que trajo la magia al pueblo lanzando un hechizo mortal para impedir el paso de quien quiera que quisiera cruzar.
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Perdida en ti
FantasyRegina se ha vuelto a enamorar, pero ese amor le está partiendo el corazón una vez más.