𖥻 kiss later / kim taeyoung.

1.5 / final.

<3

Ya era el día de la cita, tantos días esperando por este momento, y porfin lo era, sin embargo, no me sentía para nada emocionado.

No estaba triste ni deprimido, solo que no quería salir.
No quería salir junto a Minying.

Me había mandado mensajes toda la mañana pidiendo en que parte nos juntaríamos, a que hora, a que hora salía de mi casa, con que hiba vestido y miles de preguntas más.
Por lo tal, de alguna forma me había quitado las pocas ganas que tenía de ir.

Con suerte me había podido levantar de la cama y poder bañarme, estaba tan extraño este día, me sentía vacío, sentía que todo lo que estaba haciendo estaba mal, y eso era algo nuevo.

De vez en cuando me llegaban pequeños recuerdos de la noche anterior, recordando como si hubiera sido hace días, recordaba los brillos en sus ojos, sus sonrisas, su risa, la forma en la que se ponía feliz, de tan solo recordar la noche anterior mi corazón palpitaba con fuerza y rapidez, pero a la vez, me sentía inútil, me había alejado de SeoYoung durante el beso, ese beso que por algún motivo me hizo sentir mariposas en el estómago.

Estaba confundido, con suerte había podido dormir la noche anterior, con tantas preguntas y dudas en mi cabeza no me podía concentrar en absolutamente nada.
¿porque la besé? ¿porque me beso?
¿porque sentía mi corazón latir con tanta fuerza al estar a su lado?
¿porque al pensar en ella me pongo tan feliz, pero al pensar en Minying nisiquiera reaccionó?

Necesitaba dejar de pensar en SeoYoung, ¿no?
¿Estaba mal pensar de mí amiga de esa forma? SeoYoung es prácticamente la persona que a estado toda su vida a mi lado, no puedo ni quiero arruinar todo solo porque mi pulso se acelera a su lado.

Tocaron el timbre y pude porfin dejar de pensar en aquello, ahí estaba Minying, al final había mencionado que iría a mi casa para poder irnos juntos, a lo que acepte.

— Buenas tardes, taeyoung. — sonrió, dando vueltas sobre sus pies.

Sonreí levemente y cerré la puertas tras de mi, llevaba mis llaves y mi celular en mi bolsillo, lo único que necesitaría hoy.

— Buenos días, Minying. — die.

Nos quedamos en silencio, no era un silencio tranquilo, ¡era demaciado incómodo! No sabía que hacer ni que decir, así que solo comenze a caminar esperando que ella me siguiese.

Y así fue.

— ¿Qué tal tu semana? — preguntó colocándose a mí lado.

— Bien, creo. — susurre, guardando las manos en mis bolsillos.
— ¿y la tuya?

— Bien igual. — dijo, girando a tomar su celular.

Era tan incómodo, ¡eran las típicas preguntas y típicas respuestas de cuando no sabes qué decir!
Me estaba comenzando a arrepentirme de no haberme quedado en casa.

Tomamos el buz, esperando por cinco minutos en total silencio, solo se escuchaba la radio de él señor conductor a un volumen bajo, mientras cantaba con sentimiento olvidando que tras de él estábamos ambos.

— ¿Qué atracción te gusta más?
— hablé, intentando romper el hielo, sin embargo solo elevó sus brazos y los dejó caer, aumentando la molestia en mi.

¿No sabía? ¿Siquiera sabía a dónde hibamos?

Me quedé en silencio el resto del viaje, y claro, si yo no hablaba, ella tampoco lo haría.

Al llegar a él parque, el atardecer ya se estaba marcando poco a poco, estaba lindo el cielo y eso hizo que me sintiera un poco mejor y más tranquilo.